¿Sentarse y no hacer nada? La ciencia afirma que aburrirse estimula la creatividad y el aprendizaje

El aburrimiento no está muy bien visto. De hecho, se deduce que si tenemos demasiado tiempo para ello es que no somos organizados, aplicados o productivos ya que aburrirse implica perder el tiempo

Investigaciones revelan que, sobre todo durante los primeros años de la vida, es imprescindible que permanezcamos "ociosos" durante un tiempo

Investigaciones revelan que, sobre todo durante los primeros años de la vida, es imprescindible que permanezcamos "ociosos" durante un tiempo Crédito: Shutterstock

Investigaciones revelan que, sobre todo durante los primeros años de la vida, es imprescindible que permanezcamos “ociosos” durante un tiempo.

Aburrirse estimula la creatividad. Y estar siempre “ocupados” la aniquila. Es la conclusión de un estudio realizado recientemente por Teresa Belton y Esther Priyadharshini, de la Universidad de East Anglia (Reino Unido).

Según concluyeron las investigadoras, sobre todo durante los primeros años de la vida es imprescindible que permanezcamos “ociosos” durante un tiempo. Esto nos permite desarrollar la imaginación y la creatividad, y aprender a “valernos por nosotros mismos. Lo malo es que en la sociedad actual los padres proporcionan a sus hijos actividad constante, gratificación instantánea y entretenimiento sofisticado, que son enemigos del potencial creativo y la libertad de pensamiento de los más pequeños.

Por eso, en la revista The Cambridge Journal of Education, Belton dijo “que el aburrimiento sea reconocido como una emoción humana legítima con un papel central en el aprendizaje y la creatividad”.

¿Sentarse y no hacer nada?

Según los neurocientíficos, el aburrimiento tiene mala fama, pero en realidad puede aumentar la creatividad, el compromiso con las tareas y la productividad laboral.

Hay gente que prefiere incluso darse una leve descarga eléctrica a estar sola con sus pensamientos, como demostró un famoso experimento publicado en la revista Science. En el experimento se pidió a un grupo de personas que se sentaran en silencio durante 15 minutos en una habitación sin nada más que hacer.

Como alternativa solo tenían la opción de pulsar un botón y darse una descarga eléctrica.

A pesar de que recibir una descarga física es desagradable, muchas personas, sobre todo los hombres, lo preferían antes que verse privados de estímulos sensoriales externos.

De los 42 participantes, casi la mitad optó por pulsar el botón al menos una vez, a pesar de haber experimentado la descarga anteriormente. Sin embargo, uno incluso optó por electrocutarse 190 veces.

“La mayoría de la gente parece preferir hacer algo a no hacer nada, aunque ese algo sea negativo”, escribieron en el estudio.

El cerebro, siempre activo

Tu cerebro trabaja 24 horas al día, 7 días a la semana. Incluso cuando estás dormido, el cerebro nunca lo está. Escucha, detecta y gestiona los factores estresantes para mantenerte sano y salvo. Está buscando soluciones, tomando decisiones y pensando en posibilidades incluso cuando no eres consciente de ello.

Este órgano “siempre activo” es tan devoto que nunca se toma un descanso o unas vacaciones. Pero los neurocientíficos también dicen que tiene sus límites.

Dormir es una de las formas que tiene el cerebro de hacer limpieza después de un día completo, aunque siga trabajando. Pero también el aburrimiento es importante para su salud.

“El arte de saber aburrirse”

La neurocientífica Alicia Walf, investigadora del Departamento de Ciencias Cognitivas del Instituto Politécnico Rensselaer de Estados Unidos, afirmó que es fundamental para la salud cerebral dejarse aburrir de vez en cuando.

“Aburrirse mejora las conexiones sociales. Los neurocientíficos sociales han descubierto que el cerebro tiene una red de modo por defecto que se activa cuando nos desentendemos de hacer cosas. De hecho, el aburrimiento puede fomentar las ideas creativas, rellenando las menguantes reservas y proporcionando un periodo de incubación para que nazcan ideas de trabajo embrionarias”, explicó en declaraciones a la publicación Forbes.

En un estudio publicado en la revista Academy of Management Discoveries en 2019, los investigadores aburrieron a un grupo de personas dándoles instrucciones para clasificar judías por colores. Mientras, a otro grupo se le encomendó una tarea mucho más interesante.

A continuación, se les pidió que inventaran buenas excusas para justificar sus retrasos. El grupo aburrido superó a sus homólogos tanto en número como en creatividad de ideas, a juicio de un grupo externo objetivo.

Por su parte, la psicóloga británica Sandi Mann argumentó en “El arte de saber aburrirse” que el aburrimiento “puede ser una fuerza poderosa, motivadora, que infunde creatividad, pensamiento y reflexión inteligente”.

Mejora la atención

Al igual que el sueño es un momento importante y productivo para el cerebro, resulta que el tiempo de inactividad es vital para nuestra mente y nuestro bienestar.

“La ociosidad no es solo unas vacaciones, una indulgencia o un vicio. Es tan indispensable para el cerebro como la vitamina D lo es para el cuerpo y, privados de ella, sufrimos una aflicción mental tan desfigurante como el raquitismo”, escribió Tim Kreider en su ensayo de The New York Times “La trampa del ajetreo”.

Mejora tu salud mental

Numerosos estudios han demostrado, por ejemplo, que las herramientas modernas, como el correo electrónico del trabajo, las redes sociales y las aplicaciones de citas, pueden poner a prueba la salud mental, por lo que tomarse un descanso puede ser una valiosa oportunidad para recargar las pilas.

Es por ello que muchos expertos, como es el caso de Sandi Mann, conciben el aburrimiento como una reacción de protección que nos permite desconectarnos de la información y el ruido que nos acosa constantemente.

“Como adultos vivimos en un mundo en el que somos constantemente bombardeados con tanta información que no seríamos capaces de hacerle frente sin ‘habituarnos’ a gran parte de ella”. “Por lo tanto, nos habituamos a la radio, al correo no deseado, a los mensajes de las cajas de cereales, etc, todo con el fin de liberar nuestra mente y no tener que pensar en ello. Aburrirse de las cosas nos permite liberar el cerebro para concentrarnos en aquellos aspectos de la vida que requieren una consideración más cuidadosa. ¡Hurra, entonces, por el aburrimiento!”, dijo.

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