Dodgers reparten comida a 400 familias de LA

El legendario Fernando “El Toro” Valenzuela, el estelar lanzador nayarita Víctor González y el locutor ecuatoriano Jaime Jarrín atendieron a las familias necesitadas de alimentos en la fundación MAOF

Jaime Jarrín, la voz de los Dodgers de Los Angeles por más de seis décadas presenta un cheque de $10,000 para la fundación MAOF.

Jaime Jarrín, la voz de los Dodgers de Los Angeles por más de seis décadas presenta un cheque de $10,000 para la fundación MAOF. Crédito: FOTOS: JORGE LUIS MACÍAS | Impremedia

Las filas de personas y familias completas, con niños y sin niños, hombres y mujeres de origen asiático y latinos coparon las aceras de las avenidas Garfield y Hay para recibir bolsas y despensas de comida donadas por la organización de los Dodgers de Los Ángeles, en el Día de la Herencia Mexicana en Dodger Stadium a usuarios de los servicios que proporciona la Fundación Mexicanoamericana de Oportunidades (MAOF).

Para la entrega de los alimentos estuvieron Fernando “El Toro” Valenzuela, la máxima sensación del beisbol de Grandes Ligas en la década de los años 80, -ahora de 62 años- quien creció en condiciones de pobreza extrema en su natal Etchohuaquila, Sonora.

“En lo personal, sé lo que se sufre y se batalla para lograr algo”, dijo Valenzuela a pregunta expresa de La Opinión sobre el porqué de su participación en este tipo de actos que favorecen a las personas más necesitadas de la comunidad, a nombre de los Dodgers. “Es algo difícil, pero ahora tenemos la oportunidad de contribuir en algo para toda esta gente que realmente necesita esa ayuda y es lo que queremos hacer”.

Aunque aquel fenómeno de la “Fernandomanía” quedó registrado en los libros de oro de la Major League Baseball (MLB), aún hay fanáticos como el mexicalense José Morales, de 64 años, que no olvidan las cinco blanqueadas que logró en sus primeros ocho juegos, una hazaña no lograda por nadie ni antes ni después de 1981.

“A mí no me importa la comida; yo vengo por una foto con mi ídolo, dijo al viento, José Morales, mientras se encontraba en la fila para recibir una despensa. “Yo también fue lanzador, pero no soy famoso ni pude llegar a las Grandes Ligas”.

De hecho, Morales fue el único de las 400 personas beneficiadas con alimentos que tuvo pocos segundos para tomarse una fotografía con Valenzuela. Varios guardias de seguridad presionaban y prácticamente empujaban a la gente de cualquier edad -incluyendo a quienes iban en silla de ruedas- para que salieran del área donde repartieron las despensas.

“Cuando vivía en San Diego y trabajaba en Oxnard, un primo y yo nos íbamos a ver a Valenzuela”, recordó José, quien se fue feliz con su foto y su despensa “Fernando Valenzuela es mi ídolo y le pido a Dios que lo bendiga siempre por ser una persona generosa”.

El doctor Ciriaco “Cid” Pinedo, director ejecutivo de MAOF informó a La Opinión que la organización de los Dodgers se comunicó con ellos y preguntaron sobre la necesidad de las comunidades a las que sirven y organizar en conjunto la distribución de comida para las 400 personas y familias preseleccionadas, de acuerdo con sus necesidades.

“Son familias de Montebello, Pico Rivera, el este de Los Ángeles; de todos lados”, dijo Pinedo, quien, además de dar la bienvenida a Fernando Valenzuela, recibió al lanzador zurdo de Tuxpan, Nayarit, Víctor González, quien es, junto con Julio Urías el segundo lanzador mexicano de los Dodgers.
Para González, de 27 años, fue su primera participación en un acto de solidaridad de la organización de los Dodgers en la comunidad latina.

“Estoy orgulloso de que le ayudan a la gente mexicana y a quien lo necesita”, dijo el pelotero, quien el 31 de julio de 2020, -dos años después de decirle adiós a los Dodgers y ya no quería jugar beisbol-, subió al montículo en el Chase Field contra los Diamondbacks de Arizona para debutar en las Grandes Ligas.
González destacó que, haber puesto leche, tortillas de harina, pan y bolsas de frutas y legumbres en los carritos de supermercado de las familias pobres fue “algo muy bonito”.

“La verdad, allá por donde vivo [Tuxpan, Nayarit] vive mucha gente que sufre y los papás a veces no tienen que darle de comer a sus hijos”, declaró a La Opinión. “Me siento contento que esta vez puedan llevar algo de comer a sus casas, y por eso yo me siento bendecido”.

Enormes filas para recibir comida
Sentadas sobre el cemento y frente a la entrada principal a las oficinas de MAOF, -sobre la avenida Garfield, en la ciudad de Montebello- Mabel Rodríguez, de San Pedro Sula (Honduras), las mexicanas Antonella Ramos, Josefina Torres y Maricela Martinez, además de Betty González, de Izabal (Guatemala) conversaban y con paciencia esperaron su turno para recibir la ayuda.

“Se ha puesto muy difícil la vida, porque todo ha aumentado de precio”, declaró Rodríguez, madre de tres hijos de 15, siete y cuatro años. “A veces el dinero ya no alcanza para comprar los alimentos; también luchamos para poder juntar el dinero de la renta”.
Entre tanto, Josefina Torres, una mujer jubilada nacida en Colima, México, agradeció la ayuda recibida, aunque dijo que junto con la pensión que recibe ella y su esposo Jorge, “gracias a Dios estamos sobreviviendo”.
La inseguridad alimentaria que viven las familias de estas dos mujeres puede ser significativamente más altas de lo que datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).

Los resultados de una nueva investigación encabezada por Public Exchange de USC Dornsife y dada a conocer recientemente sugiere que las tasas de inseguridad alimentaria pueden estar subestimadas hasta en un tercio y que encuestar con más frecuencia para preguntar a las personas sobre sus experiencias recientes podría producir mejores resultados. Es decir, uno de cada cuatro residentes de Los Ángeles pasa hambre.

“Yo tengo cinco hijos y me es complicado alimentarlos; no hay suficiente dinero”, comentó María de Jesús Iñiguez, de Mazatlán, Sinaloa, después de que le entregaron su despensa en MAOF.

Ayuda para todos en MAOF
Elizabeth Jiménez, directora de proyectos en los Programas de Servicios para Personas Mayores de MAOF valoró que las obras de caridad como la que patrocinó la organización de los Dodgers de Los Ángeles son de vital importancia para atender las necesidades de la gente.

De hecho, la misión de MAOF es brindar el mejoramiento socioeconómico a la comunidad latina de California, preservando al mismo tiempo el orgullo, los valores y la herencia de la cultura mexicano-estadounidense, mediante programas de educación para la primera infancia y servicios familiares, capacitación laboral y desarrollo del estilo de vida de las personas mayores en comunidades multiculturales.

“Los jueves de cada semana damos comida a un promedio de 450 familias”, dijo Jiménez. “Recibimos ayuda de fundaciones como Dodgers, el Banco Regional de Comida del condado de Los Ángeles y de organizaciones privadas”.

Por ello, invitó a todas las personas que tengan necesidad de alimentos, a que los visiten en el 401 norte de la avenida Garfield, en la ciudad de Montebello.

“La comunidad tiene que perder la vergüenza de pedir ayuda; para eso estamos nosotros”, dijo. “Después que vienen a MAOF, les ayudamos a que traten de solicitar ayuda de CalFresh (cupones de comida)”.

Por su parte, el locutor ecuatoriano Jaime Jarrin, la voz en español de Los Dodgers de Los Ángeles, quien narró su primer partido del equipo blanquiazul en 1959 y la “Fernandomanía” en la década de 1980, recordó su famosa frase cuando sucedía un jonrón: “Se va, se va, se va, despídala con un beso”.
¿Y se puede que se va, se va, se va el hambre en Los Ángeles y también despedirla?

“Si seguimos ayudando todos, es posible; si el equipo continúa ayudando a la gente necesitada”.

Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain