Fernando Parrado, uno de los sobrevivientes del Milagro de Los Andes y su historia en la Fórmula 1
Parrado es uno de los 16 sobrevivientes del denominado 'Milagro de Los Andes' en el año de 1972 y luego de dicho evento, tuvo una época de su vida donde incursionó en el mundo del automovilismo profesional
Se convirtió en uno de los hombres más famosos y reconocidos alrededor del mundo por haber formado parte del grupo de 16 sobrevivientes uruguayos del recordado ‘Milagro de Los Andes’ en el año de 1972, pero Fernando Parrado también tiene historia en el mundo del automovilismo y es algo que no muchas personas conocen.
Parrado fue piloto y mantiene muy fuerte su vinculo con los deportes de motor.
“Generalmente no doy entrevistas, pero relacionadas a los autos, sí”, respondió Parrado al medio Infobae. A su vez aceptó hablar sobre el evento que hace 51 años lo marcó de por vida y del que es un referente, así como también ejemplo para muchas personas en todo el mundo.
La historia de supervivencia de Nando, como se le conoce a Parrado y sus amigos se ve reflejada en la película estrenada recientemente en la plataforma digital Netflix, “La Sociedad de la Nieve” en la que además hizo un cameo al principio del filme.
Parrado era uno de los integrantes del equipo de rugby Old Christians, formado por ex alumnos del colegio Colegio Stella Maris de Montevideo, quienes colocaron rumbo a Santiago de Chile para jugar un partido contra el Old Boys. El 12 de octubre de 1972, el avión Fairchild Hiller 227 de la Fuerza Aérea Uruguaya se estrelló en las montañas a 3.500 metros del nivel del mar. Fue en territorio argentino, en Mendoza.
Viajaban 45 personas, 40 pasajeros y cinco tripulantes. Fueron prácticamente un total de 72 días con temperaturas bajo cero, escasos recursos y la pérdida de seres queridos, situación que le tocó vivir de manera mucho más personal con el lamentable fallecimiento de su señora madre Eugenia y de su hermana Susana.
“Fueron 71 días, 23 horas y 50 minutos… Nunca pensé que me iba a salvar. Y poder sobrevivir en las condiciones más extremas es mucho peor de lo imaginable”, aseguró cuando habló con el medio antes mencionado en el año 2019. Pero siguió adelante por su fuerza de voluntad, el instinto de supervivencia y el amor por su padre.
Parrado tenía claro que debía volver con vida para darle un abrazo a su ‘viejo’ y fue entonces cuando junto a su amigo y compañero de equipo, Roberto Canessa, tomaron la decisión de escalar a través de las cumbres en un viaje de aproximadamente 59 kilómetros y diez días para conseguir ayuda y poder rescatar al resto de sus compañeros.
Cuando el fin lucía cada vez más cerca para los uruguayos, fueron encontrados por un arriero chileno llamado Sergio Catalán y a partir de allí enviaron el rescate para los demás sobrevivientes.
Atrás quedó uno de los episodios más complicados para ‘Nando’, quien, para poder seguir con vida en tan difíciles y precarias condiciones, fue uno de los que tuvo que comer de sus fallecidos compañeros.
“No fue canibalismo, sino antropofagia. Como somos los mayores expertos en este tema en el mundo, puedo decir que cualquier persona, en la misma situación, hubiera hecho lo mismo. Ahora, teorizar desde afuera es diferente y demuestra poca capacidad de adaptación y un poco de ignorancia”, aclara.
Incursión en el automovilismo profesional
Parrado ha tenido tiempo suficiente para analizar una y otra vez los sucedido y considera que el aprendizaje más valioso que tuvo fue que “vivir el presente es lo único que es real. El pasado ya pasó y el futuro aún no llegó. Pero a veces no es fácil. Siempre hay cosas que modifican los pensamientos”.
Fernando se cumplió a sí mismo el poder regresar a casa y darle ese abrazo a su papá, quien desde muy pequeño le transmitió su pasión por los autos. Seler Parrado fue uno de los fundadores de la Asociación Uruguaya de Volantes. Consolidó amistades importantes como con el inglés Bernie Ecclestone, el mismo que manejó la Fórmula 1 por casi cuatro décadas. También con el escocés Jackie Stewart, tricampeón de F1 (1969, 1971 y 1973) a quien define como “su mentor”.
Su amistad con Stewart, a quien considera su mentor, ha perdurado desde 1973. La conexión va más allá de las pistas ya que Parrado suele ser un visitante consecuente en el hogar de Stewart cada vez que visita las campiñas británicas. “Somos como primos o algo así”, afirma el uruguayo, quien además es padrino de sus hijos Paul y Mark.
Stewart le brindó toda su sabiduría, algo que le permitió a Nando poder mejorar su tiempo en 20 segundos menos de lo usual en el legendario circuito de Nürburgring. “Es la meca para todo corredor. Tiene 177 curvas, 23 kilómetros de recorrido y solo cuatro curvas de segunda marcha. Todo el resto es tercera, cuarta y quinta velocidad… Allí no hay lugar para errores, es un circuito que muerde al que no lo respeta”, dijo sobre la pista alemana en una entrevista con Infobae.
La relación con Ecclestone también ha dejado huella. En su época de dueño de Brabham, el propio Bernie dio la orden para que Parrado en un Gran Premio de Mónaco fuese la persona que se encargara de llevar y traer los Brabham BT44 a los boxes del circuito de monegasco.
Sin embargo, no quedó allí todo, ya que para 1977, gracias al empresario, pudo establecer un vínculo con el equipo Autodelta y competir en el Grupo 2 del Campeonato Europeo de Turismo junto a los argentinos Juan Pablo Zampa y Eugenio Breard.
Las conexiones que tenía en el mundo de la Fórmula 1 le permitieron a Parrado probar un McLaren-Cosworth en los ‘70. “No quería ni podía hacer una tontería y romper el auto, así que lo aceleré, lo frené y lo disfruté dentro de mis límites”. También en 1982 tuvo la fortuna de subirse y probar un auto de la Fórmula 2.
“Era muy bueno conduciendo autos de carrera, pero me di cuenta que yo no era excepcional. Y hay que serlo para llegar a la F1 o cualquier categoría top del mundo”.
Sigue Leyendo:
Sergio “Checo” Pérez tendrá nueve meses para demostrar que merece renovar con Red Bull
Madrid podría confirmar durante la próxima semana su Gran Premio de la Fórmula 1
Ford y Red Bull F1: futuro impulsado por la pasión de la Fórmula 1