A unos días del inicio de clases, la seguridad de los hijos es la mayor preocupación de los padres  

Para muchos estudiantes el regreso a las aulas del LAUSD significará acoso, presión para usar drogas o unirse a las pandillas

A partir del lunes 14 de agosto, Steve Blanco, de seis años, irá al primer año de primaria a la escuela Corona Elementary School de Bell.

A partir del lunes 14 de agosto, Steve Blanco, de seis años, irá al primer año de primaria a la escuela Corona Elementary School de Bell. Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

Familias latinas, cuyos hijos regresan a clases el próximo lunes en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, (LAUSD), además de las preocupaciones por no tener los recursos económicos suficientes para proporcionarles útiles escolares, tienen un común denominador: miedo por la seguridad de sus niños.

Varias madres de familia entrevistadas por La Opinión coincidieron en la inquietud porque sus hijos no solamente sufran de acoso escolar, sino también la presión de que otros estudiantes los presionen para que consuman drogas o se involucren en pandillas.

“A mi hijo me lo golpeaban seguido en la primaria Miramonte y tuve que cambiarlo”, denunció Sandra González, de Ahuachapán, El Salvador, madre de Jeffrey Blanco, de 14 años, durante un acto de entrega de mochilas gratuitas que organizó la oficina del concejal de Los Ángeles, Curren Price Jr.

“En la calle y en las escuelas hay mucho ‘bullying’; a mí de nada me sirvió denunciar el problema, porque siguió el acoso contra mi hijo en la escuela Magnolia High School , y aunque siempre hice la denuncia, en las dos escuelas nunca hicieron nada”.

Si bien en el discurso del superintendente del LAUSD, Alberto Carvalho prometió aumentar la asistencia diaria a clases de los estudiantes, entre un 5% y un 10%,  y acelerar el aprendizaje y rendimiento académico, en el venidero año escolar 2023-2024, el ausentismo escolar tuvo raíz en la seguridad estudiantil en el pasaje en autobuses.

De hecho, estudiantes como Fernanda Ruiz y Elaine Hernández, ambas de 15 años, afirmaron que no se sienten seguras en las escuelas Santee High School y Alliance Collins Family College-Ready High School, respectivamente.

“Ya quiero regresar a clases para ver a todos mis amigos”, comentó Fernanda, hija de María Vázquez, de Querétaro, México. “Pero me da miedo porque en las escuelas ha habido balazos”.

En efecto, en septiembre de 2021, un estudiante fue balaceado durante un pleito en Santee High School. La víctima fue llevada a un hospital con un balazo en la pierna.

Heidy Mejía y su hermana Stacey están listas para cursar el ciclo escolar 2023-2024.
Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

“Yo sé que siempre dejo con bien a mi hija en la escuela, pero me preocupa cuando sale de clases”, dijo María Vázquez, la madre. “Todos los días tengo que ir personalmente a esperarla en la parada del autobús”.

Esa rutina la repite porque a su hijo mayor, Josué Ramírez, de 21 años, quien ahora estudia en Cal State Domínguez Hills, fue acosado por mucho tiempo por los pandilleros para que vendiera droga o se uniera a algún grupo criminal callejero.

“En el sur centro de Los Ángeles hay muchas pandillas” apuntó la señora Vázquez. “A mi hijo,  cada rato lo paraban los pandilleros y le preguntaban de qué barrio era, o por qué no se metía a una pandilla”.

“Esa gente no respeta nada ni a nadie, pero gracias a Dios mi hijo se libró de ellos, él les contestaba que solamente le interesaba seguir estudiando”, declaró la señora Vázquez.

Fernanda Ramírez (d) y su amiga Elaine Hernández no se sienten confiadas en la seguridad de sus escuelas.
Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

Diálogo y comunicación

Juan Ramírez, ex miembro del Sindicato Unido de Maestros de Los Ángeles (UTLA), y actual vicepresidente de la Federación de Maestros de California, dijo a La Opinión que, como maestro y padre de familia comparte la preocupación de las familias sobre la seguridad de sus hijos en las escuelas.

“Es de sentido común ese sentimiento, porque en estos tiempos los niños van caminando por la banqueta mirando al celular y de pronto puede aparecer alguien en una bicicleta, los empuja, les arrebata el celular y puede lastimarlos”, expresó Ramírez.

 “Las escuelas pueden, hasta cierto punto, proveer seguridad, pero a la hora del recreo, del almuerzo o a la salida siempre hay grupos de estudiantes que molestan a los niños. Lo mejor para los padres es hablar con sus hijos para que se mantengan al margen y no se metan en problemas”.

Ramírez, quien ha sido maestro por más de 25 años, manifestó sentirse aliviado porque la violencia de las armas no ha llegado al nivel de lo acontecido en otros lugares de Estados Unidos, como Uvalde, Texas, donde Salvador Ramos , de 18 años, acribilló y mató a 19 estudiantes, dos maestros e hirió a otras 17 personas que sobrevivieron a la masacre.

“Aquí [en Los Ángeles] no hemos llegado al nivel de los tiroteos masivos, pero no podemos predecir que no vaya a pasar”, dijo el dirigente sindical. “Y aunque no es común, debemos de estar al pendiente de las amistades de nuestros hijos, de los grupos de estudiantes con quienes se relacionan para hacer travesuras”.

Ya sabemos la facilidad del acceso a las armas”, añadió. “Pero en Los Ángeles se ha trabajado duro para tener más seguros a los estudiantes”.

“Como madre, mi mayor miedo son los tiroteos”,  manifestó Katherine Blanco, cuyo hijo Steven, de seis años, cursará el prime grado de primaria en Corona Elementary de la ciudad de Bell.

LAUSD adopta medidas de seguridad

Respecto de las acciones específicas que ha desarrollado el LAUSD para garantizar la seguridad de 429,349 estudiantes de 784 escuelas, de los grados K-12, una portavoz del distrito respondió: “Los Angeles Unified anunció el año pasado Every School Safe, un enfoque integral y holístico para la seguridad de los estudiantes”.

“Los aspectos de Every School Safe (Cada Escuela Segura) incluyen aprovechar las asociaciones comunitarias para que los pasajes seguros [en autobuses escolares] se extiendan más allá de los campus del Distrito, mejorar las comunicaciones y los protocolos de seguridad, maximizar los avances tecnológicos como la aplicación llamada o LASAR (Informes Anónimos de las Escuelas de Los Ángeles)  para expandir los puntos de contacto de seguridad, resaltar las ofertas socioemocionales del Distrito y ofrecer oportunidades de participación de los padres y la comunidad”, dijo la portavoz.

“Creemos que Cada Escuela Segura, en combinación con nuestras asociaciones gubernamentales y policiales, garantizará que nuestros campus permanezcan seguros y protegidos”, agrega.

Estudiantes y sus familiares pueden descargar la aplicación LAUSD LASAR visitando la tienda de aplicaciones de Apple o Android, que fue lanzada en marzo para enviar informes anónimos de incidentes de seguridad que no sean de emergencia.

Las instancias de actividad sospechosa que podrían reportarse dese un teléfono inteligente son: incidentes de salud mental, consumo de drogas, tráfico de drogas y estupefacientes como el fentanilo, actos de vandalismo y problemas de seguridad .

LASAR, una herramienta de seguridad

“La aplicación LASAR representa una herramienta de seguridad adicional a nuestra disposición para proteger a nuestros estudiantes y ser líderes en la respuesta a incidentes de seguridad como la crisis de opioides entre los adolescentes”, dijo previamente el superintendente Alberto M. Carvalho.

La expresidenta de la Junta Escolar del LAUSD, Mónica García, dijo a La Opinión que, “quienes vivimos en Los ángeles, tenemos que entender que existe esa realidad [de inseguridad] y en las escuelas también se sufre una realidad difícil y profunda de la pobreza”.

“El 84% de los estudiantes son de familias de bajos ingresos y para ellos debemos crear conexiones positivas y afirmativas”, explicó. “Yo puedo asegurar que cada adulto que trabaja en el distrito tiene la plena conciencia y la responsabilidad de la seguridad de los estudiantes a quienes estamos sirviendo”.

Expectativas en el Distrito 2

La doctora Rocío Rivas, miembro de la Junta Escolar del LAUSD, declaró a La Opinión que, en las expectativas que tiene para los estudiantes del distrito 2, que incluye áreas de El Sereno, Boyle Heights y el este de Los Ángeles, entre otras, ella piensa en su éxito de manera integral.

“Eso significa no solo éxito académico, sino también bienestar emocional y físico; significa que mi equipo y yo volveremos a visitar nuestras escuelas, asegurándonos de que tengan los recursos que necesitan para brindar entornos de aprendizaje saludables y de apoyo para todos nuestros estudiantes”, dijo.

Agregó que el año pasado fue testigo de la excelencia lograda por estudiantes de primera generación, quienes se graduaron con honores, ganaron becas y se enfilaron hacia la universidad.

“También fuimos testigos del profundo impacto positivo que tienen nuestras escuelas más pequeñas en nuestros estudiantes, desde los centros de transición profesional como Perez CTC hasta las escuelas secundarias de recuperación y el Centro Ocupacional del Este de Los Ángeles”, declaró.

En relación con la seguridad en las escuelas, destacó que, como madre, entendía la confianza que depositan las familias en las escuelas públicas para mantener a los hijos seguros.

“Tenemos personas capacitadas y apasionadas en este distrito: nuestro personal escolar, equipos administrativos, maestros y consejeros, que trabajan todos los días para mantener nuestras escuelas abiertas, a nuestros estudiantes alimentados y los recursos disponibles para ellos”, indicó. “Cuando invertimos en nuestras escuelas comunitarias locales, nutrimos a nuestros vecindarios y esa conexión también nos mantiene a salvo”.

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