La manipulación, la verdadera arma de la derecha

Lo triste es que muchos de nosotros en México le seguimos creyendo a esos medios y partidos que nos engañaron por décadas

Expresidentes de México: Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón.

Expresidentes de México: Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón. Crédito: EFE | EFE

Si en pleno 2023 no te has dado cuenta que los candidatos de derecha o conservadores en su mayoría roban, privatizan y son autoritarios, es porque estos grupos son unos maestros de la simulación y tienen el poder económico para hacerlo.

Es por eso que en México harán lo que sea necesario para regresar al poder, a estos grupos no les interesa la democracia porque no podrían ganar con el apoyo del pueblo, cuando en realidad lo que representan son los intereses de los privados y las transnacionales, es por eso que tienen que mentir y hacer fraude para ganar, no les queda de otra.

Eso ya lo hemos vivido, posiblemente desde 1988 cuando le robaron las elecciones a Cuauhtémoc Cárdenas y de ahí hasta el 2018; aunque me atrevería a decir que la elección del 2000 fue la única que ganaron. El problema aquí fue que la gente creía en el cambio, pero nada pudo estar más lejos de la verdad. El triunfo de Vicente Fox simplemente había sido un movimiento de gatopardismo entre el PRI y el PAN.

Uno de los objetivos principales de estos grupos es controlar el presupuesto a su beneficio, privatizar las industrias públicas, dar concesiones y firmar contratos llenos de corrupción y con deuda para el pueblo.

Prueba de ello es el Fobaproa, la reforma energética, la empresa de Luz y Fuerza donde 40 mil trabajadores quedaron a su suerte, la venta de Mexicana de Aviación, Aeroméxico y la concesión de minas, carreteras, la banca, ferrocarriles, puertos, aeropuertos y la telefonía entre muchas otras.

Por si fuera poco, estuvieron a punto de quebrar a Petróleos Mexicanos y se han opuesto una y otra vez a los programas sociales del gobierno de Obrador para ayudar a los más vulnerables, especialmente la tercera edad.

Claro, todo esto no llegó fácil en cinco décadas. Desafortunadamente hubo represión y miles de vidas apagadas, primero lo hicieron con la guerra sucia (1968 a 1980), luego del 88 al 2,000 más de 696 líderes sociales del PRD fueron asesinados o desaparecieron y después vino la guerra contra el narco de Calderón, eso sin contar la masacre de Acteal, Cadereyta, Tlatlaya, Iguala, Apatzingán; además de las fosas masivas encontradas en Guerrero, Coahuila y Durango entre muchas otras.  

Así que no te enojes ni te ofendas, que no eres el único que no recuerda este lado oscuro de estos grupos que ahora quieren regresar al poder. Desafortunadamente, la derecha en el mundo occidental, no se tienta el corazón y no tiene límites. En Estados Unidos, por mencionar algunas víctimas, han asesinado hasta a Presidentes o activistas y reverendos que se atrevieron de dar la cara por el que menos tiene: Abraham Lincoln, MLK, John y Robert Kennedy, Malcolm X,  y toda la era del macartismo donde se dedicaron a perseguir a activistas y profesores universitarios.

Uno de los problemas es que estos grupos en su mayoría son dueños de los medios de información tradicionales o trabajan para el poder económico de cada país; es por eso que no es fácil librarse de tanta propaganda y entretenimiento barato (comedias y fútbol) para que el pueblo no se entere. A mí me costó casi 20 años entenderlo, y eso que trabajo en medios periodísticos.

En otras palabras, era normal que todos pensaramos igual porque no había opciones, todos veíamos, escuchábamos y leíamos lo mismo. Pero a pesar de eso, mucha gente en México ya no creía en esos medios; prueba de ello fueron las elecciones de 1988; no obstante, no importaba cómo votará la gente porque de igual forma estos grupos controlaban las elecciones y con la ayuda de los medios y el reconocimiento de Estados Unidos, siempre ganaban.

Algunos de los principios que estos grupos ocupan son de la propaganda hitleriana: la transposición, que es acusar al adversario de lo que ellos en realidad son culpables. Además, si no pueden negar las acusaciones, entonces inventan noticias falsas para distraer al público. No por nada, no pasa un día sin que llamen a Obrador: aspirante a dictador o destructor de la democracia.

Otro ejemplo es la quema el 18 de marzo de una piñata con la figura de Norma Piña, la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Ya hay pronunciamientos incluso desde Estados Unidos, y los principales medios no dejan de condenar el acto; no obstante, estos mismos medios, partidos políticos y entidades internacionales no dijeron nada en más de media docena de actos en que la figura del presidente López Obrador había sido quemada. ¿Dónde está la congruencia? Ah, pero si consideramos que todo esto sirve para que ya no se hable del caso de Genaro García Luna, entonces todo tiene sentido.

En una ocasión el publicista Carlos Alazraki, quien parece orgulloso del odio que profesa contra el presidente mexicano, dijo que la fórmula para ganarle al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), o sea a López Obrador, era con propaganda negativa.

“Y mientras más mentiras des, mejor te va”, enfatizó el publicista y todo un maestro de la manipulación.

Lo triste de todo esto, es que muchos mexicanos le siguen creyendo a esos medios y partidos políticos que nos engañaron varias décadas. Aunque ahora que estamos recuperando la memoria, esperemos que las cosas cambien

Gracias por leer hasta el final.

Agustín Durán nació en Ciudad de México, pero vive en Lo Ángeles desde 1992 y es el editor de las noticias locales de La Opinión.

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