Inmigrante sin techo construye su hogar con paneles solares en Arroyo Seco

Alejandro Díaz lleva tres años construyendo la casa con material que encontró en el área; asegura que hace lo posible por no molestar a nadie

La casa que construyó Alejandro Díaz en Arroyo Seco está cerca de la autopista 110 en Los Ángeles.

La casa que construyó Alejandro Díaz en Arroyo Seco está cerca de la autopista 110 en Los Ángeles. Crédito: Isaac Ceja | Impremedia

Alejandro Díaz, inmigrante de Guatemala, dice que lleva unos 3 años viviendo en una casa que construyó él mismo encima del Arroyo Seco, a unas millas del centro de Los Ángeles. Lo hizo con materiales que encontró en el área justo a un lado de la autopista 110.

“El río a veces trae muchas cosas, incluyendo ropa, y de ahí agarramos y nos vestimos para no vernos mal, pero no le hacemos daño a nadie y no nos metemos con nadie”, dijo Díaz. 

La casa tiene una puerta azul con el logo de los Dodgers, árboles que Díaz ha plantado durante los años, una hamaca y otras cosas necesarias.

Agrega que crea su propia energía a través de paneles solares y baterías de carro para utilizar su televisor, refrigerador, cocina y otros utensilios que le ayudan a hacer los días llevaderos.

Alejandro Díaz saca la bicicleta de su casa que se alimenta de energía de paneles solares.
Crédito: Isaac Ceja | Impremedia

La casa está construida encima del Arroyo Seco, y ha creado una pequeña comunidad de personas sin hogar donde todos se aseguran de mantener el área limpia para poder quedarse sin crear problemas para los residentes del área.

“Por otras personas pagamos todos”, dijo César, otra persona sin hogar que vive a lado de Díaz. “Nosotros tratamos acá de mantener limpio y ayudarnos unos con otros para que no nos molesten”.

De acuerdo con Díaz, cada lunes y domingo se pone a recolectar botes de plástico o aluminio junto con César para poder ganar un poco de dinero. 

Agrega que le gustaría tener trabajo fijo en la construcción o como pintor para tener más estabilidad.

“Nosotros no somos expertos pero si queremos trabajar”, dijo el inmigrante.

Alejandro Díaz dice que trata de no molestar a nadie en la comunidad; aunque le gustaría conseguir un empleo más estable.
Crédito: Isaac Ceja | Impremedia

Varios residentes en el área han visto el hogar de Díaz y sienten que aunque no es una situación ideal para vivir, les parece bien que esté ahí.

Harrison Eckstein, un residente que asiste al parque de perros cerca del Arroyo Seco, dice que como él mismo es carpintero puede admirar el trabajo que el indigente ha hecho.

“La gente deja cosas afuera de su casa todo el tiempo y es un desperdicio”, dijo Eckstein. “Está utilizando cosas que para la mayoría de la gente son simplemente basura, lo cual creo que es bastante admirable”.

Por las noches Díaz alumbra su casa con luces que instaló y dice que siempre le ha gustado la construcción; además, tiene familia en Guatemala que le enseñó un poco sobre la electricidad y no se le ha olvidado. 

El inmigrante dice que nunca pensó venir a los Estados Unidos en su vida, pero llegó a Los Ángeles hace 10 años en busca de tranquilidad y seguridad después de ser víctima de un secuestro cuando trabajaba para la municipalidad en su país.

“Me quitaron un camión de volteo con el que jalan arena y me vine para acá por el miedo. Gracias a Dios no me mataron”, dijo el guatemalteco.

Detalló que dejó a un hijo de cuatro años en su tierra natal y aunque a veces se puede comunicar con él, explica que no lo puede ver porque ninguno de ellos puede obtener una visa para poder viajar. 

Antes de construir su hogar encima del Arroyo Seco, Díaz dijo que tenía una casa de árbol cerca de donde está viviendo ahora, pero los guardaparques la tumbaron debido a peligros potenciales que podrían ocurrir. 

Varias veces le han ofrecido alojamiento, pero él sabe que hay varias reglas que él siente que no podría seguir.

“Me siento incapaz de cumplir las reglas y sé que me van a echar”, indicó Díaz. “Prefiero vivir mil veces así, porque nadie me molesta acá y pues no molestó a nadie”.

Lucia Fabio, una residente que tiene 12 años viviendo en el área,  dice que su hija reconoce a la casa de Díaz como la casa de muñecas.

Fabio está fascinada de lo que Díaz ha hecho, pero también teme que algún accidente en la autopista le pueda ocurrir a él o a las demás personas.

A la vez, la residente entiende que es difícil para las personas sin hogar pedir asistencia de vivienda porque las reglas pueden ser demasiado restrictivas.

“Hay barreras para ellos, como las parejas que no pueden permanecer juntas, como Project Room Key que tenía un toque de queda a las 9:00 p.m.”, dijo Fabio. “Termina siendo como si estuvieras encarcelado y algunas personas no quieren hacer eso”.

En un comunicado de la oficina de la concejal Eunisses Hernández, representante del área, se dijo que actualmente no hay suficientes opciones de vivienda disponibles para acomodar a las más de 46,000 personas que se encuentran sin hogar en la ciudad de Los Ángeles.

“Nuestros equipos están trabajando para encontrar urgentemente alojamiento para las personas que viven en este campamento y abordar los problemas de seguridad que plantea esta estructura y su proximidad al río”, dijo la oficina de Hernández en el comunicado.

En este momento lo único que le preocupa a Díaz es que lo vayan a sacar de su casa debido al centro de atención en el que ha estado debido a los noticieros.

“La mitad va a decir lo malo y la mitad lo bueno, o tal vez más lo bueno”, dijo Díaz, quien teme perder su hogar. “Desafortunadamente también hay muchas personas que no les gusta ver vivir a las personas así”.

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