5 razones por las que el Título 42 debe terminar
Un análisis de WOLA detalla las principales causas por las que la aplicación del Título 42 para expulsar a inmigrantes en la frontera negando su derecho a pedir asilo debe terminar
Un análisis publicado por The Washington Office on Latin America (WOLA), una organización no lucrativa de Estados Unidos que promueve los derechos humanos en las Américas, expone por qué la aplicación del Título 42, una política sanitaria que se aplica como si fuera una política migratoria para expulsar a inmigrantes indocumentados, sin permitirles pedir asilo, debe terminar.
El 21 de diciembre era la fecha límite fijada por los tribunales para suspender el Título 42. Pero su terminación está suspendida indefinidamente, mientras el Tribunal Supremo de Estados Unidos decide si prorroga o no su aplicación debido a la demanda de varios estados gobernados por republicanos.
Desde que se impuso por primera vez a mediados de marzo de 2020, las administraciones de Trump y Biden han utilizado el Título 42 unas 2.5 millones de veces para expulsar a personas migrantes.
Estas son 5 razones por las que esta política debe terminar.
1- Es ilegal
El derecho a solicitar asilo está garantizado por la ley estadounidense e internacional.
Intentar bloquear una protección fundamental pone vidas en peligro y no sigue la ley que sostiene que Estados Unidos es una nación que acoge a personas migrantes que buscan la libertad. El Título 42 permite expulsar a personas aunque se enfrenten a amenazas reales contra su vida, les niega protección y las pone en peligro.
2- No se aplica para proteger la salud pública
La Sección 265 del Título 42 es una disposición del Código de Estados Unidos que se remonta a la década de 1940. Se trata de un párrafo de 128 palabras de redacción imprecisa que permite a las autoridades sanitarias estadounidenses denegar la entrada de personas o bienes en Estados Unidos “para evitar la propagación de enfermedades transmisibles.”
El gobierno de Trump alegó que la orden se ponía en marcha para proteger la salud de las personas en Estados Unidos y la de los agentes fronterizos. El gobierno de Biden detuvo la expulsión de niños no acompañados, pero dejó la orden en vigor durante casi dos años.
3- Crea un sistema discriminatorio
El Título 42 crea un sistema que excluye a las personas solicitantes de asilo en función de su nacionalidad y no de sus necesidades de protección.
Las personas provenientes de los cinco países cuya ciudadanía México ha acordado aceptar como expulsiones en la frontera terrestre (México, El Salvador, Guatemala, Honduras y Venezuela) se enfrentan a una probabilidad muy alta de ser expulsadas, porque son expulsiones fáciles, baratas y fáciles.
Los ciudadanos de de otros países tienen una probabilidad de expulsión muy baja, porque deben ser expulsados por vía aérea, lo que es caro y a veces imposible debido a las malas relaciones diplomáticas con el país receptor.
El resultado es que la probabilidad de que alguien tenga la oportunidad de solicitar protección en la frontera entre Estados Unidos y México depende sobre todo de dónde haya nacido.
4- Pone en mayor peligro a las personas que necesitan protección
Al impedir que quienes necesitan protección soliciten asilo, el Título 42 expone a los migrantes expulsados a graves peligros en México.
Más del 90% de los 2.5 millones de personas en busca de protección fueron enviadas a México, donde se han documentado casos de abuso, como asaltos, robos, violaciones y secuestros con rescate.
Resulta alarmante que, aunque se ponga fin al Título 42, los medios de comunicación indiquen que el gobierno de Biden está considerando políticas controvertidas que seguirían restringiendo el derecho a solicitar asilo.
Entre ellas podría figurar la denominada “prohibición de tránsito”, que rechazaría las solicitudes de asilo de personas migrantes no mexicanas que no hayan intentado primero solicitar asilo en otros países a lo largo de su ruta hacia Estados Unidos.
Esta y otras medidas similares serían un ataque frontal a los principios humanitarios adoptados tras la Segunda Guerra Mundial que hicieron del derecho de asilo una norma internacionalmente aceptada y consagrada en la legislación estadounidense.
5- Socava la capacidad de EE.UU. de promover una respuesta a la migración regional centrada en la protección
La administración Biden aboga por un enfoque regional de la inmigración. Pero para seguir convenciendo a otros países sobre cómo gestionar la migración, incluido el acceso al asilo, debe predicar con el ejemplo.
Tanto si el Título 42 finaliza pronto como si el Tribunal Supremo lo retrasa, el gobierno de Biden debe planear su finalización y atender a las personas solicitantes de asilo, en lugar de considerar nuevas medidas que limiten el acceso a la protección.
Esto incluye invertir tiempo y recursos en tres áreas: restablecer el derecho a solicitar asilo mejorando la tramitación en la frontera, garantizar la disponibilidad de ayuda humanitaria para quienes llegan y coordinar la respuesta local, estatal y federal y redoblar los esfuerzos para mejorar la adjudicación de asilo, recortando los tiempos de espera y reduciendo los retrasos al mismo tiempo que se garantiza el debido proceso.