‘La realidad de un sueño aplazado’ para toda una comunidad al sur de Los Ángeles

60 estudiantes de minorías que en cuatro años se convertirán en doctores son recibidos en la Universidad de Medicina y Ciencias Charles R. Drew

Personal docente y los 60 estudiantes de la Universidad de Medicina y Ciencias Charles R. Drew.

Personal docente y los 60 estudiantes de la Universidad de Medicina y Ciencias Charles R. Drew. Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

En un esfuerzo por crear y hacer de la diversidad una realidad, la Universidad de Medicina y Ciencias Charles R. Drew (CDU) dio la bienvenida a 60 estudiantes que, en cuatro años serán los doctores que atenderán a sus pacientes en sus propias comunidades donde nacieron o se desarrollaron.

“Tener una facultad de medicina en el sur de Los Ángeles es histórico”, dijo la doctora Deborah Prothrow-Stith, decana y profesora de CDU.

La facultad, que se ubica en el área de Watts, Compton y el vecindario de Willowbrook, zona donde reside 1.3 millones de personas en el sur de Los Ángeles, recibió la acreditación preliminar del Comité de Enlace sobre Educación Médica (LCME). 

“Somos la primera escuela de medicina en el área. Es histórica por la oportunidad económica que representa; además, de brindar una carrera universitaria para niños en esta área”, explicó la decana Prothrow-Stith.

David Heredia, Stephania Luna y Martín Vázquez son aspirantes a médicos en la Universidad de Medicina y Ciencias Charles R. Drew.
Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

Agregó que, “por supuesto, significa una oportunidad para obtener mejores resultados de salud en las comunidades de escasos recursos, al mismo tiempo que se capacitan a líderes médicos”.

Fundada a raíz de la revuelta de Watts en 1965, la Universidad de Medicina y Ciencias Charles R. Drew está dedicada a la salud y el bienestar de comunidades de color desatendidas, principalmente latinos y afroamericanos.

“La salud y el bienestar de estas comunidades está escrita en los estatutos, de su constitución, y por eso estamos aquí, aunque ha habido altibajos en el camino”, dijo la doctora Prothrow-Stith.

Probablemente, el mayor inconveniente para darle vida a la facultad de medicina fue el cierre del hospital Martin Luther King en agosto de 2007.

Reguladores determinaron que el hospital no podía cumplir con los estándares mínimos para atención a los pacientes y vino la pérdida directa de $200 millones en apoyo federal. Este dinero representaba la mitad del presupuesto del hospital, una institución propiedad del condado de Los Ángeles.

“Creo que estamos saliendo adelante”, aseveró la doctora Prothrow-Stith. “Creo que esta facultad de medicina es la realidad de un sueño aplazado, pero ahora cumplido”.

El inicio de la facultad de medicina en Charles R. Drew University sucede 57 años después de su fundación.

Dirigentes y doctores cortan el listón para dar inicio a las clases.
Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

“Hace 57 años que los estábamos esperando”, dijo el doctor Ron Edelstein, principal decano asociado de Asuntos Académicos, al darle la bienvenida a los estudiantes, al tiempo que compartió dos informes históricos.

Uno de ellos contiene una copia real del informe del gobernador Edmund Gerald “Pat” Brown que reconocía el por qué se necesita atención médica en el sur de Los Ángeles.

Desde que se incorporó esta universidad privada sin fines de lucro hace cinco décadas, la CDU ha graduado a más de 600 médicos, 1,225 asistentes de medicina, 1,600 profesionales de la salud, además de capacitar a más de 2,700 médicos especialistas a través de sus programas de residencia patrocinados.

Por si fuera poco, en la Escuela de Enfermería se han graduado más de 1,300 profesionales, incluidos más de 950 enfermeros familiares.

“Los estudiantes vienen con tanta ilusión porque llegan a la universidad con la pasión para curar y tratar a las familias de nuestra comunidad”, valoró el doctor Arthur Gómez, decano de Educación Médica.

“Nuestra comunidad necesita doctores que hablen español y que conozcan su cultura para que conecten con sus pacientes”. 

De los 60 estudiantes, 28 hablan español, además de inglés, aunque solo 14 de ellos se identificaron como hispanos/latinos (23.3%); 34 afroamericanos (56.6%); 4 asiáticos  (6.6%), 1 nativo americano (1.6%), 1 nativo de Hawái/Fiji 1 (1.6%) y 6 más de otros grupos (10%).

Un ejemplo para EEUU

Gómez destacó que, a pesar de que la Suprema Corte de Estados Unidos emitió un fallo para eliminar la Acción Afirmativa basada en la raza para el ingreso a colegios y universidades, “nuestro programa va a seguir adelante, como un ejemplo para el país, porque aquí escogimos a los estudiantes y porque tienen una gran pasión por servir a comunidades desatendidas”.

El doctor agregó que la Universidad de Medicina y Ciencias Charles R. Drew le hizo recordar la conexión que tiene con sus raíces.

Gómez se refería a sus abuelos Bartolo e Isabel, ambos inmigrantes originarios de Pénjamo, Guanajuato y Cuernavaca, Morelos, respectivamente, porque él nació en la ciudad de Inglewood.

El programa de la facultad de medicina de CDU está financiado por la matrícula, asignaciones financieras de la universidad y el apoyo de socios comunitarios como la California Wellness Foundation, LA Care Health Plan, Universal Music Group, Palo Alto Foundation Medical Group y The Samuel and LaTanya R. Jackson Foundation, además de una asignación única de $75 millones por parte del gobierno estatal de California.

Disparidad de médicos

De acuerdo con reportes de Statista.com, el estado de California tenía en 2022 un número activo de 118,151 médicos para una población de 39.1 millones de habitantes.

No obstante el número de doctores, según California Healthcare Foundation (HCF), en 2019 solamente el 8% de los médicos de atención primaria en ejercicio eran latinos y apenas el 3% eran afroamericanos.

De hecho, la HCF señala que la escasez de mano de obra de atención primaria en el estado se ve complicada por la mala distribución: en el área de San Francisco hay un médico por cada 160 personas, pero en áreas rurales como Grass Valley, aproximadamente una hora al norte de Sacramento, hay un médico por cada 1,100 personas.

Y, entre dramáticas estadísticas, un reporte de Community Health Councils expone que, en general, el condado de Los Ángeles tiene 57 pediatras por cada 100,000 niños. Pero, en el sur de Los Ángeles, hay aproximadamente 11 pediatras por cada 100 000 niños, en comparación con 193 pediatras por cada 100,000 niños en el oeste de Los Ángeles.

Líderes de la salud

Los 60 estudiantes de CDU que dentro de cuatro años podrían convertirse en doctores, fueron seleccionados en base a su interés en regresar a ejercer su carrera a las comunidades de donde salieron.

De hecho, el plan de estudios en la facultad de medicina se basa en lo que llaman CDU Advantage, un conjunto de objetivos de aprendizaje, entre los que incluyen: excelencia en conocimiento especializado e investigación, justicia social o abogacía basada en una amplia conciencia de la diversidad cultural y compromiso comunitario, entre otros.

Stephania Luna, de 26 años y nacida en la ciudad de Hawthorne, declaró a La Opinión que su interés por la medicina nació tras el fallecimiento por cáncer de su abuelito Juan, en 2011, cuando ella solo tenía 12 años.

“Tarde nos dimos cuenta de su enfermedad, y yo, poco a poco fui descubriendo que, en nuestra cultura mucha gente no va al doctor para prevenir enfermedades, realizarse un chequeo médico, o porque no tiene seguro o hay desconocimiento de adónde ir a conseguir información o servicios”, manifestó Stephania.

“Cuando me gradúe, mi intención es regresar a mi comunidad”.

Ese es el mismo plan que tiene David Heredia, un joven adulto de 37 años que nació en Bell Gardens.

Casado y con dos hijos de 17 y 4 años, el aspirante a médico precisó que anhela cumplir su sueño, el de su abuelita Alicia, y el de sus padres, David Heredia, inmigrante de México, y su madre América Quintanilla, de El Salvador.

“Mi abuelita tenía un negocio de reciclaje y siempre ayudaba a todas las personas que lo necesitaban. Ella fue mi ejemplo desde que era pequeñito y ahora yo quiero seguir su ejemplo”, confió David, . “Quisiera regresar a Bell Gardens y abrir una clínica de medicina general para atender a niños, adolescentes y adultos de mi comunidad”.

Por su parte,  Martín Vázquez, un joven de 29 años nacido en Tepic, Nayarita (México), narró que, durante su adolescencia, él y su hermano Reynaldo tuvieron que trabajar duro en los campos agrícolas de Delano, California, para ayudar económicamente a sus padres y a los seis hermanos en total.

“Éramos muchos, pero salimos adelante”, dijo. “Yo estudiaba en UCLA y cada verano iba a trabajar al ‘field’ , pero gracias a Dios pude graduarme con dos bachilleratos: en psicología y Estudios Chicanos; trabajé en Venice Family Clinic, como especialista en registros médicos electrónicos y ahora voy por mi título como médico”.

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