Fentanilo, ‘una droga que está matando a nuestra comunidad’

1,259 latinos perdieron la vida en el condado de Los Ángeles de 2016 a 2021, no muy lejos de los 1673 blancos que perecieron durante el mismo período

La demanda de fentanilo se está incrementando entre los consumidores estadounidenses

El tráfico de fentanilo con destino a Estados Unidos está superando al de otras drogas como la marihuana y cocaína. Crédito: Johannes EISELE | AFP / Getty Images

Brandon Verdín desde los 18 años ha consumido drogas, hoy tiene 25 y no encuentra la salida para dejarlas. Dice que una amiga suya se las ofreció y desde entonces no ha podido dejarlas.

 “Necesito ayuda… No la he librado”, dice Brandon, quien nació en Guadalajara, Jalisco y ahora vive entre las vías del tren en la ciudad de Vernon.

Su novia, con quien deambula por las calles de Los Ángeles y con quien duerme a la intemperie, también es una joven que vive en la calle y consume drogas.

“Yo estaba consciente cuando una amiga me ofrecía drogas gratis, pero después tuve que robar para poder conseguirlas en la calle”, señala.

Brandon Verdín quiere rehabilitarse de su adicción a las drogas.
Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

En charla con La Opinión, es evidente la noción de que los trastornos de tics han empeorado la salud física y mental de Brandon, a quien siempre acompaña su mejor amigo, su perrito “Oreo”.

“Probé la cocaína en cristal y nunca más pude parar”, dijo Brandon, quien fue participante de un panel sobre la crisis de sobredosis de drogas que están afectando a los jóvenes en el condado de Los Ángeles.

Un informe de datos de las sobredosis en el condado de Los Ángeles indica que los residentes blancos representaron la mayor cantidad de muertes accidentales por sobredosis de fentanilo.

Entre el total de 3,652 fallecimientos, de 2016 y 2021, el número de personas blancas fallecidas fue de 1,673, seguido por personas de origen latino: 1,259.

En ese mismo ciclo de cinco años, por distrito del condado de Los Ángeles, la cifra de muertes fue: 870 (Distrito 1/Hilda Solís); 674 (Distrito 2/Holly Mitchell); 857 (Distrito 3/ Lindsey P. Horvath); 633 (Distrito 4/Janice Hahn) y 530 (Distrito 5/Kathryn Barger).

Hilda Solís, supervisora del Distrito 1 donde se encuentra Skid Row, epicentro del uso de drogas en el condado, dijo que ella está comprometida para encontrar una solución, y ha presentado varias mociones para reforzar la respuesta al uso de sustancias.

“Ya sea a través de establecer una amplia red de proveedores de uso de sustancias o entregar recursos como naloxona y pruebas de fentanilo directamente a la comunidad”, dijo Solís.

 “Esto incluye un conjunto integral de servicios, desde la prevención hasta el tratamiento y principios basados en evidencia, como el método de reducción de daños”.

Distribuyen Narcan

Durante el evento “Unidos por Comunidades Saludables: Una conversación acerca de la crisis de drogas”, en la ciudad de Bell, César Zaldívar Motts, director ejecutivo de NewStart Housing Corporation, un programa de desarrollo de vivienda asequible en los condados de Los Ángeles y San Bernardino, lideró una capacitación sobre el uso de Narcan, un medicamento genérico denominado naloxona que es recetado para detener temporalmente el efecto de opioides mortalmente poderosos como el fentanilo.

 “El fentanilo es una droga que está matando a nuestra comunidad”, manifestó Zaldívar. “Y, usar el Narcan ayuda a una persona a respirar nuevamente y a despertarse de una sobredosis de opioides”.

César Zaldívar Motts muestra una caja de Narcan.
Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

La conversación sobre la crisis de sobredosis, uso y abuso de drogas y problemas de salud mental ante decenas de residentes de las ciudades del sureste de Los Ángeles ha despertado la conciencia de atacar la problemática.

“La adicción a las drogas es algo de lo que hemos hablado en el pasado, pero es algo de lo que tenemos que hablar ahora y en nuestro futuro”, dijo Zaldívar Motts.

¿Seguridad escolar?

De hecho, él se unió a esta causa recientemente, después que su tío Francisco se suicidó por una sobredosis de drogas, en 1992, a los 30 años. Eso fue devastador para él y su familia.

“Es algo que se queda contigo, yo tenía 18 años, y la familia simplemente no puede olvidar eso ni las dificultades que pasamos”, añadió.

Una segunda razón, -compartió con La Opinión- fue que, en la escuela de su hija Cristina de 16 años, Bell High School, le notificaron dos casos de sobredosis de fentanilo en el campus.

Zaldívar dijo que no podía dar crédito a esa información porque “se supone que todos pensamos que nuestros hijos se encuentran a salvo en la escuela. Queremos que estén seguros y lo enviamos para que se eduquen, pero escuchar las noticias en mensajes de texto que un compañero de clase de mi hija ha tenido una sobredosis, eso te hace pensar ¿qué tan segura está mi hija?”.

Actualmente se vivie una crisis de víctimas de fentanilo a nivel nacional.
Crédito: DEA – cortesía | Cortesía

Respuesta del LAUSD

Con relación a los aparentes casos de sobredosis en la secundaria Bell High School, una portavoz del LAUSD dio a conocer que el director del plantel, Felipe Barragán había asegurado que, en los dos años que lleva como director no se han presentado sobredosis, sino “emergencias médicas” que no se pueden discutir públicamente por razones de privacidad de los estudiantes.

Explicó que “en respuesta a la devastadora epidemia de sobredosis que son demasiado comunes, el Distrito Unificado de Los Ángeles ha incluido iniciativas como una conferencia de prensa anunciando la intención de abordar la crisis de opioides, y que Narcan  estuviera disponible en todas las escuelas K-12”. 

Además, subrayó la vocera, se permitió que los estudiantes porten en sus mochilas el medicamento que puede salvar vidas.

La portavoz indicó que, entre otras medidas,  el LAUSD ha ampliado su asociación con educadores, organizaciones comunitarias y hospitales para involucrar a las familias en conversaciones sobre el abuso de sustancias y las señales de identificación para padres, cuidadores y jóvenes.

Además, entre febrero y marzo de 2023, las escuelas ofrecieron a los estudiantes y familias al menos dos de los cuatro módulos de uso de sustancias: “Concienciación sobre el uso de sustancias”; “¿Por qué los niños consumen drogas y alcohol?”; “Cómo hablar con su hijo sobre las drogas y el alcohol” y “Construyendo Resiliencia en Nuestros Niños”.

Guerra al fentanilo

Carlos Islas, jefe del Departamento de Policía de Bell, declaró a La Opinión que, cuando cambiaron las leyes en el condado de Los Ángeles, “personas que estaban en posesión de heroína o cocaína, aunque fueran arrestadas y sus casos fueran enviados a la fiscalía de distrito, le quitaron el poder a un juez para enviar a esas personas a cumplir con programas alternativos mandatorios, en lugar de que fueran enviados a la cárcel”.

Islas consideró que, en la actualidad es más problemático para las familias ayudar a sus hijos a superar un problema de acción a las drogas o que reciban tratamiento de salud mental, porque los servicios de consejería cuestan mucho dinero.

Agregó que Bell y todas las ciudades del sureste de Los Ángeles no tienen suficientes programas para mantener a los jóvenes alejados de las drogas, y que el estado tiene que destinar más dinero para reducir los efectos de la crisis de salud que se vive con las drogas, particularmente con el fentanilo.

Por el contrario, el fiscal de distrito del condado, George Gascón dijo que la guerra es contra el fentanilo y no contra las personas.

 “Es esencial para cualquier estrategia efectiva la aplicación de la ley, pero no del tipo que utiliza políticas dañinas que contribuyeron a las disparidades masivas [de encarcelamiento] en el sistema legal penal”.

Gascón agregó que las investigaciones muestran que criminalizar el uso de drogas o procesar duramente a los vendedores ambulantes no reduce el uso de drogas, tampoco la disponibilidad a ellas,  ni mantiene a los usuarios de drogas más seguros.

Agregó que es por eso concentran los recursos en los mayores distribuidores y fabricantes para combatir la diseminación de drogas en las comunidades.

Ese fue el caso concreto de Pedro Ramírez, de 33 años, quien el 1 de diciembre de 2022  fue acusado de tres delitos graves en relación con una incautación masiva de drogas en una casa de Compton, que incluía seis kilogramos de fentanilo en polvo y más de 250,000 pastillas de fentanilo.

“Mi oficina tiene un enfoque de tolerancia cero con los traficantes de narcóticos que usan niños para vender fentanilo, comercializar fentanilo para niños y establecer tiendas cerca de las escuelas”, dijo Gascón.

“Sabemos que una sola pastilla de fentanilo puede matar a los usuarios más vulnerables. Así que usaremos todas las herramientas disponibles para proteger a los niños y a todas las personas de esta droga letal”.

En este caso, la fiscalía alega que, además del fentanilo, en la una residencia de la cuadra 100 de South Willow Avenue, en Compton, a Ramírez le incautaron más de 5.5 libras de heroína de alquitrán, 10 kilogramos de cocaína en polvo y 6,000 pastillas de éxtasis que se sospecha que contenían fentanilo. El valor estimado combinado de la incautación fue de $4.17 millones.

¿Cuáles son las máximas consecuencias para los traficantes de drogas en nuestras escuelas secundarias si alguien muere por una sobredosis o cuando venden esas pastillas en el “mercado negro”?, preguntó La Opinión a Gascón.

“La sentencia máxima para traficantes de drogas simples puede variar según las circunstancias que rodeen el caso; rutinariamente procesamos a personas acusadas de vender drogas ilegales y nos tomamos muy en serio el tráfico de drogas con resultado de muerte”, respondió.

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