Siete lecciones que dejó la pandemia del Covid-19

Los latinos aprendieron a desconfiar de la información falsa publicada en redes sociales; vuelven a hacer un llamado para que las personas se vacunen

Comunidad latina fue una de las más rezagadas en cuanto a las pruebas contra el Covid.

Comunidad latina fue una de las más rezagadas en cuanto a las pruebas contra el Covid.  Crédito: Cortesía | Cortesía

La comunidad científica reconoce que, en California, un estado con 40 millones de habitantes, en términos generales, hizo buen trabajo durante tres años en el manejo de la pandemia de Covid-19, tras el primer brote masivo de contagios en un asilo  de la tercera edad en Washington State, hacia finales de febrero de 2020.

“El estado cerró poco después escuelas, trabajos, iglesias, parques y trató de mantener a la mayor parte de la gente en sus casas”, dice el doctor Edward Jones-López, especialista en enfermedades infecciosas de Keck Medicine de la Universidad del Sur de California (USC). “Se implementó la sana distancia, el uso de mascarillas y se hicieron recomendaciones para interrumpir la transmisión del virus”.

Desde que se declaró la pandemia, en marzo de 2020, el Departamento de Salud Pública de California comenzó a archivar los datos más recientes para los casos y muertes, las tasas de positividad, hospitalizaciones, tasas de vacunación, refuerzos, pruebas, tratamientos y otras medidas de mitigación como el uso de cubrebocas y ventilación en espacios interiores.

Con el fin del estado de emergencia el 11 de mayo, el estado eliminará de forma progresiva las últimas normativas y órdenes ejecutivas que se emitieron desde hace tres años.

La crisis mundial de salud, sin embargo, dejó lecciones valiosas para la comunidad latina, , entre las que se encuentran:

Desinformación y mala fe

La Organización Mundial de la Salud (OMS)  vaticinó y denunció que, durante esta pandemia habría desinformación o información no veraz que, al final, creó un enorme problema de salud pública.

“De por sí la información en tiempo real es compleja y en base a conocimientos que se van agregando la investigación va cambiando; eso sucedió en esta pandemia”, comenta el especialista en enfermedades infecciosas de la USC. “Y, si a la comunicación de mensajes de salud pública se le añade la desinformación de mala fe de mucha gente, para promover información falsa o dudosa, el problema se volvió infinitamente más complicado para los hispanos”.

A nivel global hubo incertidumbre y dudas. Tuvo un enorme impacto en la implementación del uso de mascarillas, en el respeto a la sana distancia y en cuanto al uso de medicamentos inseguros como Ivermectina, un medicamento que se utiliza para tratar o prevenir los parásitos en los animales.

Para el doctor Ilan Shapiro, director médico de educación para la salud en Altamed, “debimos haber estado presentes con información rápida y efectiva en nuestro idioma; me dolió ver que pudimos haberlo hecho mejor y evitar muchas muertes y sufrimiento, desgraciadamente a causa de la desinformación”.

Falta de confianza del público

El doctor Edward Jones-López señala que, para los médicos y autoridades de salud pública fue sumamente “difícil y frustrante” saber que la gente no confiaba en ellos, no solo en cuanto al rápido desarrollo de las vacunas, sino también a la misma desinformación que hizo presa de su pensamiento, principalmente a través de las redes sociales.

“No solo fue en cuanto al desarrollo técnico de la vacuna, para la cual ya había estudios randomizados con miles de personas”, manifiesta el científico. “Ya teníamos fuertes datos de que las vacunas eran seguras y eficaces; eran datos muy convincentes que nos permitieron decir con mucha precisión que las vacunas ayudaban a evitar desenlaces de enfermedades más graves o muerte”.

El poder de grupos antivacunas

Otra lección que dejó la pandemia fue el poder de organización y financiamiento que recibieron los grupos antivacunas y de extrema derecha para avivar los temores de la vacuna Covid-19.

Lo hicieron justamente durante el periodo más álgido de contagios y muertes e incitaron a dueños de negocios para protestas y mantenerse abiertos.

Sus manifestaciones ocurrieron en momentos cruciales para la salud pública y, posteriormente, en su campaña en contra de los esfuerzos de vacunación.

“Pudieron diseminar su mensaje de forma negativa”, reconoce el doctor Jones-López. “Y como en todas las cuestiones médicas, afectan a quienes tienen menos acceso a la información, a la gente pobre, y en forma desproporcionada a los hispanos y afroamericanos y otras comunidades pobres”.

Inequidad en la distribución de vacunas

El gobernador Gavin Newsom fue criticado por no haber distribuido rápidamente la vacuna a las personas mayores, que corrían el mayor riesgo de morir. Lo hizo hasta el 13 de enero de 2021, cuando el estado ocupaba el último lugar en el ritmo de distribución de vacunas.

Su respuesta fue similar en el caso de los latinos, quienes para febrero de 2021 representaban más de la mitad de todos los fallecidos por Covid-19.

Sin embargo, para el doctor Jones-López, en general, la respuesta de California a la pandemia “estuvo bastante bien”.

Inequidad en los servicios médicos

Las disparidades raciales y étnicas persistieron en el tratamiento ambulatorio de Covid-19. Durante abril y julio de 2022, el porcentaje de pacientes menores de 20 años tratados con Paxlovid fue un 36 % y un 30 % más bajo entre los pacientes afroamericanos  e hispanos que entre los blancos y pacientes no hispanos, respectivamente. Paxlovid fue un medicamento recetado con más frecuencia como tratamiento ambulatorio contra el Covid-19.

“Desgraciadamente, nuestra comunidad de forma consistente está atrasada en la prestación de servicios de salud y casi siempre lleva la carga más pesada”, dijo el doctor Shapiro. “Esto ha sido por décadas, y, de presentarse una nueva crisis de salud, será la misma historia; aprendimos que nuestra gente necesita mejor atención”.

Reflexionar sobre cómo vivimos

Una lección más que dejó la pandemia, de acuerdo con doctor Shapiro, director médico de Altamed es, analizar la forma en que los latinos vivimos la vida.

“Hay que analizar cómo reaccionamos y vivimos ante el estrés, la diabetes, hipertensión, enfermedades que se relacionan frecuentemente con nuestra comunidad”, indicó. “Hay que estar atentos con lo que comemos para evitar complicaciones que, de otra forma pueden ser de menor riesgo y consecuencias”.

Las vacunas sí funcionan

“En el caso de los latinos, nuestra gente se dio cuenta que las vacunas funcionan y protegen”, dijo el doctor Jones-López. “Muchos ya se vacunaron, pero faltan muchos por vacunar, pero cuando juntamos a los infectados naturalmente por la enfermedad ya hay inmunidad de rebaño, aunque no sea completa”.

Por su parte, el doctor Ilan Shapiro destacó que los latinos “aprendimos a preguntar sobre las enfermedades y a escuchar menos a las redes sociales”.

“También, nuestra gente se dio cuenta de que sucedieron cosas que realmente no estaba en nuestras manos resolverlas como el problema de acceso a las vacunas o que la información no estaba en nuestro idioma; aprendimos también a ser muy críticos de la importancia no retransmitir información falsa porque las vacunas sí nos protegieron y van a seguir protegiendo a quienes quieran vacunarse”.

“Por eso, es sumamente importante que quienes no lo hayan hecho se vacunen”, aconsejó el doctor Jones-López.

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