Dormir mal afecta tu salud cardiovascular: por qué

El ritmo irregular de sueño en personas de mediana edad se asocia con problemas cardiovasculares, especialmente un aumento en la circunferencia de la cintura. Aunque la actividad física puede mitigar algunos riesgos, asegura un estudio

Dormir mal afecta tu salud cardiovascular: por qué

Los horarios de acostarse inconsistentes, incluso más allá de la duración del sueño, pueden tener impactos significativos en la salud. Crédito: Africa Studio | Shutterstock

Un estudio pionero llevado a cabo por la Universidad de Oulu y la Oulu Deaconess Institute Foundation sr., en colaboración con el Departamento de Medicina del Deporte y el Ejercicio, revela que un ritmo irregular de sueño en personas de mediana edad está vinculado a una peor salud cardiovascular.

Los hallazgos basados en una muestra de casi 3,700 participantes nacidos en 1966 en el norte de Finlandia, indican que los horarios de acostarse inconsistentes, incluso más allá de la duración del sueño, pueden tener impactos significativos en la salud.

El estudio, el primero de su tipo a gran escala centrado en personas de mediana edad, utilizó un monitor de actividad para medir la actividad física y el ritmo del sueño de los participantes.

Los resultados revelaron que la actividad física desempeña un papel crucial en mitigar la asociación dañina entre un ritmo de sueño irregular y factores de riesgo cardiovascular, como los niveles de azúcar en sangre, los triglicéridos y la presión arterial.

A pesar de la cantidad de actividad física y el tiempo pasado en la cama, la hora irregular de acostarse se asoció con una mayor circunferencia de la cintura. La investigadora principal, Laura Nauha, señaló que, aunque las diferencias en la circunferencia de la cintura no fueron muy grandes, la asociación fue estadísticamente significativa.

El análisis exhaustivo de datos incluyó cuestionarios de salud y estilo de vida, así como un examen clínico en el que se midieron diversos parámetros como el cuerpo, la presión arterial y los valores de lípidos en sangre. La actividad física y el ritmo del sueño se monitorearon mediante un medidor de actividad llevado en la muñeca.

En promedio, los participantes se acostaron a las 23:22, despertaron a las 7:17 y pasaron aproximadamente 7 horas y 57 minutos en la cama. Sin embargo, la mitad de los participantes experimentaron variaciones de al menos una hora en sus horarios de acostarse, despertarse y en el tiempo total en la cama en torno al promedio semanal.

Laura Nauha reflexionó sobre la importancia del tiempo promedio que las personas de mediana edad pasan en la cama y señaló que, aunque debería permitir un sueño suficiente (entre 7 y 9 horas según las recomendaciones), una mayor variación en el ritmo del sueño indica una duración más tardía del sueño.

Este estudio se diferencia de investigaciones anteriores, que se habían centrado principalmente en trabajadores por turnos. Nauha destacó que, además de la cantidad de sueño y la actividad física, la regularidad del ritmo del sueño día a día y el ritmo circadiano del individuo deben considerarse en el asesoramiento sanitario.

El funcionamiento del ritmo interno del ser humano se basa fisiológicamente en ciclos de aproximadamente 24 horas, por lo que estos factores deberían tenerse en cuenta más ampliamente en la atención médica actual.

Estos descubrimientos arrojan luz sobre la importancia de mantener un ritmo de sueño regular para la salud cardiovascular en la mediana edad, destacando la necesidad de abordar este aspecto en la orientación médica y las prácticas de estilo de vida.

Con la creciente conciencia sobre la relación entre el sueño y la salud, este estudio contribuye significativamente al entendimiento de cómo los patrones de sueño pueden influir en la salud cardiovascular a lo largo de la vida.

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