Familia de inmigrante asfixiado como George Floyd gana batalla judicial

Jacobo Juárez Cedillo, inmigrante de 50 años, perdió la vida a manos de la policía en una forma muy similar a la del afroamericano que gritaba ‘No puedo respirar’, y por la que miles de estadounidenses salieron a marchar a las calles

En foto de archivo, Jacobo Juárez Cedillo aparece con sus dos hijas.

En foto de archivo, Jacobo Juárez Cedillo aparece con sus dos hijas.  Crédito: Cortesía de la familia Juárez Cedillo | Cortesía

Un jurado federal dictaminó el pago de $13.5 millones a Nicole Juárez Zelaya, hija del fallecido Jacobo Juárez Cedillo, quien murió por asfixia, después que los agentes Dustin Richmond y Joseph Hunt lo detuvieron sin causa probable, lo esposaron y en el piso se arrodillaron sobre él hasta causarle la muerte.

Los abogados Dale K. Galipo y Michael Carrillo dieron a conocer videos no editados en los que se muestra el exceso de fuerza que aplicaron los oficiales, el 8 de abril de 2019, en una gasolinera 76 de la ciudad de Van Nuys, ubicada en la intersección de las avenidas Sherman y Woodman.

La madrugada en que los agentes del LAPD detuvieron a Jacobo, no había cometido ningún delito. Tampoco era sospechoso de haber cometido algún crimen. Solo estaba sentado en la calle, al frente de una gasolinera.

“No tengo donde vivir”, se escucha decir a Jacobo en el video, mientras los policías lo interrogaban, antes de someterlo con las rodillas.

Por unanimidad, los miembros del jurado federal encontraron que la fuerza utilizada contra el hombre de origen mexicano, nacido en Michoacán, “fue excesivo e irrazonable”, declaró el abogado Galipo

[Los oficiales del LAPD] Se mostraron deliberadamente indiferentes a sus derechos constitucionales”, agrega.

Nicole Juárez Zelaya, hija de la víctima, es acompañada por sus abogados Michael Carrillo (i) y Dale K. Galipo.
Crédito: Jorge Luis Macías | Impremedia

Asimismo, el jurado también emitió un fallo, en el que destacaron que el entrenamiento del LAPD, hasta abril de 2019,  era “totalmente inadecuado” con respecto al riesgo de sujeción de una persona que se encuentra bocabajo.

En la forma como resolvieron el problema los oficiales – añadió- fue similar a la posición y contención por asfixia aplicada al afroamericano George Floyd, en Minneapolis, y que desató grandes protestas en todo Estados Unidos.

Inicialmente, la policía argumentó que la detención de Juárez Cedillo fue porque casi había sido atropellado por un camión, luego hablaron con él y creían que estaba bajo la influencia de alguna droga.

De acuerdo con el abogado Galipo, los oficiales Dustin Richmond y Joseph Hunt reconocieron en un tribunal que no tenían causa aprobable para haber arrestado al infortunado hombre, quien tenía 50 años. El murió cinco días más tarde en un hospital.

Después de ser retenido contra su voluntad por varios minutos, Cedillo se molestó. En apariencia, se observa como una provocación deliberada.

Cada vez que los policías le dicen que se calme, lo jalan de los brazos.

Pero cuando retrocede en dirección contraria a la orden que recibió, aumentó el uso de fuerza. Los agentes lo derriban al suelo y se desconecta la cámara corporal de los policías. Eran casi las 4:18 a.m.

Sin embargo, la cámara de una patrulla y las cámaras de la gasolinera captarían el desenlace previo a la muerte del hombre mexicano.

Durante aproximadamente tres minutos, Jacobo Juárez Cedillo se encuentra sometido bocabajo, Llegan más refuerzos policiacos y el hombre es esposado e inmovilizado.

En el video al que tuvo acceso La Opinión se le escucha respirar con dificultad y con dos agentes encima de él.

Y, cuando arriban otros policías a la escena, atan al hombre con un sistema de sujeción, mientras le siguen aplicando peso sobre la espalda.

¿No tenemos ningún delito?

Un supervisor pregunta ¿No tenemos ningún delito?

Uno de los oficiales que arrestó a Jacobo admitió: “No, simplemente estábamos… íbamos a revisar sus bolsillos y fue entonces cuando comenzó a enloquecer y trató de correr y simplemente lo tiramos al suelo”.

Juárez Cedillo estaba inerte. Estaba perdiendo la respiración y los paramédicos arribaron al lugar del incidente, a eso de las 4:33 a.m., es decir, 15 minutos después de que le empezaron a aplicar presión sobre su cuerpo.

“Existe una relación temporal entre el paro cardiopulmonar después de la restricción física boca abajo por parte de las fuerzas del orden y, se informó que el individuo dejó de responder después de ser colocado en la camilla”, escribió el médico forense.

“Un componente de asfixia por posible compresión del cuerpo puede contribuir al paro cardiopulmonar, sin embargo, no hay hallazgos en la autopsia que establezcan asfixia. La determinación de la cantidad de fuerza utilizada y los efectos físicos de la inmovilización no pueden establecerse en la autopsia”.

Michael Carrillo, también abogado de la familia de Jacobo preciso que el veredicto de los siete miembros del jurado al inculpar al LAPD y sus oficiales “por matar injustificadamente a Jacobo Juárez Cedillo, también acusa a la ciudad y al departamento de policía, por no entrenarlos muy bien”.

“El papá de Nicole no cometió ningún crimen; obedecía las ordenes de los oficiales, no violó ninguna ley, pero eso no les importó a ellos que se le echaron encima de su espalda por más de 11 minutos, y cuando se despertó, de nuevo se subieron sobre su estómago por casi tres minutos más… Lo asfixiaron hasta matarlo sin justificación”.

¿Un homicidio?

El abogado Galipo, quien dijo a La Opinión que, en los últimos cinco meses ha obtenido un total de 37 millones de dólares para las familias de tres latinos que encontraron la muerte a manos de policías (Jesse Murillo y Jacobo Juárez Cedillo, por parte del LAPD, y Clemente Juárez, por parte del alguacil del condado de Riverside) expuso que el forense del condado de Los Ángeles dictaminó la “muerte indeterminada” de Jacobo.  “Se dieron cuenta que podría haberse considerado un homicidio”.

“Entonces podríamos haber tenido un proceso penal, y podría ayudar también a los abogados en un caso civil”, explica. “ En mi opinión, los médicos forenses nunca estarán de acuerdo con esto. Lo hacen de modo que sea indeterminado, no están seguros. Quizás su corazón no estaba bien. Quizás las drogas tuvieron algo que ver con eso, es decir, no quieren culpar directamente a la policía”.

En el juicio, -indicó- “dijimos que la oficina del médico forense suele trabajar con la policía. Mano a mano. Así que tuvimos que demostrar que el médico forense no estaba en lo cierto, y lo hicimos; demostramos que el entrenamiento de los agentes del LAPD y su formación era insuficiente. Tuvimos que demostrar que fue la restricción la que causó su muerte”.

Ello lo consiguió gracias al testimonio de un patólogo forense de renombre nacional: , además que un cardiólogo muy respetado explicó claramente al jurado cómo la inmovilización causó la muerte de Jacobo.

Amor firme y constante

“Mi papá era un buen hombre”, dijo Nicole, la hija de Jacobo. “Es muy desgarrador estar aquí, y en esta situación”.

La chica, de 23 años,  quien es una psicóloga recién graduada en Washington State, dijo a La Opinión que desconocía los detalles de cómo murió su padre y que no desea ver los videos que muestran la brutalidad policiaca.

“Mi papá siempre me amó. Él se preocupaba por mí, y yo sabía que él me amaba; siempre estaba vigilándome y me apoyó siempre, en todo lo que quise hacer y en los sueños que tuve… Es realmente difícil no tenerlo.  Todavía estoy tratando de procesar y aceptar lo que significa no tenerlo”.

En medio del llanto, la chica agregó que el amor de su padre era firme y constante.

“Hablaba con él, y él nunca dejó de orar por mí”.

En relación con el fallo del jurado federal, agradeció que ellos “pudieron ver con claridad que lo sucedido estaba mal; que había despojado a mi papá de su dignidad cuando lo mataron, y eso significa mucho para mí, aunque sé que nada hará que mi padre regrese,”.

Finalmente agregó que los policías deben rendir cuentas.

“Creo que la policía de Los Ángeles debe cumplir con un estándar más alto, porque lo que paso es inaceptable”.

Nicole reveló que, tras la muerte de su padre, se mudaría a vivir con su madre en Washington State.

Una portavoz del LAPD, explicó que la agencia no emitiría ningún comentario sobre el caso.

En esta nota

inmigrantes Latinos mexicanos
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain