Juez de Texas realiza la primera audiencia en la demanda contra la barrera de boyas en el río Grande

Un juez en Texas escuchó el martes los argumentos de las partes en la demanda presentada por el Departamento de Justicia contra la instalación hecha por el gobierno de Texas de una barrera flotante de boyas en el río Grande que limita la frontera entre Texas y México

Migrantes caminan junto al muro de boyas colocadas en la frontera de Río Grande con México en Eagle Pass, Texas, el 16 de julio de 2023.

Migrantes caminan junto al muro de boyas colocadas en la frontera del Río Grande con México en Eagle Pass, Texas, el 16 de julio de 2023. Crédito: SUZANNE CORDEIRO | AFP / Getty Images

El juez David Ezra, del distrito oeste de Texas, escuchó este martes los argumentos de las partes en una demanda presentada por el Departamento de Justicia (DOJ) contra una barrera flotante de boyas instalada en el Río Grande, en la frontera entre EE.UU. y México, por parte del gobernador del estado, el republicano Greg Abbott, que sostiene que esto permite detener el flujo de inmigrantes indocumentados desde México.

El juez Ezra celebró una audiencia para estudiar el caso, escuchando los argumentos de las partes, en una de las demandas que enfrentan al gobierno federal con el gobierno estatal de Texas en cuanto al control de la inmigración y no se pronunció de inmediato al concluir la audiencia del martes en Austin.

La polémica barrera flotante, que se extiende por unos 985 pies (300 metros) sobre el río fronterizo, ha generado un conflicto entre el gobierno federal, que pide que se retire la misma, y el estatal, que denuncia una supuesta “invasión” de inmigrantes en su territorio.

La demanda presentada por el Departamento de Justicia argumenta que el gobierno de Texas infringió la ley al colocar la barrera en un río “navegable” sin un permiso del gobierno federal.

El Departamento de Justicia alega que la instalación de las boyas violó una ley conocida como Ley de Apropiación de Ríos y Puertos. Según la ley, se requiere un permiso para construir estructuras en aguas estadounidenses que sean “navegables” o que puedan atravesarse en barco y Texas no buscó la aprobación del Cuerpo de Ingenieros del Ejército antes de instalar las boyas, lo que habría permitido al gobierno federal evaluar si representaban algún riesgo potencial para el medio ambiente y la seguridad.

El estado de Texas, por su parte, defiende la instalación de las boyas acusando a la Administración de Biden de no defender la frontera sur y permitir que “millones” de inmigrantes y de libras de drogas entren el país.

La barrera, aseguró el gobierno estatal en un documento presentado al tribunal, ha “eliminado” los cruces irregulares de inmigrantes indocumentados en esa sección de la frontera.

La audiencia se llevó a cabo días después de que Texas reubicara la barrera más cerca de la zona de Estados Unidos en el río Grande.

Durante un viaje el lunes a Eagle Pass, Abbott dijo que la barrera se movió “por precaución” después de lo que describió como acusaciones de que se había desplazado hacia el lado mexicano del río. Agregó que no sabía si las acusaciones eran ciertas. Las acusaciones de que parte de la barrera estaba en territorio de México fueron hechas por el gobierno de ese país.

Una barrera fronteriza con fines políticos

La barrera flotante de boyas ha forzado a los migrantes a atravesar el río en tramos donde hay más corriente, poniendo sus vidas en riesgo, sostienen varos expertos.

“La gente no está dejando de cruzar, sino que está evitando las boyas, caminando más lejos (..) y atravesando por partes del río donde pueden correr el riesgo ser arrastrados por la corriente”, dijo a EFE Aaron Reichlin-Melnick, abogado especializado en políticas migratorias del American Immigration Council.

La situación ya ha provocado consecuencias cuando a principios de mes las autoridades estadounidenses encontraron dos cadáveres de inmigrantes cerca a las boyas.

La región donde está ubicada la barrera es a su vez la segunda en la frontera con más cruces irregulares de migrantes, según datos de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP).

Para Adam Isaacson, experto en temas de defensa de la Oficina De Washington para Latinoamérica (WOLA), su instalación tiene fines políticos: “Está destinada a movilizar a la base republicana más extrema de cara a las elecciones de 2024”.

Las boyas forman parte de la “Operación Estrella Solitaria”, una campaña lanzada por el gobierno de Abbott para abordar la inmigración en el estado y mostrar su oposición a las políticas de Biden.

Esta campaña ha estado detrás del envío de autobuses con migrantes a ciudades gobernadas por demócratas, que acaparó la atención mediática el último año, y de la instalación de kilómetros de concertina en la frontera con México, entre otras medidas.

Con información de EFE

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