Contaminación atmosférica puede provocar problemas de desarrollo cerebral en bebés
Investigadores encontraron que existe una relación entre la mala calidad del aire y el deterioro de la cognición visual durante los dos primeros años de vida
Científicos británicos han descubierto una conexión entre la mala calidad del aire y el deterioro de la capacidad mental en niños. Crédito: MONEY SHARMA | AFP / Getty Images
La contaminación atmosférica genera millones de muertes prematuras en el mundo y ahora un grupo de investigadores hallaron que puede afectar el cerebro bebés y niños.
La Organización Mundial de la Salud calcula que cada año la exposición a la contaminación del aire causa 7 millones de muertes prematuras y provoca la pérdida de otros tantos más millones de años de vida saludable. En los niños, esto podría suponer una reducción del crecimiento y la función pulmonares, infecciones respiratorias y agravamiento del asma.
Y recientemente, científicos británicos han descubierto una conexión entre la mala calidad del aire y el deterioro de la capacidad mental en niños menores de dos años en la India
Los autores del estudio publicado en la revista eLife dicen que antes los estudios no habían establecido una relación entre la mala calidad del aire y los problemas cognitivos en los bebés, cuando el crecimiento cerebral es más rápido y el cerebro puede ser especialmente vulnerable a las toxinas y esta nueva investigación es la primera que demuestra esta conexión.
El equipo de la Universidad de East Anglia (UEA) evaluaron, de octubre de 2017 a junio de 2019, la memoria de trabajo visual y la velocidad de procesamiento visual de 215 niños pequeños mediante una tarea cognitiva especialmente diseñada. Una pantalla mostraba cuadrados de colores que parpadeaban constantemente, mientras que otra pantalla presentaba un cuadrado de color que cambiaba después de cada parpadeo.
Con esa tarea buscaban aprovechar la tendencia de los niños a apartar la mirada de algo visualmente familiar y dirigirla hacia algo nuevo. Les interesaba saber si los niños eran capaces de detectar el lado cambiante y cuál era su rendimiento a medida que aumentábamos la dificultad de la tarea incluyendo más cuadrados en cada pantalla.
El equipo utilizó monitores de calidad del aire en los hogares de los niños para medir los niveles de emisión y la calidad del aire, al tiempo que contabilizaba y controlaba el estatus socioeconómico familiar.
El resultado
Tras el análisis, encontraron que existe una relación entre la mala calidad del aire y el deterioro de la cognición visual durante los dos primeros años de vida, cuando el crecimiento cerebral está en su punto álgido. Estos efectos podrían persistir a lo largo de los años, afectando negativamente al desarrollo a largo plazo”, señala el profesor Spencer, según SWNS.
La investigación sugiere que los esfuerzos globales para mejorar la calidad del aire podrían beneficiar a las capacidades cognitivas emergentes de los bebés.
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