Testigo protegido revela más pagos millonarios a Genaro García Luna por parte del Cártel de Sinaloa

Varios pagos millonarios fueron hechos a Genaro García Luna por parte de los hermanos Pineda Villa, quienes eran miembros del Cártel de Sinaloa, según Israel Ávila, quien fue el contador de esos miembros también de la Organización de los Beltrán Leyva

La fotografía de Genaro García Luna es la prueba de cargo "1" del juicio en su contra.

La fotografía de Genaro García Luna es la prueba de cargo "1" del juicio en su contra. Crédito: Corte del Distrito Este de NY | Cortesía

NUEVA YORK.- El quinto testigo cooperante en el juicio de Genaro García Luna reveló más pagos millonarios al exsecretario de Seguridad Pública por parte de miembros del Cártel de Sinaloa, en esta ocasión por los hermanos Pineda Villa, quienes controlaban los estados de Guerrero y Morelos.

Israel Ávila llegó a la Corte del Distrito Este de Brooklyn con su traje color caqui de recluso y reveló que fue el contador de los hermanos Mario Pineda Villa, alias “El MP” o “El Gordo Malo”, y Alberto Pineda Villa, alias “El Equis” o “Borrado”.

Ellos pertenecían principalmente a la Organización de los Beltrán Leyva, pero formaban parte de la llamada “Federación” o el Cártel de Sinaloa, antes del rompimiento que desató la guerra entre narcos en 2008.

Ávila reveló que García Luna recibía dinero de los grupos criminales a cambio de protección y asegurar las operaciones. El contador dijo que él mismo anotó varias cantidades entregadas al exfuncionario del gobierno de Felipe Calderón.

Se le entregaban $1 millón, $1.8 millones o hasta $3 millones de dólares, afirmó. Su nombre no aparecía en los libros de contabilidad, sino los dos apodos asignados por los líderes del narco: “Tartamudo” y “El Metralleta”, debido a su problema del habla.

Ávila sabía que se trataba de García Luna porque sus jefes se referían a él con los apodos, pero también decían su nombre.

Guiado por las preguntas de la asisten del fiscal Erin Reid, el testimonio de Ávila permitió conectar varios elementos revelados por otros dos cooperantes, como Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, y Óscar Nava Valencia, “El Lobo”, sobre distintos temas, incluida la protección de García Luna a las organizaciones criminales.

El contador se unió al grupo de los hermanos Pineda Villa, luego de ofrecerles servicios como agente inmobiliario, con la renta de casas, departamentos y bodegas. Dijo que pensó que eran agentes de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), porque portaban insignias de esa corporación, a veces iban en vehículos que parecían oficiales y portaban identificaciones policiacas y armas.

Agregó que pensó que trabajaban para Genaro García Luna, pero tras el asesinato de “unas personas” una casa que les rentó, uno de los miembros del grupo le preguntó si sabía para quién trabajaban.

Ávila respondió que creía que eran parte de la AFI, que trabajaban para “el señor Genaro García Luna”.

“Me dijo, no. Ni tú ni yo trabajamos para García Luna. Él trabaja para nosotros”, expuso Ávila. Entonces le revelaron que todos eran miembros del Cártel de Sinaloa y se quedó a trabajar con ellos ofreciendo los mismos servicios inmobiliarios –que también brindaba a Arturo Beltrán Leyva– además de la contabilidad.

El testigo cooperante –quien también es protegido— fue firme en sus respuestas, sin importar el tema, incluso cuando le preguntaron si participó en torturas, “quizá más de 10 veces”, reconoció.

Habló de la guerra entre cárteles que inició en 2008 y que García Luna estaba en medio, a pesar de que había sido aliado de Arturo Beltrán Leyva, quien ordenó el secuestro del exsecretario mexicano. Ávila dijo que su compadre Francisco Camacho fue el responsable de coordinar el “levantón”, sometiendo con su gente a las escoltas de García Luna. De premio le regalaron una casa, afirmó el cooperante.

También habló del arresto de Jesús “El Rey” Zambada, quien controlaba las operaciones de tráfico de droga en el Aeropuerto de la Ciudad de México. “El Grande” había hablado en la corte de ese hecho.

Señaló que “El Grande” y otros miembros del cártel se disfrazaron de agentes judiciales y detuvieron a “El Rey” Zambada. Ávila dijo haberse enterado del temor de los narcos de que la Policía de la Ciudad de México –a quien entregaron al detenido— lo cambiaran por otra persona antes de presentarlo a la opinión pública.

Ávila dijo que llamaron a un “periodista” que trabajaba para el narco, para que diera la noticia de la detención de “El Rey” Zambada e informara a otros periodistas, para asegurar su custodia. Ese fue un golpe al grupo de Ismael “El Mayor” Zambada y Joaquín “El Chapo” Guzmán, ya entonces enemigos de los Beltrán Leyva, tras la detención de Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo”.

En la corte no se tenía claro que Ávila era testigo protegido, pero los fiscales pidieron a la dibujante del tribunal que borrara la cara de sus dibujos, las únicas imágenes del interior de la sala donde se llevan a cabo las audiencias. Ella se mostró sorprendida tras ser llamada a una reunión privada con el juez Brian Cogan, los fiscales y la defensa.

Este miércoles, los abogados de García Luna cuestionarán a Ávila, pero su testimonio ha reforzado varias revelaciones de otros cooperantes y testigos, relacionados con el tráfico de droga, el pago a las autoridades, afirmaciones que llevan hacia el exsecretario mexicano y sus colaboradores cercanos, como Luis Cárdenas Palomino.

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