Debbie Wasserman, congresista de Florida, enfrentó problemas para animar a la reducida comitiva que recibió a Joe Biden

La escasa asistencia en un centro comunitario de Hallandale Beach, en Florida, fue el primer inconveniente al cual se tuvo que enfrentar Debbie Wasserman Schultz, al darle la bienvenida al presidente Joe Biden durante la gira que este martes realizó por el estado en apoyo de los candidatos demócratas previo a las elecciones intermedias que se llevarán a cabo la próxima semana.

Y es que a un amplio sector del electorado en Florida parece no comulgar con el estilo de política adoptado por el mandatario, por lo menos así lo demuestran los sondeos que miden su nivel de aprobación o el escaso poder de convocatoria en sus mítines recientes.

Un ejemplo de ello fue el reducido número de simpatizantes de Biden que, si bien se congregaron en un centro comunitario de Hallandale Beach, previo a que lo escucharan hablar ya lucían apagados y por momentos hasta aburridos, como si detectaran que nada nuevo habría por descubrir en el mensaje que les dirigió.

Por ello, la congresista de Florida –quien para Joe Biden ha sido su mejor amiga desde que era vicepresidente–, subió al escenario y tomó el micrófono con la complicada misión de para animar a la multitud.

“¿Quieres mejorar la vida de las personas? Apuesto a que algunos de aquí quieren mejorar la vida de las personas. ¿Estás conmigo?” se le escuchó gritar a Wasserman Schultz quien, a pesar de lograr arrancarle una ovación a los presentes, no pudo contagiarlos de su mismo optimismo, pues minutos después el ambiente volvió a enrarecerse y ello hizo necesario que otra vez la exjefa del Comité Nacional Demócrata entrara en acción.

“¡Vamos gente, despertemos! ¡Tenemos al presidente de los Estados Unidos en la casa! ¡Vamos ahora! Sé que tienes un poco más de energía de la que escucho”, indicó la congresista que hasta chasqueó sus dedos para ver si la multitud se conectaba con ella, pero todo fue en vano pues, aunque luego el presidente de la nación tomó la palabra, la tan solicitada euforia nunca se presentó en el recinto.

Sin embargo, el esfuerzo de Debbie Wasserman fue bien recompensado, pues Biden les reiteró a los presentes la enorme simpatía que siente por ella.

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