Recibe la ciudadanía de EE UU con una felicitación del presidente Biden

Vino como menor no acompañado y espero más de tres décadas para naturalizarse ciudadano

Esteban Espinoza ya es ciudadano de Estados Unidos. (Cortesía Paulina Herrera)

Esteban Espinoza ya es ciudadano de Estados Unidos. (Cortesía Paulina Herrera) Crédito: Paulina Herrera | Cortesía

Casi cuatro décadas después de llegar a Estados Unidos como un menor no acompañado, Esteban Espinoza obtuvo la ciudadanía estadounidense, la cual vino acompañada con una sorpresa: una carta de felicitación del presidente Biden.

“Cada inmigrante viene a Estados Unidos bajo diferentes circunstancias y por razones variadas pero como en generaciones previas de inmigrantes, incluyendo mi propia familia, hay al menos una característica en común: el valor. Se necesita valor para dejar todo lo que conocemos: nuestros hogares, nuestras vidas y los seres amados para comenzar una nueva vida en otro país”, dice el presidente Biden en su carta. 

Y le dice además que “a medida que abrazas los derechos y responsabilidades de la ciudadanía y construyes tu propia vida y legado en Estados Unidos, me siento honrado de darte la bienvenida como compatriota estadounidense a nuestra gran nación de inmigrantes”.

El sueño que Esteban imaginó cuando vino a este país siendo un menor de edad, amenazó con truncarse cuando se descubrió que se había unido a la fuerza aérea de este país siendo indocumentado.

“Cuando se dieron cuenta que me habían enlistado sin tener papeles, tuve suerte de que no me deportaran sino que me mandaron de regreso a Los Ángeles”, recuerda Esteban a sus 53 años.

El nuevo ciudadano nació en la ciudad de México, pero dice que la pobreza lo orilló a emigrar a esta nación cuando apenas tenía 17 años.

Esteban Espinoza muestra orgulloso la carta de felicitación del presidente Biden. (Cortesía Paulina Herrera)

“En los años 80, yo me vine solo a este país. Llegué a dormir en el parque de Montebello hasta que encontré amigos. Logré terminar la secundaria, y quería seguir estudiando, pero necesitaba trabajar”.

Así que consiguió trabajo en una cadena de supermercados, y fue ahí donde un compañero lo motivó a superarse.

“Estás muy joven, te garantizo que este país te va a dar más si estudias, me decía. Le hice caso y sin tener papeles, en 1991 me inscribí en la fuerza aérea de Estados Unidos y me aceptaron. Quería ser piloto aviador aún cuando le tenía miedo a las alturas”.

Pero después de ser recluta por 4 meses, cuando lo iban a mandar al Pentágono a seguir con su entrenamiento, las autoridades militares se encontraron con que el joven inmigrante no tenía estatus migratorio en el país ni seguro social válido. Eso le causó la baja inmediata. 

Años después se casó en Los Ángeles y tuvo dos hijos, que ahora tienen 28 y 17 años. 

El abogado en migración Sergio Siderman dice que Esteban obtuvo la residencia bajo la sección Z13 que es la cancelación de remoción, suspensión de deportación (en base a su llegada y estadía en el país como menor no acompañado que contempla la enmienda de 1990 a la Ley de Inmigración para agregar un Estatus Especial de Inmigrante Juvenil (Special Immigrant Juvenile Status).

“El abuelo de mi esposa fue mi patrocinador”, explica Esteban, quien tuvo que ir ante un juez por su residencia.

“Nunca se me va a olvidar que me tocó un juez de origen japonés. Me preguntó cuál sería una buena razón para que me concediera la residencia permanente: Mi respuesta era que amaba tanto este país que un día estuve dispuesto a dar mi vida por él, y eso me llevó a unirme a la fuerza aérea, y me quedé a un paso de ir a la Guerra del Golfo Pérsico. No pude ir por ser indocumentado”.

Esteban trae a la memoria que el juez le mostró en un monitor, su matrícula a la fuerza aérea.

“Él tenía toda mi información.Y pese a que el fiscal no paraba de atacarme y hasta hizo llorar a mi niña que me acompañaba en la audiencia, el juez me otorgó la residencia, señalando que me la daba porque estaba diciendo la verdad”.

Obtener la residencia fue algo muy grande para Esteban, por lo que dice que decidió esforzarse aún más para hacerse ciudadano cinco años más tarde.

“Pero fui con unos charlatanes que solo me robaron mi dinero, y no logré la naturalización hasta que me encontré con el abogado Siderman que me ayudó”.

Desde hace muchos años, trabaja en el departamento de mantenimiento de centros comerciales y vive en el condado de Orange.

“Como ciudadano, siento que voy a estar más seguro y que tendré más oportunidades. Una de esas oportunidades es alzar mi voz contra las injusticias como el racismo en Miami. Ahora si puedo gritar y decir lo que está mal como las políticas del gobernador de Florida Ron DeSantis contra los inmigrantes”.

Y añade que obtener la ciudadanía era una meta que se había propuesto y es el producto de mucho esfuerzo.

“Mis planes son traer a mis papás. Aunque puedo ayudarlos a que se hagan ciudadanos, ellos aman México y solo quieren venir de vacaciones”.

El abogado en migración Sergio Siderman entrega a Esteban, la carta que le envió el presidente Biden. (Paulina Herrera/Cortesía)

Esteban se hizo ciudadano este año en una ceremonia en el Estadio de Los Dodgers en Los Ángeles.

“Como ciudadano de Estados Unidos, Esteban tiene ahora derecho al voto, mejores beneficios médicos y de jubilación, puede viajar fuera del país por tiempo indefinido y la oportunidad de solicitar la residencia legal para familiares cercanos”, dice el abogado Siderman.

En el caso de quienes son militares, pueden solicitar el beneficio del Parole in Place (PIP) para pedir la residencia a familiares inmediatos, como esposos, esposas, padres e hijos indocumentados. Se autoriza caso por caso.

¿Cómo fue el proceso para la ciudadanía de Esteban?

 “No fue fácil. Tuvimos que integrar un expediente con evidencias para probar la solvencia moral y económica, un récord criminal limpio, entre otros, lo que llevó más tiempo del previsto. Obtuvo su residencia permanente en 1998; inició el proceso para la ciudadanía en abril del 2020; y este año se hizo ciudadano”, dice el abogado.

Esteban no tiene muy claro porque recibió una felicitación del presidente Biden ni el propio abogado Siderman. “Tal vez se deba a mi entrenamiento en la fuerza aérea”, dice el nuevo ciudadano, a quien la carta de Biden, que recibió del presidente de EE UU, días antes de la ceremonia de ciudadanía, lo puso doblemente feliz.

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