La mayoría de los traficantes de fentanilo son ciudadanos estadounidenses
Embajador mexicano desmiente que sean inmigrantes los que transportan la mortal droga; Estados Unidos se olvida de analizar la raíz de la crisis: las adicciones
Las incautaciones de fentanilo que se han realizado involucran en un 85 por ciento a ciudadanos estadounidenses y no los migrantes acusó el embajador de México, Esteban Moctezuma.
“Estamos viendo que en el 85 por ciento de las incautaciones en la frontera que ha hecho el CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EU), quien transporta la droga no son los migrantes, son ciudadanos americanos”, declaró en rueda de prensa el embajador Moctezuma, luego de una sesión bilateral con su homólogo, Ken Salazar, y cinco senadores estadounidenses: Chris Murphy (D-Connecticut), Kyrsten Sinema (D-Arizona), Tim Kaine (D-Virginia), Jame Lanford (R-Oklahoma) y Bil Hagerty (R-Tennessee).
Si bien el embajador mexicano expresó que combatir el tráfico de fentanilo “no es un tema de intercambiar culpas, sino de cooperación”, dijo en su cuenta de Twitter que ambos países emprendieron acciones conjuntas como mayor control de precursores [de la droga sintética] e inteligencia financiera, “lo que dio como resultado el incremento en un 300 por ciento de los decomisos”.
Por su parte, el embajador Ken Salazar señaló que el fentanilo ha resultado “un problema muy difícil” de frenar para Estados Unidos y desde Washington se ha integrado una coalición global con más de 80 países, en la cual se ha sumado México, pero no China.
Sin embargo, para Miguel Tinker Salas, catedrático de Pomona College en Claremont, California, el problema del tráfico de fentanilo tiene otros orígenes en los migrantes.
“Lo que no se preguntan ninguno de los dos embajadores es el por qué existe la adicción al fentanilo en Estados Unidos”, declaró Tinker Salas, a La Opinión.
“Estamos bregando con un aspecto fundamental de que los norteamericanos están buscando una salida falsa a sus problemas en las adicciones”, dijo. “Anteriormente eran las metanfetaminas, la cocaína, heroína, morfina o marihuana, y estamos en un círculo de buscar culpables, pero no se analiza el factor esencial de la crisis, que son las adicciones en este país”.
Tinker Salas reconoció que, si bien el 85% de las incautaciones de fentanilo corresponden a ciudadanos estadounidenses, es esencial desmantelar las redes de tráfico de estupefacientes en el noreste del país, particularmente en los estados de Rhode Island, Delaware o Connecticut, y en toda la región del suroeste, incluyendo Texas, Arizona y California.
Recordó que la idea de “criminalizar” a los migrantes surgió bajo el expresidente Donald Trump, “quien trató de cumplir con un propósito político de mantener la visión de los inmigrantes como criminales; recordemos sus frases de ‘los mexicanos traen crimen, drogas y son violadores’, y bajo ese pretexto se busca sacar ganancias políticas de una crisis humanitaria, que no busca soluciones de salud pública ni de salud mental, es decir, mienten queriendo salir con una solución política”.
Aumenta el contrabando
Un portavoz de CBP expresó que, aunque no podía hablar del tema político, destacó que, efectivamente, “puedo decir que una gran cantidad” de las personas detenidas por el tráfico de fentanilo y drogas sintéticas “son estadounidenses”.
El informante mencionó que el contrabando de fentanilo aumentó 31 por ciento entre 2021 y 2022, y los agentes de CBP fueron capaces de incautar aproximadamente 14,700 libras de esta droga, un opioide sintético que es hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina.
Tan solo en seis días: del 18 al 24 de mayo, en el fin de semana previo al Día de los Caídos, los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en la oficina de campo de San Diego incautaron drogas valuadas en $7.8 millones, en San Ysidro, Tecate, Calexico y Otay Mesa.
Una semana más tarde, durante una segunda inspección fue detenido un camión de remolque que traía un cargamento de col rizada y contenía 268 paquetes de metanfetamina valuados en $38 millones.
“Tanto la metanfetamina como el fentanilo son drogas que no se veían hace 10 años y cada año se incrementa el tráfico de estas drogas”, dijo el portavoz de CBP. “Pero nosotros estamos dispuestos a parar [confiscar] esas drogas”.
Y, apenas el 26 de junio, oficiales CBP detuvieron un cargamento de 900,000 pastillas de fentanilo que estaban ocultas dentro de fregadores de porcelana, en el puerto de entrada de Otay Mesa.
Un ciudadano mexicano de 45 años conducía una camioneta de carga Ford 2000 blanca; solicitó permiso de entrada y fue remitido a una segunda inspección.
A través de un sistema de imágenes electrónicas, oficiales de CBP descubrieron anomalías en el vehículo y con ayuda de un equipo canino se detectó la droga en los lavabos de porcelana. Hallaron 12 paquetes que contenían 858,000 pastillas azules de fentanilo, que pesaban 189 libras y tenían un valor estimado de $2.5 millones en la calle.
El 6 de julio, las autoridades detuvieron al conductor de un camión de remolque que escondía en el panel del techo, un total 138 paquetes de metanfetamina valuada en $ 4 millones.
El conductor, que no fue identificado, fue entregado a las autoridades del Departamento de Investigación de Seguridad Nacional (HSI)
“Nuestros oficiales siempre están listo para servir y proteger nuestras fronteras”, afirmó Rosa Hernández, puertorriqueña directora del puerto de entrada de Estados Unidos en Otay Mesa. “Los esfuerzos de colaboración para lograr este objetivo común son verdaderamente notables”.
20 años de prisión
En agosto de 2022, Timothy Clark Wolfe, de 24 años, residente de Paso Robles, fue arrestado por cargos federales de vender píldoras recetadas que contenían fentanilo a Emilio Velci, un residente de Atascadero de 19 años, quien sufrió una sobredosis fatal.
Como parte de un acuerdo de culpabilidad, en mayo de este año, Clark Wolfe enfrenta una posible sentencia de 20 años en prisión por la venta y distribución de fentanilo.
Originalmente era acusado de asesinato en segundo grado, por la Oficina del Fiscal de Distrito del condado de San Luis Obispo, que le retiró ese cargo cuando la oficina del Fiscal Federal asumió el caso.
En septiembre del año pasado, el juez de Distrito de los Estados Unidos, John A. Kronstadt condenó a un exagente de la Administración de Seguridad del Transporte (TSA) a dos años y tres meses en una prisión federal por participar en una conspiración de narcotráfico.
El acusado, Ronald McCrea, de 32 años, se había declarado culpable el año pasado de dos cargos de delito grave: conspiración para distribuir y poseer con la intención de distribuir sustancias controladas, y posesión con la intención de distribuir fentanilo.
El 1 de abril de 2021, el Grupo de Trabajo de Narcóticos de la DEA en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAXNTF) arrestó a McCrea y a un mensajero, Daveon Baker, de 33 años, por intentar contrabandear un kilogramo de fentanilo, un kilogramo de cocaína y diez kilogramos de cristal de metanfetamina en un vuelo comercial que viajaba a Charlotte, Carolina del Norte.
De acuerdo con la investigación, el ex oficial de la TSA utilizó su puesto para pasar de contrabando las drogas ilegales más allá del punto de control de seguridad de la TSA y entregó las drogas al mensajero dentro del área segura de la terminal del aeropuerto.
Píldoras mortales
El 5 de julio de 2022, agentes del Grupo 48 del Área de Tráfico de Drogas de Alta Intensidad (HIDTA) en la División de Campo de Los Ángeles de la Administración para el Control de Drogas (DEA) ejecutaron una orden de allanamiento federal en una residencia de Inglewood que resultó en la incautación de aproximadamente un millón de píldoras falsas que contenían fentanilo.
Las píldoras falsas incautadas estaban destinadas a la distribución minorista y tenían un valor estimado en la calle de $15 a $20 millones de dólares.
“Esta incautación masiva interrumpió el flujo de cantidades peligrosas de fentanilo en nuestras calles y probablemente salvó muchas vidas”, dijo el agente especial a cargo de la DEA, Bill Bodner.
“La mercadotecnia engañosa junto con la facilidad de acceso hace que estas píldoras pequeñas y aparentemente inocuas sean una amenaza importante para la salud y la seguridad de todas nuestras comunidades”, dijo Bodner. “Una cantidad asombrosa de adolescentes y adultos jóvenes no saben que están ingiriendo fentanilo en estas píldoras falsas y están siendo envenenados”.
Al cierre de edición, el teniente Robert D., de la oficina de narcóticos del Departamento del Alguacil del condado de Los Ángeles no respondió a las preguntas enviadas desde las 10:31 de la mañana, por parte de La Opinión
Sexo y muerte
En abril de 2022, Edward Buck, un prominente hombre de negocios y de la política en West Hollywood, fue sentenciado a 360 meses en una prisión federal por proporcionar dosis fatales de metanfetamina -una droga que los traficantes a veces la combinan con fentanilo- a dos hombres que murieron en su apartamento, después de que él les inyectara la droga.
Buck, de 67 años, fue sentenciado por la jueza de distrito de los Estados Unidos Christina A. Snyder.
Al concluir un juicio de nueve días en julio de 2021, un jurado federal encontró a Buck culpable de dos cargos de distribución de metanfetamina con resultado de muerte, cuatro cargos de distribución de metanfetamina, un cargo de mantenimiento de un local relacionado con drogas y dos cargos de la incitación para la prostitución.
Desde 2011 y hasta septiembre de 2019, Buck se involucró en un patrón de “fiesta y juego”, en el que solicitaba a los hombres, algunos de los cuales eran desamparados o luchaban contra la adicción a las drogas, que consumieran los narcóticos que él proporcionaba y realizaran actividades sexuales en su apartamento, un ritual que, según los fiscales, era “más que un fetiche: era un patrón letal y descontrolado de desprecio imprudente por la vida humana”.
En estas sesiones de fiesta y juego, Buck distribuyó drogas, incluyendo metanfetamina, GHB (la droga usada en la “violación en citas”) y clonazepam. En algunos casos, Buck inyectaba a las víctimas drogas por vía intravenosa en una práctica conocida como “el golpe”.
Buck contactaba a sus víctimas de varias maneras, incluido el uso de plataformas de redes sociales, sitios web de citas y acompañantes.
Una vez que los hombres estaban en su apartamento, preparaba jeringas que contenían metanfetamina, a veces inyectando personalmente a las víctimas con o sin su consentimiento. Buck también inyectó a las víctimas más narcóticos de los que acordaron tomar y, a veces, inyectó a las víctimas mientras estaban inconscientes.
Durante el juicio en su contra, algunas víctimas describieron cómo Buck ponía sedantes en sus bebidas o en las inyecciones, lo que les hacía perder el conocimiento o el control de sus cuerpos. Mientras estaban inconscientes, Buck agredía sexualmente a sus víctimas.
En dos ocasiones, el fetiche de fiesta y juego de Buck se volvió letal. Buck mató a Gemmel Moore con una dosis letal de metanfetamina el 27 de julio de 2017 y luego mató a Timothy Dean con una dosis letal de metanfetamina el 7 de enero de 2019.