30% de estadounidenses estaría dispuesto a modificar genéticamente a sus bebés para hacerlos más inteligentes
1 de cada 3 estadounidenses dijo que prefería optar por la edición genética de sus bebés antes que prepararlos para el SAT para ingresar a una prestigiosa universidad
Regularmente los padres siempre buscan lo mejor para sus hijos y algunos estarían dispuestos a llegar al extremo de modificar genéticamente a sus bebés para que puedan acceder a mejores universidades.
Un artículo publicado hoy en la revista Science indica que una proporción sustancial de estadounidenses está dispuesta a utilizar una tecnología genética reproductiva esencialmente no regulada para aumentar las posibilidades de tener un bebé que algún día sea admitido en una de las 100 mejores universidades del mundo.
Según el estudio, los encuestados con titulación universitaria y los menores de 35 años -la mejor edad para tener hijos- estaban más dispuestos a utilizar el cribado embrionario poligénico junto con la fecundación in vitro (FIV).
Teniendo en cuenta la rapidez con que se extienden las nuevas tecnologías, los investigadores querían calibrar la actitud del público hacia las tecnologías reproductivas y si su disposición a utilizarlas se veía influida por lo que hacían los demás.
Utilizando una amplia muestra representativa a nivel nacional, los investigadores preguntaron a los encuestados qué probabilidades había de que utilizaran el cribado poligénico, la edición de genes al estilo CRISPR o la formación estándar del curso de preparación para el SAT (el examen que da acceso a la universidad en Estados Unidos) para aumentar las probabilidades de que su hijo ingresara en una de las 100 mejores universidades, suponiendo que ya estuvieran utilizando la FIV y que todas las opciones fueran gratuitas y seguras.
Los resultados de la encuesta
La mayoría de la gente (68%) dijo que era más probable que utilizaran la preparación para el SAT; minorías sustanciales eran más propensas a utilizar la edición genética (28%) y el cribado poligénico (38%) con este fin.
Las personas a las que se les dijo que la mayoría de las personas en posición de utilizar cada servicio optaban por hacerlo eran más propensas a decir que ellas también lo utilizarían, lo que sugiere la posibilidad de un modesto “efecto arrastre”.
Los investigadores sostienen que estos resultados sugieren un interés considerable -y probablemente creciente- en el uso de tecnologías genéticas para tratar de influir en los rasgos y resultados de la descendencia, incluso para “mejorar” resultados sociales y conductuales como el nivel educativo; sin embargo, destaca que ha llegado el momento de entablar un debate nacional sobre la posible regulación del cribado embrionario poligénico.
“Existe -con razón- una gran preocupación entre los académicos, incluidos nosotros, de que las empresas y las clínicas de FIV que utilizan el cribado embrionario poligénico puedan exagerar, intencionadamente o no, su posible impacto”, afirma Michelle N. Meyer, directora del Departamento de Bioética y Ciencias de la Decisión de Geisinger y primera autora del artículo.
“Pero en este estudio, estipulamos un efecto realista -que cada servicio aumentaría las probabilidades de tener un hijo que asista a una de las 100 mejores universidades en 2 puntos porcentuales, del 3% al 5% de probabilidades- y mucha gente sigue interesada”, agrega.
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