Escasez histórica de policías: ¿Por qué muchos ya no quieren ser oficiales?

A los riesgos propios de la carrera, se suma el que muchos sienten que pueden ir a la cárcel si cometen un error

Los muchos riesgos que presenta la carrera de policía, ha hecho que muchos ya no quieran serlo. (Jorge Luis Macias/La Opinión)

Los muchos riesgos que presenta la carrera de policía, ha hecho que muchos ya no quieran serlo. (Jorge Luis Macias/La Opinión) Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

El número de policías empleados por el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) ha descendido a niveles históricos que no se veían desde la década de los 90.

Actualmente el número de policías está por debajo de los 9,000, y eran 8,967 hasta el 30 de julio. 

Al mismo tiempo, la Ciudad de Los Ángeles como muchas otras a lo largo de California y el país batallan para reclutar nuevos oficiales y retener a aquellos con experiencia, ya que muchos están optando también por retirarse.

Según dio a conocer en julio pasado, el jefe del LAPD, Michel Moore, sus planes son contratar a 60 nuevos oficiales cada cuatro semanas.

Bajo el nuevo contrato que la Ciudad de Los Ángeles firmó con el Sindicato del LAPD, un policía recién contratado comenzará con un sueldo de $86,193 por año, un incremento de 12.6% con relación al salario actual de $74,020.

El promedio actual de lo que gana un oficial del LAPD es de $89,390 al año.

En declaraciones a la prensa, en agosto, el jefe Moore dijo que la histórica escasez de oficiales es producto de una combinación de eventos que tienen que ver con la pandemia, el desfinanciamiento y reducción del cuerpo policiaco bajo la creencia de que los servicios alternativos pueden y deben hacer el trabajo.

Así que pararon de hacer contrataciones por casi un año.

La Opinión conversó con el exdetective Moisés Castillo, quien trabajó para el LAPD por más de 30 años.

“El punto principal por el que la gente ya no quiere ser policía, es porque además de ser muy peligroso hacer el trabajo, la actitud está más a favor de aquellos acusados de crímenes que de los oficiales”, dijo el exdetective Castillo.

Consideró como lamentable que los oficiales aún cuando cumplen con todas las leyes y políticas sean arrestados.

“Hay dos casos recientes: en uno de ellos, un oficial fue encontrado culpable por el uso de arma de fuego cuando defendió a un compañero y tuvo que ir a prisión. Hace un mes, ganó una apelación cuando un juez reconoció que hubo injusticias y lo dejaron salir. Se ha ordenado un nuevo juicio”.

El siguiente caso citado por el exdetective, es el de los alguaciles de Palmdale y Lancaster que trataban de rescatar un bebé de manos de su mamá que estaba bajo la influencia, pero luego sale el sheriff de Los Ángeles, Robert Luna, diciendo en una conferencia de prensa que las acciones no fueron correctas.

“El sheriff hizo mal en decir eso”.

Recordó que cuando comenzó su carrera en 1989, en la Academia les enseñaban que los mayores peligros eran los pandilleros, los criminales y que debían estar vigilantes de sus alrededores estuvieran o no en servicio.

Pero hoy en día, las cosas han cambiado.

Debemos tener cuidado de nuestros propios líderes. Ellos parecen que están en contra de nosotros. El riesgo mayor con el que nos enfrentamos es que puedes ir a la prisión por hacer tu trabajo”.

Trae a la memoria el caso del policía que accidentalmente mató a una menor de 14 años tratando de detener al sospechoso de un asalto con arma mortal en una tienda de North Hollywood.

“Fue un accidente, pero ahora todos quieren crucificar a ese policía. Por casos como éste, estamos ante una crisis nacional y los departamentos de policía batallan para recibir aplicaciones. Aunque se gana buen dinero como policía, muchos dicen que no vale la pena exponerse a todos los riesgos de la profesión”.

Incluso mencionó que sus tres hijos, ahora de 25, 23 y 17 años consideraron en un momento ser policías, pero después de ver todo lo que está pasado, han dicho que no.

“Después de lo de George Floyd, hay la creencia de que todos los policías son malos y racistas. Y es verdad que hay policías prepotentes y malos, pero no somos todos. Nosotros como policías, sabemos quiénes son y tampoco los queremos”.

Pero dijo que quisieran tener líderes como un jefe de la policía, un sheriff y un fiscal en el condado de Los Ángeles que los haga sentir apoyados.

“Lo más reciente que sabemos es que quieren quitar la inmunidad calificada con la que cuenta un policía. Eso no va a ayudar a reclutar a más policías”.​​

La inmunidad calificada protege a los oficiales de responsabilidad personal en litigios civiles cuando sus acciones en el trabajo no violan leyes actuales.

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