“Si bombardean a los extranjeros, ¿qué nos harán a nosotros?”: el miedo de los trabajadores humanitarios palestinos en Gaza
Luego del ataque en el que murieron siete trabajadores de World Central Kitchen, la ONG del Chef José Andrés, las organizaciones humanitarias en Gaza han detenido sus labores
“Si bombardean y matan a un extranjero con pasaporte internacional, ¿a nosotros qué nos harán?”.
Así comienza Mohammed Abu Rajila, un joven palestino, la conversación sobre su labor humanitaria en la Franja de Gaza.
La entrevista ocurre después de que siete empleados de la organización benéfica World Central Kitchen (WCK) murieran en un ataque aéreo del ejército israelí el pasado 1 de abril.
Las víctimas eran de origen británico, polaco, australiano, palestino y también había una persona con doble ciudadanía estadounidense y canadiense.
En total, desde que comenzó la guerra, 196 trabajadores humanitarios palestinos han muerto en Gaza, según distintas organizaciones.
Abu Rajila es un creador de contenidos. Solía publicar vídeos sobre Gaza y la identidad palestina.
Después del 7 de octubre, cuando comenzó el conflicto, lanzó una iniciativa llamada “Juventud de Gaza” para apoyar a sus compatriotas y repartir ayuda.
Luego del ataque a los trabajadores internacionales, su nivel de alarma se ha elevado. Siente que hay un riesgo mayor de que los trabajadores locales mueran.
Cada vez es más difícil realizar su labor humanitaria, así como encontrar suministros.
Pero el joven dice que este miedo no le impedirá a él ni a sus compañeros continuar con su trabajo.
“El peligro de no proporcionar ayuda no es menos importante que el peligro de morir”, afirma.
Suspenden la ayuda humanitaria
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, describió el ataque como un incidente “trágico” y “no intencionado”.
Poco después del ataque, WCK, junto con otras organizaciones benéficas internacionales, suspendieron sus operaciones en la Franja de Gaza.
La entidad Proyecto HOPE anunció una suspensión de su labor humanitaria en Rafah, en el sur, y Deir al-Balah, en el centro, durante tres días, hasta que realicen una revisión de la seguridad.
Arlan Fuller, director de Preparación y Respuesta a Emergencias de la organización, le dijo a la BBC en un correo electrónico que la muerte de los miembros del equipo de WCK fue considerado como un suceso trágico por todos sus compañeros de trabajo.
Dijo que tenían relaciones sólidas con las víctimas del ataque y que a menudo trabajaban juntos.
“Uno de los miembros del equipo WCK que murió estaba emparentado con uno de los miembros del equipo de Proyecto HOPE en Gaza”, contó.
Fuller añadió que su decisión de suspender temporalmente las operaciones fue principalmente en solidaridad con WCK, así como para hacer una revaluación del nivel de amenaza.
“El ataque a los miembros del equipo WCK plantea cuestiones importantes para las operaciones humanitarias en Gaza, incluidas dudas sobre la eficacia de los mecanismos para reducir conflictos que se han establecido para proteger a los trabajadores humanitarios”, sostuvo.
“Necesitamos evaluar si este evento significa un cambio en la forma en que las Fuerzas de Defensa de Israel perciben las operaciones de ayuda y determinar hasta qué punto podemos confiar en ellas para salvaguardar a nuestros equipos“, agregó.
La necesidad de un hospital
Zawar Ali, asesor de salud de la misión del Cuerpo Médico Internacional en Gaza, estuvo de acuerdo en que la muerte de los trabajadores de WCK hace vital revisar los protocolos de seguridad.
La organización tiene sus propios lineamientos, pero afirma que será necesario restringir el movimiento del personal para darles más protección.
Tienen un hospital de campaña al norte de Rafah que han decidido trasladar a la zona de al-Mawasi, al oeste de la ciudad.
También han decidido “revaluar” sus planes de establecer un segundo hospital en Deir Al-Balah, en el centro de Gaza.
“Existe una enorme necesidad humanitaria de un nuevo hospital en Deir Al-Balah, especialmente uno que brinde atención pediátrica y de salud sexual y reproductiva, ya que allí hay un gran número de personas desplazadas internamente”, señaló Ali.
El doctor Bashar Murad, director ejecutivo de la Media Luna Roja Palestina, dijo que los médicos también estaban asustados.
Están reacios a viajar al norte para coordinar la evacuación de los heridos hacia el sur debido a la falta de garantías de seguridad, pese a que se han comunicado con varias entidades internacionales y nacionales para proteger los convoyes y a los médicos.
“Apuntar a un vehículo claramente identificado con el logo de WCK y en plena coordinación con la parte israelí es un mensaje contundente para los trabajadores humanitarios”, dice Murad.
“Espero que el ataque resulte ser un error”.
Temores de hambruna
Si bien gran parte de la población de Gaza ha dependido de la asistencia humanitaria durante décadas, WCK rápidamente ganó prominencia debido a la apertura de un corredor marítimo en medio de la guerra y por su red de distribución.
Adnan Abu Hasna, portavoz de la Agencia de Ayuda y Trabajo de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés), comentó que los civiles en Gaza, especialmente en el norte, se ven afectados por la suspensión del trabajo de WCK.
“Muchos habitantes vulnerables de Gaza dependen de las comidas diarias que ofrece WCK”, dijo Hasna.
“Lo único que se puede hacer es permitir que la UNRWA opere en el norte, permitir que la mayor y única organización de ayuda que sobrevive en Gaza opere libremente en todo el territorio”.
Se estima que en el norte quedan unos 300,000 palestinos.
La UNRWA señala que Israel le ha negado el permiso para distribuir alimentos en dicha zona. Solo le permite operar en el centro y sur del territorio.
Hasna indicó que la prohibición israelí “acelera el estado de hambruna” que, según un informe respaldado por la ONU, será generalizado en el norte de Gaza en el mes de mayo.
Israel alega que no impide que entre ayuda a Gaza y afirma que la ONU es quien tiene problemas para distribuirla.
Bajo una creciente presión internacional, Israel abrió en marzo una nueva ruta para la entrega de ayuda humanitaria al norte de Gaza, conocida como la puerta 96.
El 20 de marzo, Cogat, el organismo del Ministerio de Defensa israelí que organiza cuestiones civiles, dijo que al menos 86 camiones de ayuda internacional habían entrado por el nuevo cruce.
La Organización Mundial de la Salud dice que al menos 27 niños han muerto como resultado de la desnutrición en Gaza desde octubre.
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