Lafarge S.A. y su subsidiaria siria se declaran culpable de conspirar para brindar apoyo material a ISIS y ANF

Los ejecutivos de Lafarge y LCS buscaron la ayuda de ISIS para imponer costos a los competidores que vendían cemento turco

DOJ

Una imagen del exterior del Departamento de Justicia.  Crédito: STEFANI REYNOLDS | Getty Images

Lafarge S.A. y su subsidiaria siria se declararon culpables este martes de un cargo de información criminal, por conspirar para brindar, entre 2013 y 2014, material y recursos a las organizaciones terroristas Estado Islámico de Irak y al al-Nusrah Front (ANF).

Tras dictarse la culpabilidad, un juez de distrito de los EE.UU. William F. Kuntz II condenó a los acusados a libertad condicional y deberán pagar un total de $777,78 millones.

Documentos judiciales muestran que la empresa con sede en Paris, y Lafarge Cement Siria (LCS) S.A., con sede en Damasco, planearon dar dinero al ISIS y ANF a cambio de permiso para operar una planta de cemento en Siria entre 2013 y 2014, lo que les permitió ganar aproximadamente 70,3 millones de dólares.

“Los acusados enviaron casi seis millones de dólares en pagos ilícitos a dos de las organizaciones terroristas más notorias del mundo, ISIS y el Frente al-Nusrah en Siria, en un momento en que esos grupos brutalizaban a civiles inocentes en Siria y conspiraban activamente para dañar a los estadounidenses”, dijo el secretario de Justicia Auxiliar, Matthew G. Olsen, de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia.

“Simplemente no hay justificación para que una corporación multinacional autorice pagos a organizaciones terroristas designadas”.

El Departamento de Justicia detalla que aproximadamente desde mayo de 2010 hasta septiembre de 2014, la empresa, a través de LCS, operó una planta de cemento en la región de Jalabiyeh en el norte de Siria que Lafarge había construido a un costo de aproximadamente $680 millones.

Después del comienzo de la Guerra Civil Siria en 2011, Lafarge y LCS negociaron acuerdos para pagar a las facciones armadas en la Guerra Civil para proteger a sus empleados, garantizar el funcionamiento de la planta de cemento y obtener una ventaja económica sobre sus competidores en Siria.

Los ejecutivos de LCS compraron las materias primas necesarias para fabricar cemento de proveedores controlados por ISIS; pagaron “donaciones” mensuales a grupos armados, incluidos ISIS y ANF.

Asimismo, estructuraron intencionalmente sus acuerdos con ISIS para compensar a la organización terrorista en función de la cantidad de cemento que LCS pudo vender (efectivamente, un acuerdo de reparto de ingresos) para incentivar al grupo terrorista a actuar en interés económico de LCS.

Como condición para celebrar este acuerdo de participación en los ingresos, los ejecutivos de Lafarge y LCS buscaron la ayuda de ISIS para imponer costos a los competidores que vendían cemento turco importado al norte de Siria, que a menudo se vendía más barato que el cemento producido en la planta de cemento de Jalabiyeh.

“En medio de una guerra civil, Lafarge tomó la decisión impensable de poner dinero en manos de ISIS, una de las organizaciones terroristas más bárbaras del mundo, para que pudiera seguir vendiendo cemento”, señaló el federal Breon Peace para el Distrito Este de Nueva York.

“Lafarge hizo esto no solo a cambio del permiso para operar su planta de cemento, lo que hubiera sido bastante malo, sino también para aprovechar su relación con ISIS para obtener una ventaja económica, buscando la ayuda de ISIS para dañar la competencia”, añadió.

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Departamento de Justicia (DOJ)
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