Disminuyen los mitos entre la comunidad latina sobre las vacunas contra Covid-19

La cuota de muerte por la pandemia afecta más a este grupo en California con 41,900 víctimas; los niños de 5 a 11 años son los menos protegidos

Hilda Pedroza recuerda a su padre David Estuco, quien falleció por Covid-19

Hilda Pedroza recuerda a su padre David Estuco, quien falleció por Covid-19 Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

A menos de dos meses del 11 de mayo, fecha en que finalizará el estado de emergencia por Covid-19 en California, los mitos con relación a la enfermedad no han desaparecido entre los latinos, una comunidad impactada hasta el 7 de marzo con el 44.4%  de las 100,799 muertes a consecuencia de la pandemia.

El doctor Saahir Khan, especialista en enfermedades infecciosas, de Keck Medicine de la USC, recuerda que, particularmente entre las personas mayores notó cierta información errónea y mitos que creyeron de las redes sociales

“Lo vi en personas que pueden ser más nuevas en este país [inmigrantes]”, dijo a La Opinión. “Algunos de los mitos eran que había un chip de computadora dentro de la vacuna y que permitía que la mente de alguien fuera controlada; eso nos parece ridículo, pero mucha gente lo creyó”.

Refiere, además, que alguien hizo un video de YouTube sobre una persona que recibió la vacuna murió algún tiempo después.

“Miles de millones de personas recibieron la vacuna y no les sucedió nada; algunas fallecieron probablemente por causas no relacionadas, pero en realidad, decir que exista un riesgo con la vacuna eso no es verdad”, expresó. “Pero, en estos tiempos ya no he escuchado tanto estas cosas”.

Otro mito era que la vacuna estaba hecha de células madre fetales y que era contra la religión vacunarse.

“Si vas a diferentes organizaciones religiosas, con diferentes autoridades, dentro de la religión principal (catolicismo), dicen que no hay ningún problema religioso con la vacuna”, añadió el doctor Khan. “Ese es otro mito que he escuchado más recientemente. Esa es la razón de algunas personas para no vacunarse”.

Numerosos contagios en un solo hogar

Lupita Martínez, una vendedora ambulante de 28 años que vive en Rosemead, California, recuerda el susto que pasaron en su casa: a excepción de sus dos hijas, un total de siete personas contrajeron el virus.

Su hermano Hilario, de 19 años, no creía en el virus. Decía que el coronavirus era “un invento” del gobierno de Estados Unidos para controlar a las personas.

“En septiembre de 2022 a él le dio mucha fiebre por tres días y le dolía muchísimo el cuerpo, pero ni así quiso hacerse la prueba”, recordó. “Después de él nos enfermamos los demás…, yo me hice la prueba y salí positiva, a mí me dolía mucho la garganta”.

Los únicos que no se contagiaron fueron mis hijos: Mario (9 años) y Roxana (7); ambos ya recibieron dos dosis de la vacuna Pfizer.

Sin embargo, Lupita también tuvo que vencer sus propios miedos sobre la vacuna. Ella describió a Excélsior que, durante pláticas con familiares que, incluso aun algunos no se han vacunado, los escuchó decir que, con las vacunas les iban a poner un chip y les daría Covid; que las mujeres se iban a quedar estériles, que las vacunas eran para matar gente y que convertirían a las personas en zombis.

“Una amiga mía que vive en Bakersfield me dijo que había visto un video que decía que la vacuna le estaba provocando un infarto al corazón a las personas”, narró la mujer originaria del estado de Puebla, México.

Vencidos los mitos, ahora Lupita está exhortando a cuantos conoce en la calle, a que tomen el paso de vacunarse y proteger a sus hijos.

“Escuché la predicación de un pastor que dijo claramente que las personas que no quieren vacunarse son egoístas y ponen en mayor riesgo a más gente, aun sabiendo que hay vacunas para protegerse”, subrayó la vendedora de elotes.

Bajas tasas de vacunación

Los niños latinos entre 5 y 11 años de edad se encuentran al final de la tasa de vacunación contra el Covid-19, y esa es una gran preocupación para expertos en salud pública.

Hasta el 22 de marzo de  este año, los menores latinos habían sido vacunados a una tasa del 25%, por debajo del 27% de niños afroamericanos, del 30% de los nativos americanos y de Alaska; el 39% de niños caucásicos y el 52% de los menores nativos de Hawái y de las Islas del Pacifico.

“Sabemos que, si una persona no está vacunada, su riesgo de tener una enfermedad grave por Covid-19 aumenta”, dijo a Excélsior el doctor Saahir Khan, especialista en enfermedades infecciosas de Keck Medicine de la USC. “Eso significa que su riesgo de enfermarse, estar en el hospital, estar conectado a un ventilador y morir, aumenta”.

El experto señala que, en particular, las minorías raciales tienen mayor riesgo de contraer Covid 19, porque tienen más comorbilidades médicas.

“En general, en numerosos estudios hemos visto un mayor riesgo de este virus entre las comunidades minoritarias y desatendidas. Por lo tanto, es aún más importante vacunarse si tiene un mayor riesgo”, advirtió el experto en salud. “Los latinos corren un riesgo muy alto por este virus”.

En efecto, los latinos corren un riesgo muy alto por este virus y representan las tasas más altas de hospitalización y muerte.

Octogenarios la mayor cantidad de fallecidos

Entre las 100,799 muertes confirmadas por raza y etnia al 7 de marzo, en California el 42.5% de ese total fueron fallecimientos de 44,754 personas latinas.

Un total de 62 personas que sucumbieron al contagio de Covid-19 tenían de 5 a 17 años; 1,675 de 18 a 34 años; 6,235 de 35 a 49 años; 11,040, de 50 a 59 año, 9.176 de 60 a 64 años y 11,554 de 70 a 74 años.

“Mi papá casi se quedó sin oxígeno y tuvimos que llamar al 911”, comentó Hilda Pedroza, residente del Este de Los Ángeles. “Lo tuvimos enfermó casi un mes en la casa, pero no lo llevábamos porque se decía que quienes entraban al hospital ya no salían vivos”.

Era diciembre de 2020, el señor David Ordaz Moreno, de 71 años, sobrevivió al Covid-19.

“Era lo que se decía en aquellos momentos”, agregó Hilda Pedroza. “Ahora, todos en casa ya estamos vacunados”.

Sin embargo, personas mayores de 80 años que sucumbieron durante la pandemia fueron 38,421.

La reticencia a las vacunas obedece a que no hay mucha conciencia sobre los refuerzos de protección, incluso si alguien ya recibió una o dos dosis previas de vacunas.

“Incluso si usted recibió una vacuna en el pasado, necesita el nuevo refuerzo”, dijo el experto. “No hay tantas personas como en los últimos dos años porque muchas más personas se han inmunizado, pero aun así, sigue siendo un problema de salud…”.

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