6 hábitos comunes que alimentan tu ansiedad, según terapeutas

Una serie de pensamientos y actitudes ante situaciones cotidianas pueden hacer que te dé ansiedad. Por ejemplo, evitar resolver un conflicto o aclarar algo con una persona, en lugar de abordarlo poco a poco, refuerza esa respuesta corporal y la exacerba con el tiempo

6 hábitos comunes que alimentan tu ansiedad, según terapeutas

Crédito: Antonio Guillem | Shutterstock

La ansiedad ocasional es una conducta normal, sobre todo cuando enfrentas problemas de salud, dinero o familiares. Sin embargo, los trastornos de esta afección implican más que preocupación o miedo temporal. Las personas que padecen estas enfermedades pueden ver afectada su rutina diaria, como el desempeño laboral o las relaciones interpersonales.

El Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos (NIMH, por sus siglas en inglés) indica que entre estas patologías están la ansiedad generalizada, el pánico, la ansiedad social y diversas afecciones relacionadas con las fobias. Algunos de los síntomas pueden ser:

  •  Sentirte inquieto o nervioso
  • Fatigarte fácilmente
  • Tener dificultad para concentrarte
  • Estar irritado todo el tiempo
  • Tener dificultad para controlar los sentimientos de preocupación
  • Padecer dolores de cabeza, musculares, de estómago o inexplicables
  • Tener problemas para conciliar el sueño o permanecer dormido

La psicoterapeuta de Bloom Psychology & Wellness en Toronto, Natasha Reynolds, indicó a Huffpost que la ansiedad funciona como un detector de humo ante posibles amenazas. Cuando la alarma suena con frecuencia ante situaciones que no son peligrosas, lo ideal es que busques apoyo y herramientas para afrontar el estrés. Modelar tus ideas, pensamientos, comportamientos y acciones comunes hacen que la ansiedad disminuya.

Pensamiento en blanco y negro

Un patrón de pensamiento que no te favorece es el “blanco y negro”, mejor conocido como el pensamiento de “todo o nada”. Considerar que las situaciones sólo pueden ser buenas o malas, y no considerar los puntos intermedios, puede disparar la ansiedad.

Reynolds indica que esto puede ocurrir en situaciones simples como un error en un correo electrónico, lo que conlleva a la persona a pensar que es incompetente, por ejemplo.

6 hábitos comunes que alimentan tu ansiedad, según terapeutas
Intentar complacer a todos los que están a tu alrededor puede anteponer las necesidades y opiniones de los demás, a las tuyas. Esto puede generar ansiedad.
Crédito: Perfect Angle Images | Shutterstock

Este tipo de pensamientos pueden hacer que la persona ansiosa se deprima e incluso que desarrolle un patrón de comportamiento estresante antes de escribir cualquier comunicación. Así se desarrolla la ansiedad haciendo que dejes de enviar correos electrónicos por completo.

Evitación

Los terapeutas indican que dejar alguna actividad por completo es un hábito negativo. La psicóloga de Colorado, Jennifer Anders, dijo al mismo medio que es el comportamiento número uno que empeora la ansiedad. Evitar la situación, el lugar o las personas que desencadenan esta afección refuerza la respuesta corporal y la exacerba.

En lugar de evitarla puedes abordarla gradualmente, el tolerar el malestar puede estar al servicio del objetivo final. Por ejemplo, si tienes ansiedad social puedes acudir a reuniones más tranquilas en función de acompañar a un amigo en su cumpleaños, el fin sería reforzar la amistad.

Buscando tranquilidad

Pedir la opinión de otras personas sobre una situación, o buscar la respuesta a síntomas de salud también contribuye a la ansiedad. Paradójicamente aunque estás buscando paz, a largo plazo crea un bucle de retroalimentación negativa que requiere tranquilidad sólo para sentirse bien. En otras palabras, es una solución momentánea que exacerbará la ansiedad en otras situaciones similares.

Situaciones catastróficas

Creer que la peor de las opciones es lo que ocurrirá en cualquier tipo de situación se denomina catastrofismo. Reynolds indicó que este tipo de pensamientos contribuye a la ansiedad. “Sobreestimamos la situación y luego subestimamos nuestra capacidad para afrontarla”, dijo. Para combatirlo puedes pensar en formas prácticas en las que puedes afrontar una mala situación. 

Diálogo interno negativo

Se trata del constante pensamiento de que no eres lo suficientemente bueno, o pensar que algo no va a funcionar. Intenta ser consciente de la dureza de las palabras que empleas contra ti mismo y que no serías capaz de usar con amigos o familiares.

Agradar a la gente

Intentar complacer a todos los que están a tu alrededor puede anteponer las necesidades y opiniones de los demás, a las tuyas. Esto genera sentimientos incómodos, incluída la ansiedad. Así se crea una dinámica de autoabandono, ya que tu autoestima depende de lo que haces por otras personas.

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