Casa Ramos, el restaurante del barrio

Con platillos mexicanos tan tradicionales como únicos, los inmigrantes Monarrez y Ramos buscan que los comensales vivan una experiencia diferente

Rodolfo Monarrez desde su restaurante Casa Ramos en Santa Ana.

Rodolfo Monarrez desde su restaurante Casa Ramos en Santa Ana. Crédito: Isaac Ceja | Impremedia

A los 20 años de edad Rodolfo Monarrez se fue de Mexicali y empezó a trabajar de lavaplatos en los Estados Unidos.  Desde entonces trabajó como ayudante de mesero, espalda de barra, camarero y gerente, hasta que se le presentó la oportunidad de ser el copropietario de un restaurante: Casa Ramos.

El inmigrante se imaginaba porciones precisas en vez de un plato repleto de comida. Fue entonces que buscó combinaciones tan diferentes como un platillo de salmón con chilaquiles, carne asada de ribeye y margaritas sin tequila con sabores muy singulares.

Al inicio fue un poco complicado porque la comunidad de Santa Ana estaba acostumbrada a las loncheras, los restaurantes de mariscos y los restaurantes tradicionales con mariachi.

“En Casa Ramos no solo la comida y los sabores tratamos que fueran diferentes”, dijo Monarrez. “También la atención al público y el ambiente, todo lo combinamos para darle una experiencia diferente a los clientes”.

Cocinero Carlos Avila prepara los chilaquiles para el Salmón Polanco.
Crédito: Isaac Ceja | Impremedia

La entrada principal tiene puerta de madera que parece entrada a un hogar, las mesas son del color negro y hay escenario con un sistema de sonido que se utiliza para fiestas o karaoke, además hay cinco pantallas gigantes desde donde se puede apreciar cualquier deporte.

Sociedad y mucho trabajo

Monarrez es copropietario del restaurante junto con Rafael Ramos, dueño de la famosa llantera de Santa Ana conocida como Ramos Tires. 

Ambos se conocieron cuando Ramos iba al restaurante El Torito a reunirse con amigos y de casualidad Monarrez trabajaba de gerente. 

Después de algún tiempo, el ahora emprendedor recibió una llamada de Ramos y le preguntó si le gustaría trabajar con él y abrir un restaurante con un concepto diferente. 

Fue una decisión difícil para Monarrez ya que no todos los emprendedores están dispuestos a iniciar algo diferente a lo que la gente está acostumbrada, pero eso lo animó más.

Salmón Polanco en el restaurante Casa Ramos en Santa Ana.
Crédito: Isaac Ceja | Impremedia

Así que, por un tiempo, el joven se tuvo que levantar a las cuatro de la mañana para llegar a trabajar de gerente en un restaurante en Los Ángeles.  Cuando terminaba su turno, inmediatamente viajaba hasta Santa Ana para llegar a trabajar en Casa Ramos. Diario era una faena que terminaba hasta las 11 de la noche.

Después de unos meses, empezó a trabajar solamente en Casa Ramos y con la ayuda de su esposa, Nancy, el trabajo no se sentía tan pesado.

Yo creo que, si no hubiera sido por ella, yo ya hubiera tirado la toalla”, dijo Monarrez, quien le da mucho crédito a su esposa por su apoyo en el hogar y en el restaurante.

En los fines de semana cuando no tiene partidos de fútbol, su hijo Alec, también le entra al trabajo en el restaurante como anfitrión o ayudante de mesero.

Un vuelo de margaritas de vino de agave.
Crédito: isaac Ceja | Impremedia

Creatividad en la cocina

Monarrez y su amigo Gustavo Ramírez, actual cocinero de Casa Ramos, se conocieron trabajando en El Torito, donde ya hacían buena mancuerna, Monarrez de gerente y Ramírez de subjefe de cocina. 

De repente llegó la pandemia y Casa Ramos empezó solo a tomar pedidos; no obstante, Ramírez siempre estuvo para apoyar a su amigo en la cocina.

“Él tenía la cocina bien limpiecita, además veía que era muy creativo en sus platillos y siempre aprendía algo nuevo”, dijo Monarrez.

Es por eso que cuando decidió trabajar de tiempo completo en Casa Ramos, Monarrez no dudó en invitarlo a trabajar de cocinero principal.

Con Ramírez en la cocina, la imaginación para crear nuevos platillos no tuvo límites.

Rodolfo Monarrez prepara un vuelo de margaritas.
Crédito: Isaac Ceja | Impremedia

Eventualmente y después de muchas pruebas, nació el Salmón Polanco, un platillo que lleva salmón a la parrilla encima de una cama de chilaquiles, vegetales y frijoles con salsa de tomatillo salpicada a las los lados del plato.

De acuerdo a Monarrez, es la orden que toma por sorpresa a los clientes que, la mayoría de las veces se van dejando el plato limpio.

José Trujillo es uno de ellos. El residente de Anaheim que viaja con su esposa Margarita hasta Santa Ana para llegar al restaurante, dijo que nunca había probado el salmón con ese estilo mexicano.

“Es el platillo que más me gusta y el que siempre pido”, dijo José

La pareja explicó que han probado muchos restaurantes, pero después de comer en Casa Ramos, ahora son asiduos clientes cada semana después de escuchar misa.

Agregaron que el ambiente es limpio, el servicio al cliente rápido y amable, los precios razonables y por supuesto, la comida es lo que los mantiene regresando cada domingo.

Margarita explicó que es casi imposible escoger un platillo favorito del menú porque ya probó casi todo, y todo le encanta.

“Sinceramente, de todos los [restaurantes] que he visitado, la comida de aquí es más casera, muy fresca, muy deliciosa y súper limpia”, agrega Margarita.

Y las bebidas

Una de las órdenes de bebidas que más se venden son los vuelos de margarita. Monarrez probó varias alternativas al tequila hasta encontrar la fórmula adecuada.

Explica que en su experiencia como cantinero, él sabe de la importancia de la bebida, es por eso que se esforzó para lograr un sabor que, hasta el momento, hace que los clientes regresen.

Monarrez subrayó que quiere que Casa Ramos sea algo nuevo para la comunidad, para que prueben algo diferente a lo que están acostumbrados. 

“Quisiera que se convirtiera en el restaurante del barrio”, dijo Monarrez. “Que la gente nos reconozca como su propio restaurante”.

Casa Ramos

Auténtica comida mexicana

1717 S. Main St. Santa Ana CA 92707

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