Preocupa que derechos de adultos mayores no se cumplan en los asilos a raíz de la pandemia
Sus defensores en el estado hacen esfuerzos porque quienes viven en estos centros de cuidado a largo plazo sean tratados con dignidad y respeto
Los adultos mayores en asilos y residencias de cuidado a largo plazo y sus familiares deben saber que tienen derecho a ser tratados con respeto y dignidad, y que en California existen leyes para protegerlos, más aún a partir de la pandemia de covid-19. Y sus derechos incluyen darles facilidades para que puedan votar en las elecciones.
Durante la videoconferencia: “Protegiendo los derechos de los residentes de cuidado a largo plazo”, organizada por Ethnic Media Services, defensores de las personas de la tercera edad hablaron de los esfuerzos para garantizar sus derechos sobre todo a partir de la pandemia, cuando las tasas de mortalidad se dispararon en este grupo de edad por encima de cualquier otro.
“Los hogares de ancianos deben tener un plan para apoyar el derecho al voto de los residentes”, establece un memorando del 5 de octubre de los Centros para Pacientes de Medicare y Medicaid.
Pero a los defensores de los adultos mayores y las personas con discapacidad les preocupa que esos derechos no siempre se cumplan. Y el derecho a votar es solo uno en una larga lista de derechos de los residentes de atención a largo plazo, incluido el derecho a la atención médica y a la calidad de vida.
Trato digno
Blanca Castro, defensora estatal de cuidados a largo plazo, dijo que hay alrededor de 300,000 personas en los asilos de California.
“Tenemos 2,000 asilos y casi 12,000 residencias de cuidado. La mayoría de las personas que están en los hogares de atención a largo plazo que no pueden pagar, o tienen un seguro de salud son de bajos ingresos, cuyo pago es cubierto por MediCal”.
Es importante saber que el hecho de estar en un asilo o en una residencia de cuidado a largo plazo, te da el derecho a ser tratado con dignidad y respeto.
“La oficina del Ombudsman no es una agencia de policía, pero sí vigila que los derechos de las personas que están en los asilos y residencias de cuidado a largo plazo sean protegidos”.
Por ejemplo, dijo que no pueden ser forzados a comer a cierta hora, o a que no les den un baño cuando quieran o asistencia para ir al sanitario, o los ignoren.
“En el 2021, recibimos casi 40,000 quejas que fueron desde darlos de alta de manera inapropiada hasta no administrarles los medicamentos y no permitirles visitas”.
Recordó que el Ombudsman (Defensor) es la voz de los adultos mayores en los asilos y residencias de cuidado.
“Trabajamos directamente con las agencias del orden, de Salud Pública, Servicios Sociales y Departamento de Justicia, pero primero tratamos de trabajar con los administradores y el personal”.
Observó que no siempre resuelve cada problema, pero su meta de dignidad, respeto e independencia es primero y ante todo.
“Para poder investigar un problema, necesitamos siempre tener el consenso del residente, a menos que haya un abuso físico extremo o alguien que esté en serio peligro”.
Hizo ver que lo que aprendieron en la pandemia es que cada residencia de cuidado a largo plazo, debe tener en vigor un plan de control de la infección con protocolos para mitigar y evitar que se propague.
“Aprendimos que el aislamiento y no permitirles que vean a sus seres queridos, no solo daña sino que empeora las condiciones, ya que puede llevarlos una muerte temprana”.
En California, lograron que se hiciera ley la medida AB 895, que requiere que al ser admitido a un hogar de cuidado a largo plazo, el residente tenga el contacto de su defensor del estado o ombudsman, mientras que otra ley obliga a que en caso de una emergencia de salud pública no se le prevenga al ombudsman de entrar a las instalaciones.
Acta de derechos para los ancianos
Hagar Dickman, abogado de la organización California Justice in Aging, dijo que la ley federal que regula los asilos es el Acta de Reforma a los Asilos y aplica para todos aquellos que están certificados para aceptar pagos de MediCare o MediCaid.
“Como la mayoría aceptan esa forma de pago, están reguladas por el Acta de Reforma de los Asilos”.
Dijo que algunos de los derechos contemplados en dicha ley son, que todos los residentes tienen derecho al mismo nivel de cuidado de calidad sin importar la forma de pago.
“Así que un asilo no puede decir que no tiene financiamiento para el cuidado. También están obligados a desarrollar planes de cuidado personal para adecuarse a las necesidades de los residentes y sus familiares”.
Indicó que debe haber flexibilidad en las horas de despertar y dormir, en las comidas deseadas y las actividades que escoja el residente.
“Los residentes tienen derecho a estar libres de restricciones físicas, a menos que sean usadas para tratar condiciones o síntomas médicos, y se requiere el consentimiento del residente o de un miembro de la familia cuando sea apropiado”.
Dijo que desafortunadamente hacer cumplir estos derechos recae en los residentes y los miembros de su familia.
“Los afroamericanos por ejemplo tienden tres veces más a residir en asilos con desempeño pobre que los blancos; y las consecuencias de estas disparidades fueron resaltadas en la pandemia cuando los residentes de color murieron de manera desproporcionada por el virus”.
Falta de personal y entrenamiento
La doctora Anna Chodos, profesora de geriatría de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), dijo que desde su perspectiva como médico, la gente en los asilos, sufre de discapacidad física o cognitiva.
Sin embargo, dijo que a las instalaciones de vida asistida o de atención residencial para ancianos no se les requiere tener cuidado de salud y esencialmente proveen un cuidado social; y lo que vieron que llevó a un alto riesgo de covid, es que hay individuos viviendo de manera comunitaria con muchos factores que los predisponen a una enfermedad seria.
“Un número muy pequeño, menos del 1% se encuentra en un centro especializado, pero han representado al menos el 13% de las muertes de covid, quizá por la falta de personal y de entrenamiento”.
Agregó que hay datos de UCSF que muestran que las proporciones de enfermeras disminuyen a medida que aumentan las infecciones.
“Entonces cuanta más atención en el cuidado de la salud puedan recibir las personas en un asilo de ancianos, menos riesgo de covid”.
Apatía del personal
Jerry Kirouac, defensor de la Agencia sobre Envejecimiento/Cuidado a Largo Plazo en el norte de California, dijo que desafortunadamente lo que ven mucho en las residencias para ancianos, es un poco de apatía entre los empleados. “Ellos van por el cheque de pago; y si es bajo, hacen lo mínimo”.
Indicó que cuando se trata de los derechos de los residentes, una de las cosas más importantes es asegurarse que sus instalaciones y el personal estén entrenados y que haya consistencia.
Bill Ball, residente del Centro para Veteranos de Redding desde hace tres años, dijo que no tiene quejas, incluso ha podido votar por correo en los últimos 10 años.
Linda Lajoie, de 77 años quien ha estado en el mismo Centro para Veteranos de Redding, también dijo que está muy contenta, pero le gustaría que la administración interviniera de manera amigable a la hora de que se presenta un conflicto y necesita resolverse.
Billy Thomas de 79 años, un exmarino, dijo que su preocupación es la falta de comunicación como cuando necesitan ver a un doctor y tienen que pasar por una cadena de mando y nunca llegan a obtener el servicio.