A pesar del miedo, México confía en sus bancos ante cierre de otros en EEUU

Actualmente, el sistema bancario mexicano se caracteriza por altos niveles de capitalización y un enfoque conservador en cuanto al manejo de riesgos

México confía en sus bancos ante cierre de otros en EEUU

Los bancos mexicanos han demostrado fortaleza ante la caída de instituciones bancarias estadounidenses. / FOTO: AFP/Getty Images Crédito: PEDRO PARDO | AFP / Getty Images

MEXICO.– El tipo de trabajo que Amelia Sánchez ha tenido toda su vida laboral como académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) le permitía vivir ajena al sistema de impuestos mexicano, lejos de la Hacienda, tranquila hasta que se dio cuenta que los Cetes, le daban una tasa de interés imposible de rechazar.

Los instrumentos de ahorro del gobierno mexicano ya llevaba una década moviéndose discretamente como un sistema de ahorro seguro, pero en los últimos tiempos sus tasas alcanzaron hasta el 12% de interés atrayendo en 2022 a más de 300,000 ahorradores.

 Amelia no quería quedarse atrás por lo que corrió a las oficinas del Sistema de Administración Tributario (SAT) a darse de alta porque es un requisito para adquirirlos.

El Banco de México ha subido su tasa de interés hasta más de dos dígitos para controlar la inflación; contrario a la timidez del gobierno estadounidense, que se debate actualmente entre el incremento de sus tasas de interés y la estabilidad bancaria tras la quiebra de bancos de nicho.

Durante las últimas dos semanas la conversación en los mercados financieros ha tenido como epicentro la quiebra de tres bancos regionales en Estados Unidos (Silicon Valley Bank, Signature Bank y Silvergate Bank) y el rescate de FirstRepublic Bank y Credit Suisse.

Las políticas mexicanas de altas tasas de interés tienen como resultado un nivel de préstamos individuales y empresariales inferiores a su principal socio comercial pero lo ha blindado después de la agria experiencia en 1994 que vivió una de las crisis económicas más agudas de su historia.

Pérdidas de patrimonios familiares, quiebre de empresas y dramas suicidas llevaron al Estado mexicano a un tortuoso rescate en 1995 y a la reconfiguración del mapa del sector financiero.

Actualmente se caracteriza por altos niveles de capitalización y un enfoque conservador en cuanto al manejo de riesgos, observa Joaquín López Dóriga Ostolaza, director de EP Capital,  consultoría especializada en finanzas.

“Ahora la banca mexicana tiene características muy diferentes a la de los bancos intervenidos en Estados Unidos”, advierte.

El consultor detalla que las políticas de otorgamiento de crédito en México tanto empresarial como a personas físicas y de inversiones de tesorería han sido más que prudentes (la tasa de interés más baja de las últimas décadas ha sido de 8%) por lo cual el sistema bancario en México cuenta con un superávit de depósitos a cartera de crédito y niveles de liquidez holgados.

“Los bancos aquí están principalmente fondeados por una base de depósitos del público ahorrador muy bien diversificada y con costos muy bajos. Esto hace que una situación como la de Sillicon Valley, en la que pocos clientes de depósito pudieron detonar una salida masiva de recursos en cuestión de horas, sea mucho menos probable”.

OFICIALMENTE

Amelia Sánchez sacó su dinero de los bancos antes de la crisis de los tres bancos en Estados Unidos. Fue una manera de hacerse de un ingreso activo. Invirtió $500,000 pesos  (alrededor de $20,000 dólares al tipo de cambio actual) a través del portal Cetes directo (https://www.cetesdirecto.com/sites/portal/inicio) a una tasa del 12% por lo que cada mes recibe poco más de $270 dólares.

 “Suena poco, pero nadie te los da por no hacer nada”, detalla sobre las ventajas de ahorradora. “Eso alcanza perfectamente para mi comida del mes”.

Además del incremento de las tasas de interés, el Estado mexicano obliga a las instituciones bancarias a mantener un índice de capitalización mínimo

En México el ICAP mínimo es de 8.0%; sin embargo, debido a restricciones establecidas en el cálculo de capital neto, los bancos para mantenerse sin ningún tipo de medida correctiva, deben cumplir con un nivel mínimo de 10.5%.

De acuerdo con el Banco de México, el Índice de Capitalización (ICAP) representa la fortaleza financiera de una institución para soportar pérdidas no esperadas por los riesgos en los que incurre.

Además deben presentar oficialmente un informe detallado de evaluación integral de las causas de su situación financiera, un plan de conservación de capital, restricciones parciales al pago de dividendos, compensaciones y bonos extraordinarios adicionales, abstenerse de incrementar los financiamientos otorgados a persona, entre otras.

En el análisis “Sistema bancario mexicano, crecimiento de capital y crédito ante desaceleración económica”, la agencia Fitch Ratings concluyó esta semana que las instituciones bancarias de México cuentan con el margen suficiente para resistir.

Dijo que “los riesgos de contagio y los efectos de segundo orden de las recientes quiebras bancarias en Estados Unidos tendrán efectos limitados”.

En la más reciente Convención Bancaria, la  gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez, insistió también en que el sistema del país “se encuentra bien capitalizado y con niveles adecuados de liquidez y en ambos casos con holgura sobre los mínimos regulatorios”.

No obstante a estos mensajes, hay preocupaciones entre la población por noticias como las pérdidas en los bancos en la Bolsa Mexicana de Valores que ascienden a $68,013 millones de pesos desde el colapso de Silicon Valley Bank el 9 marzo pasado.

“La verdad es que sí tengo miedo de que pueda perder mi dinero”, reconoce Javier Aguilar, un abogado sin experiencia en bonos del estado como CETES. “Al final también son del gobierno y también los puedo perder.

Para algunos analistas, el principal riesgo en tiempos de turbulencias financieras, como este 2023, se encuentra en la falta de cultura financiera. Según la encuesta nacional de inclusión financiera (ENIF, 2021), dos de cada tres personas no comparan o desconocen un producto financiero antes de adquirirlo y hay muchos abusos.

“Es un momento delicado”, dice Javier Aguilar. “Lo peor es que no sé qué hacer: si sacar el dinero para guardarlo en el colchón”.

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