En tema del océano, los representantes republicanos están jugando con fuego
Si no fuera por el océano, las temperaturas medias del planeta serían de unos insoportables 122°F en tierra
El mundo está experimentando temperaturas récord y la gente está padeciendo sus efectos, pero los republicanos de la Cámara de Representantes están aplicando una estrategia de mano dura a una de nuestras herramientas más eficaces para combatir la crisis climática: el océano.
No importa dónde viva usted, la realidad del rápido cambio climático ha llegado.
Desde las inundaciones catastróficas en Vermont, pasando por la tormenta tropical Hilary, que provocó inundaciones y desbordamientos catastróficos en California y Baja California, hasta el aire cada vez más tóxico y contaminado en el medio oeste – donde este año han ardido más de 37 millones de acres en los incendios forestales canadienses – y las temperaturas récord en el suroeste, el cambio climático está causando estragos en todo el país. Aunque no sea obvio, el océano está mitigando estos desastres climáticos, a veces incluso proporcionando un refugio seguro contra ellos, como lo fue para muchas personas que se sentaron en las playas de Maui para protegerse, mientras los incendios forestales quemaban Lahaina.
Si no fuera por el océano, las temperaturas medias del planeta serían de unos insoportables 122°F en tierra, una temperatura que ya se alcanzó en Death Valley en el desierto de Mojave, acertadamente denominado Valle de la Muerte, el mes pasado. La mayoría de las regiones de nuestro país no podrían soportar el exceso de calor, y es gracias al océano – el cual ha absorbido un 90 por ciento del calor excesivo creado por las emisiones de gases de efecto invernadero– que no tienen por qué hacerlo.
Sin el océano no sobreviviríamos, pero se encuentra en un punto de inflexión, con temperaturas récord del agua en el océano que alcanzan temperaturas máximas jamás registradas, amenazando la salud humana y la vida marina, además de las propiedades que aporta para regular el clima.
De hecho, por demasiado tiempo no se ha apreciado el poder del océano sobre el clima. En pocos años, eso ha cambiado. La Ley de Inversión en Infraestructura y Empleo (IIJA) y la Ley de Reducción de la Inflación están proporcionando un financiamiento sin precedentes para energía eólica marina, puertos limpios y resiliencia costera. La Casa Blanca está poniendo en marcha el primer Plan de Acción sobre el Clima Oceánico del país, desarrollando su primera Estrategia de Justicia Oceánica, tomando medidas para las generaciones de comunidades de primera línea que siguen aguantando injusticias ambientales, y está preparando una Estrategia Nacional para una Economía Oceánica Sustentable. Y en el Congreso se aprobó un aumento de fondos a iniciativas que puedan preparar a nuestras comunidades y a nuestro país para la gravedad de los desafíos climáticos que se avecinan.
Todo ese avance en la acción climática a favor de los océanos corre el riesgo de verse afectado si los Republicanos de la Cámara de Representantes logran impulsar su programa de negar la existencia de la crisis del clima, que amenaza al océano, a nuestra seguridad nacional y a la existencia de la vida por encima y por debajo del agua.
Estas acciones partidistas tienen graves implicaciones para la salud de nuestra nación y los esfuerzos de conservación de los océanos y el clima, ya que pretenden recortar los presupuestos de la National Oceanic and Atmospheric Administration (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, o NOAA), nuestra principal iniciativa oceánica y climática, en casi un 15%, recortar el presupuesto de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) en un 40% hasta su nivel más bajo en 30 años, y reducir el financiamiento para el clima de la Ley de Reducción de la Inflación en 9,000 millones de dólares.
Además, intentan prohibir iniciativas que tomen en cuenta los costos sociales de aprobar proyectos con emisiones adicionales de gases de efecto invernadero que empeoran el cambio climático. Y, sus esfuerzos por bloquear la investigación de los impactos del cambio climático en la pesca amenazarán a la industria pesquera de Estados Unidos, sus 1.7 millones de empleos, y pondrán en peligro el acceso a las proteínas de quienes dependen del océano para su sustento.
Y eso es sólo una fracción de las píldoras envenenadas que quemarán a los Republicanos de la Cámara – si siguen jugando con la salud, la seguridad y el futuro de la gente en todo el país y en otros países.
El Congreso tiene la obligación de detener esta locura. Negar fondos para las iniciativas que están implementando políticas y programas para proteger a las comunidades y al medio ambiente no hará que el cambio climático desaparezca – tampoco lo hará el cruel acto de prohibir el financiamiento para programas de justicia ambiental, que agravará la desigualdad social y racial a medida que suba el nivel del mar y las inundaciones y tormentas costeras golpeen primero y de peor manera a las comunidades de primera línea. Obligar a producir hidrocarburos durante décadas, como proponen, no hará desaparecer el cambio climático, sólo empeorará la crisis.
Mientras que las inundaciones, los incendios, las olas de calor y las sequías devastan nuestras comunidades, es hora de decir basta: decir ¡NO! es la única respuesta aceptable que el Senado y el presidente Biden deben dar para detener estos esfuerzos extremistas. Exigimos a esta Administración y a los líderes de nuestra nación que den prioridad a nuestras comunidades, especialmente a las más castigadas por la contaminación y el clima extremo. No hay mejor momento que ahora para defender nuestro océano y nuestro clima – y en última instancia, nuestra humanidad.
Marce Gutiérrez-Graudiņš es Fundadora y Directora Ejecutiva de Azul, una organización de justicia ambiental que trabaja con comunidades latinas para proteger el océano y las costas. También es fundadora y miembro del comité directivo del Ocean Justice Forum.