Cutzamala, se seca el sistema que da agua a la CDMX

MÉXICO.- Como casi todos los días, Rebeca Téllez llegó al gimnasio temprano con su ropa de oficinista a cuestas. La usaría después del ejercicio y la ducha previa a su jornada de trabajo en la Secretaría de Economía. Se había inscrito en ese deportivo porque ahí nunca fallaba el agua, a diferencia de otras sucursales cercanas a su casa.

La recepcionista la observó con la maleta de ropa  y le advirtió: “No hay agua en las regaderas”.

Téllez se quedó helada: nunca en ocho años de rutina aeróbica/laboral había pasado tal situación en la colonia San Miguel Chapultepec, una zona nivel económico medio y medio alto que, además, tiene la ventaja de que por esa zona entra el agua que llega desde el sistema Cutzamala que abastece a la capital mexicana.

Hubo previamente algunas alertas sobre la escasez de agua que vive la Ciudad de México, pero Rebeca no había puesto atención. 

Protestas frecuentes por falta de agua para consumo en domicilios: ya en Tlalpan, ya en Iztapalapa; por lo general en los municipios más alejados del centro, pero uno en particular llamó la atención de la prensa a principios de diciembre, en plenas fiestas decembrinas, cuando en tráfico estaba a reventar por las compras.

Vecinos de la colonia Jardines del Pedregal, bloquearon los carriles centrales y laterales del Periférico Sur, una de las arterias viales más importantes de la ciudad y enloqueció a más de cinco millones de automovilistas.

“El problema es que tenemos 40 días sin que caiga agua en nuestros edificios, tenemos 40 días sufriendo el desabasto, hemos solicitado pipas con costo a nuestro beneficio, bueno a nuestra cartera y esto ya nos tiene asfixiados , tenemos adultos mayores, tenemos niños, no hay agua para cocinar, no hay agua para bañarse ni para lavar la ropa”, dijo Carlos Carrizales, vecino afectado.

Un mes después Rebeca reconoció que había ignorado la problemática hasta que la impactó. Se fue a trabajar sin bañarse ni hacer ejercicio y reconoció que tenía suerte de vivir en un condominio con sisterna grande. Aún así, en un par de ocasiones, había fallado el líquido.

Llegó temprano a su escritorio y ahí mismo se puso a buscar en internet. Descubrió que en 2023 hubo por lo menos cuatro anuncios sobre la disminución del agua en el Sistema Cutzamala. Hubo protestas de pueblos originarios de los alrededores de la ciudad y también de las regiones más pobres. Cortes, abasto intermitentes, denuncias de abusos por reventa…

Pero la realidad había empeorado. Para la segunda semana de 2024, justo cuando ella no pudo bañarse, la estatal Comisión Nacional del Agua reconoció que el sistema del que dependen 12 de las 16 alcaldías de la Ciudad de México y 11 municipios mexiquenses se encuentra en la “peor sequía” de su historia.

A la fecha, las tres presas del Cutzamala se encuentran con un almacenamiento promedio de 40.7%, con un déficit de lluvias de 100% en lo que va del año, y se trata de 37.8% menos agua del promedio histórico.

DEL SIN SENTIDO Y LA ACCIÓN

De acuerdo con la información oficial de Conagua, el Sistema Cutzamala aprovecha el agua de la cuenca alta del río del cual tomó su nombre. Está conformado por las presas Tuxpan y El Bosque, en Michoacán; Colorines, Ixtapan del Oro, Valle de Bravo, Villa Victoria y Chilesdo, en el Estado de México, a cientos de kilómetros de la capital.

La CDMX comenzó a tomar agua de ahí desde 1972 porque extraerla de su propio suelo ya le había acarreado problemas de hundimiento entre los años 30 y 40 del  siglo pasado; para los año 50 la tomó de Lerma, en la zona conurbada, pero la zona se complicó por la sobreexplotación necesaria para una población que ha ido en incremento hasta los más de 20 millones actuales.

Para hacer frente, el año pasado la hoy candidata a la presidencia de la República, Claudia Sheimbaum (entonces jefa de Gobierno) lanzó una inédita campaña donde por primera vez se habló a los capitalinos de “aprender a bañarse en poco tiempo” o “moderar el riego de jardines”, sin embargo, en los últimos días, el actual gobernante Martí Batres adelantó que apretarán las prioridades.

“El consumo humano es la principal prioridad. Sobre este tema vamos a seguir tomando acciones en favor de la ciudadanía”, adelantó Martí Batres, jefe de Gobierno de la CDMX frente al problema que cobra forma de crisis al saltar de los barrios más populares a los de clase media alta, como donde se encuentra el gimnasio de Rebeca Tellez.

“El llamado va dirigido especialmente a dueños de campos de golf, grandes jardines, centros deportivos y de grandes extensiones de campo, para que no utilicen agua potable para regar los mismos”, agregó Batres.

La ciudad cuenta con por lo menos 15 jardines públicos emblemáticos; terrazas particulares de lujo con albercas así como múltiples campos de golf que requieren miles y miles de litros de agua; sin embargo, el 40% de las perdidas del líquido vital es por las fugas de tuberías viejas o dañadas según reconocen las propias autoridades.

Actualmente se encuentra en el congreso una iniciativa de la diputada Elizabeth Mateos para poner penas de hasta nueve años de cárcel para las personas que desperdicien agua en la Ciudad de México, pero no ha logrado pasar al pleno para su votación.

“Durante años se ha ignorado la captación de lluvia, entonces, ¿a quién van a multar? Las autoridades de la ciudad son las que más desperdician”, dijo Quetzal Castro, representante de vecinos en la colonia Hipódromo Condesa, donde antiguamente no hacía falta.

Uno de los sinsentidos de la CDMX lo representan las inundaciones que colapsan las ciudades en cada temporada de lluvias que llegan con los huracanes durante por lo menos la mitad del año. 

En el congreso de la CDMX también se encuentra una iniciativa del jefe de gobierno que busca impulso a la instalación de sistemas de captación de agua de lluvia, así como el diseño de calles y avenidas que permitan la infiltración de agua; por ahora empezarán a “cosechar” el líquido las escuelas públicas.

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