Estudio de la UNM señala que microplásticos pueden viajar del estómago a otros órganos como el cerebro

Un estudio de la Universidad de Nuevo México revela que los microplásticos pueden llegar al cerebro humano, causando preocupación por sus posibles efectos en la salud. Esto subraya la necesidad de abordar urgentemente el problema de los microplásticos desde diversas perspectivas.

Estudio de la UNM señala que microplásticos pueden viajar del estómago a otros órganos como el cerebro

La evidencia sobre los impactos de los microplásticos en la salud humana continúa acumulándose. Crédito: chayanuphol | Shutterstock

En un reciente estudio publicado en la revista Environment Health Perspectives, investigadores de la Universidad de Nuevo México han revelado una preocupante realidad: los microplásticos, diminutos fragmentos provenientes del plástico están llegando hasta nuestros cerebros.

Este hallazgo plantea nuevas interrogantes sobre los potenciales impactos en la salud humana. El profesor asociado de la División de Gastroenterología y Hepatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nuevo México, Eliseo Castillo, lideró este estudio.

Durante cuatro semanas, él y su equipo administraron a ratones agua contaminada con microplásticos en una cantidad equivalente a la que se estima que los seres humanos ingieren semanalmente.

Los resultados: los microplásticos no solo permanecían en el intestino, sino que también migraban hacia otros tejidos del cuerpo, incluidos los riñones, el hígado y, sorprendentemente, el cerebro.

“Este descubrimiento es profundamente preocupante”, comentó Castillo en un comunicado de prensa de la universidad. “Si los ratones, expuestos solo durante cuatro semanas, mostraron signos de cambios físicos, debemos considerar seriamente cómo la exposición continua a lo largo de la vida podría afectar la salud humana”.

Uno de los aspectos más inquietantes de este estudio es la asociación entre la exposición a microplásticos y la inflamación en el cuerpo. En un artículo posterior publicado en la revista Cell Biology and Toxicology, Castillo y su equipo revelaron que los microplásticos pueden alterar las células inmunes responsables de proteger al cuerpo de partículas extrañas, desencadenando un proceso inflamatorio. Este hallazgo plantea la posibilidad de que la exposición prolongada a los microplásticos pueda exacerbar condiciones de salud preexistentes.

“Imaginemos a alguien con una condición subyacente”, reflexiona Castillo. “¿Podría la exposición a microplásticos empeorar su situación?”.

Cómo el cuerpo absorbe los microplásticos

Para comprender mejor cómo la dieta afecta la absorción de microplásticos en el cuerpo, Castillo y su equipo planean llevar a cabo un estudio adicional. “La dieta de cada persona es diferente”, explica Castillo.

“Por lo tanto, planeamos alimentar a ratones de laboratorio con diferentes tipos de dietas, desde aquellas altas en colesterol y grasas hasta las altas en fibra, y observar cómo responden a la exposición a los microplásticos”.

Sin embargo, este problema va más allá de lo que consumimos. Según otro estudio publicado en la revista Environmental Pollution, se descubrió que el 90% de las proteínas, incluyendo alternativas veganas, contienen microplásticos. Esto sugiere que estos diminutos fragmentos están omnipresentes en nuestra cadena alimentaria, sin importar nuestras preferencias dietéticas.

A medida que la evidencia sobre los impactos de los microplásticos en la salud humana continúa acumulándose, es evidente que se necesita una acción urgente. Esto podría incluir regulaciones más estrictas sobre el uso y la eliminación de plásticos, así como investigaciones adicionales para comprender completamente los riesgos para la salud asociados con la exposición a los microplásticos.

El estudio de Castillo y sus colegas destaca la necesidad crítica de abordar el problema de los microplásticos desde múltiples ángulos, desde la producción y eliminación de plásticos hasta la educación pública sobre cómo reducir nuestra exposición a estos contaminantes omnipresentes. Nuestros cuerpos y nuestro medio ambiente dependen de ello.

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