En la semana ‘Unidos contra el odio’ rememoran un delito imposible de olvidar

Autoridades recuerdan a uno de los atentados antisemitas más trágicos en San Diego que llevó al perpetrador a doble cadena perpetua más un siglo y medio de prisión

John Earnest, perpetrador del crimen de odio.

John Earnest, perpetrador del crimen de odio. Crédito: Manuel Ocaño | Impremedia

Hannah Kaye, de 25 años de edad, dijo que el atentado armado en que pereció su madre en una sinagoga al norte de San Diego es “como se ve, como huele, como se siente el racismo del supremacismo blanco” de un joven que fue sentenciado a doble cadena perpetua, más cerca de un siglo y medio de prisión, por más de 112 crímenes de odio.

John Earnest, quien libró dos veces la pena de muerte al declararse dos veces culpable, “disparó a sus víctimas porque odiaba a la comunidad judía y a la comunidad musulmana, odio que no tiene lugar en nuestra sociedad y odio que nunca, nunca ganará”, dijo el fiscal, Randy Grossman.

Los abogados defensores de Earnest trataron de justificarlo al decir que el estudiante de enfermería de la Universidad Estatal llevaba una vida normal, hasta que ingresó a través de la red mundial a sitios que fomentan el supremacismo blanco y la violencia armada.

Las autoridades en el condado de San Diego indagaron y encontraron que antes de llevar a cabo atentados, Earnest, quien tenía 19 años, entregó propaganda supremacista a dos de sus compañeros de clases de enfermería, también de raza blanca.

Ambos jóvenes, sin embargo, avisaron a la oficina administrativa de la universidad y la policía del campus investigó a Earnest, pero no lo detuvo porque no había agredido ni atentado contra nadie.

Sin embargo, en un portal de extremismo y retórica neo nazi, el joven publicó un escrito titulado “carta abierta”, en que convocaba a acabar con las comunidades musulmana y judía, presuntamente en defensa por “el genocidio de la raza europea”.

El 4 de marzo del 2019, Earnest prendió fuego a la mezquita Dar-ul-Arqam del Centro Islámico de Escondido en el norte del condado de San Diego. Un grupo de cinco misioneros musulmanes dormía en el recinto religioso, pero escapó y avisó a los bomberos; el fuego solo alcanzó la fachada de la estructura.

Un mes después compró un fusil de asalto R15 y varios cargadores, Al día siguiente escribió y dejó en su casa una nota en la que declaraba que se inspiró en el ejemplo de un sujeto que unas semanas antes había atacado dos mezquitas donde dejó un saldo de 50 personas muertas en Nueva Zelanda.

Dijo que el atacante neozelandés “fue un catalizador para mí; él me mostró que se podía hacer. Era necesario hacerlo”. También mencionó a un atacante que en noviembre del 2018 mayó a once personas en una sinagoga en Pennsylvania.  

Minutos después de escribir la nota, Earnet publicó en el portal de supremacismo una nota con un enlace que decía que una transmisión comenzaría en breve y daba pase a una cuenta de Facebook para un video en vivo.

Enseguida se dirigió a la sinagoga donde por lo menos 50 personas celebraban un servicio religioso. Ingresó con su fusil con un cargador con diez cartuchos y llevaba un chaleco con otros cuatro cargadores con diez disparos cada uno.

Al entrar al recinto, Earnest encontró en el vestíbulo a la señora Lori Gilbert Kaye y le disparó en dos ocasiones, una vez dentro, intentó acercarse al rabino, quien interpuso una mano cuando el sujeto se disponía a dispararle al rostro, y perdió parte de la mano; en el ataque hirió a una niña de ocho años de edad y a un tío de ella.

El arma del atacante se atascó y aunque quiso reanudar los disparos, huyó porque varias personas se abalanzaban en su contra.

Fue el propio Earnest quien llamó al número telefónico de emergencias para reportar el ataque y dijo: “Acabo de disparar contra una sinagoga; solo estoy tratando de defender a mi nación ante el pueblo judío… El pueblo judío está destruyendo la raza blanca”.

Momentos después fue detenido. Earnest inicialmente se declaró inocente de todos los cargos, incluidos los de homicidio e intento de homicidio, pero al saber que de ser encontrado culpable enfrentaría la pena de muerte en California, cambió su declaración, pero no fue suficiente. El individuo fue hallado culpable y sentenciado a cadena perpetua.

Luego el Departamento de Justicia lo enfrentó a más de 110 cargos de odio y se declaró culpable de todo. Fue condenado nuevamente a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, más otros 36 años adicionales de prisión.

Una corte federal lo sentenció sin darle oportunidad a hablar para que no fuera a convertir el tribunal en foro de propaganda supremacista.

La fiscal federal adjunta en San Diego, Lisa Mónaco, dijo que Earnest “ingresó a una sinagoga con la intención de matar a todos los que estaban ahí debido a su odio hacia el pueblo judío, y días antes usó fuego en un intento de destruir otro sitio de culto debido a su odio hacia los musulmanes. En la sociedad estadounidense no hay sitio para este tipo de violencia alimentada por el odio”.

Esta publicación cuenta con el apoyo de fondos proporcionados por el estado de California, administrados por la Biblioteca del estado de California en asociación con el Departamento de Servicios Sociales de California y la Comisión de Asuntos Americanos de Asia y las Islas del Pacífico de California como parte del programa Stop Hate. Para denunciar un incidente de odio o un crimen de odio y obtener apoyo, visite https://www.cavshate.org/.

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