Universidad de del Sur de California cancela la graduación principal
Estudiantes pugnan por la desinversión de universidades en empresas de EEUU e Israel que se benefician de la guerra en Palestina
El arresto de 93 estudiantes de USC por protestar por la liberación de Palestina, la prohibición de la universidad para que la mejor estudiante hablara durante la ceremonia de graduación de este año, la muerte de 33,137 personas, en su mayoría mujeres y niños en la Franja de Gaza, y el derecho a la libre expresión explotaron el miércoles en la institución universitaria.
A raíz de las protestas de los estudiantes pro-Palestina, que fueron reprimidas por agentes de seguridad de USC y elementos del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), la administración decidió cancelar el “escenario principal” de la ceremonia de graduación, el 10 de mayo, citando nuevas medidas de seguridad.
“La universidad (USC) cae en contradicciones. Por un lado, los estudiantes están aprendiendo sobre justicia social, imperios y genocidio, y ellos mismos lo ven en la práctica”, dijo el profesor Miguel Tinker Salas, catedrático de Pomona College en Claremont. “Y luego, cuando se expresan, los reprimen”.
Para Tinker Salas, hay una contradicción a la que se enfrenta USC, y que se liga a las demás universidades de Estados Unidos que recaban fondos de empresas transnacionales “que no representan los valores que divulga la universidad”.
La protesta de USC se sumó a las efectuadas en las universidades de Harvard, Cornell University, Columbia University y la Universidad de Texas, Austin (UT), donde 54 estudiantes fueron arrestados. También ha habido protestas en Yale University, New York University, University of North Carolina at Chapel Hill, Miami University en Ohio y Temple University en Filadelfia, entre torso campus.
Intentos de silenciar
En respuesta a las manifestaciones del miércoles en los campus universitarios del sur de California, Peter Eliasberg, abogado principal y director de la Primera Enmienda y la democracia de la ACLU del Sur de California, declaró que “la base de la vida universitaria es el intercambio abierto y libre de ideas, donde se fomenta el debate”.
“Hace más de medio siglo, los esfuerzos por silenciar el discurso en las universidades durante la era McCarthy erosionaron los cimientos sobre los que se construyen las comunidades académicas y nuestra democracia”, dijo Eliasberg.
Añadió que todos los estudiantes merecen igual acceso a la educación, libre de discriminación por motivos de religión, raza y origen étnico; y que las escuelas tienen la responsabilidad de mantener a todos los estudiantes a salvo de la violencia, la discriminación y la censura.
“En California, tenemos la suerte de que la Ley Leonard extiende una protección similar a la proporcionada por la Primera Enmienda a los estudiantes de colegios y universidades privados”, expresó Eliasberg.
“Los colegios y universidades deben resistir la presión del Congreso y otros para reprimir las protestas estudiantiles –incluso cuando los temas son polémicos– y permanecer firmes en su compromiso con la libertad de expresión, el debate abierto y la disidencia pacífica en el campus”.
La ACLU instó a los administradores de los campus universitarios a no recurrir a las fuerzas del orden ni a la seguridad privada del campus para interferir con las manifestaciones y campamentos estudiantiles, -tal como ocurrió en USC- y alentó a los estudiantes a revisar las políticas de sus escuelas sobre manifestaciones y protestas, y a conocer sus derechos”.
‘Agitadores en la protesta’
El miércoles, Andrew Guzmán, rector de la universidad, expresó que muchos de los activista pro-Palestina “no parecían estar afiliados” a USC y agentes de seguridad les pidieron repetidamente que desmontaran las tiendas de campaña en Alumni Park y otros artículos prohibidos y que “se trasladaran a un lugar que cumpliera con las normas”.
“Los manifestantes se negaron”, escribió Guzmán. “Sus acciones han escalado hasta el punto de la confrontación y han amenazado la seguridad de nuestros oficiales y la comunidad universitaria”.
Una lucha de supervivencia
Los organizadores de la ocupación de la USC, que se identificaron como la “USC Divest from Death Coalition” (Coalición de Desinversión de la Muerte en USC) y de Jewish Voice for Peace, dieron una declaración diciendo que su acción es “en solidaridad con el pueblo de Palestina, mientras resiste el genocidio y continúa su lucha por la liberación”.
“La ocupación también es una resistencia a los intentos de la USC y otras universidades de reprimir el movimiento estudiantil por Palestina en sus campus, una resistencia al silenciamiento de los estudiantes que critican al Estado de Israel, una resistencia a los administradores universitarios y los consejos directivos que sacan provecho del genocidio de los palestinos”, decía el comunicado.
En conferencia de prensa, tres estudiantes de Divest from Death Coalition, que no quisieron identificarse, dijeron que el grupo continuará su “Ocupación Solidaria con Gaza” hasta que la Universidad cumpla con las demandas descritas en el comunicado de la coalición.
“Nosotros, la Coalición de Desinversión de la Muerte de USC, establecemos nuestra ocupación fundamentalmente en solidaridad con el pueblo de Palestina, mientras resiste el genocidio y continúa su lucha por la liberación”, escribió el grupo en una declaración de misión.
“La financiación por parte de la USC del genocidio en curso perpetuado por la entidad sionista refleja el mantenimiento de los intereses imperialistas en el extranjero, además de solidificar la ideología compartida de las instituciones estadounidenses y sionistas para preservar la opresión racializada”, dijo un organizador anónimo.
“No oponerse a la violencia expresamente racista aquí y en el extranjero es ignorar los llamados a la solidaridad exigidos por la mayoría del mundo”, expresaron.
Demandas de los protestantes
El comunicado plantea seis demandas a USC: “poner fin al lucro de la guerra y a la inversión en genocidio”; “boicot académico total a Israel”; “proteger la libertad de expresión en el campus y proporcionar amnistía total [a los estudiantes arrestados]”; “alto al desplazamiento, desde el sur centro [de los Ángeles) hasta Palestina”; “prohibición de vigilancia en el campus”; y “poner fin al silencio sobre el genocidio en palestina”.
Los estudiantes del país exigen, además, que el sistema universitario se deshaga de las empresas estadounidenses e israelíes que se benefician de la guerra de Israel en Gaza.
Tan solo en UT Austin, se estima que el fondo universitario ha invertido $52.5 millones en empresas fabricantes de armas, según Women for Weapons Trade Transparency.
“No me sorprende lo que vi, porque es algo similar a lo que se ha visto históricamente con otras protestas como la Guerra de Vietnam y el asesinato de George Floyd”, dijo Bianca Arzán Montañez, una joven periodista de USC, tras el arresto de los 93 estudiantes.
“No es algo nuevo, pero sí es impresionante verlo en mi propio campus y ver cuando arrestan a la gente que tú conoces”.
“Brutalidad policiaca”
Los estudiantes pro-Palestina y de Jewish Voice for Peace narraron que el miércoles, oficiales del Departamento de Seguridad Pública (DPS) de USC, antes de confiscarles sus materiales de protesta pacífica, intentaron conducir un camión entre la multitud que ocupaba el parque.
“A las 11:21, agentes de seguridad persiguieron a tres jóvenes, intimidándolos agresivamente para confiscar y robar por la fuerza sus tiendas de campaña”, dijeron.
“A las 11:35 a. m., una estudiante de la USC que estaba documentando el evento fue agredida físicamente por agentes del DPS y sufrió hematomas por un fuerte puñetazo en el pecho.
A las 11:38 a.m., el DPS agredió físicamente a otro estudiante”.
Añadieron que “luego de que el estudiante fuera empujado a la fuerza contra el suelo, los agentes del DPS se arrodillaron sobre el cuello del estudiante durante aproximadamente 30 segundos”.
Y a las 4:00 de la tarde, elementos del LAPD había comenzado a rodear el campus y el parque de ocupación con equipo antidisturbios táctico y armas semiletales, incluidas balas semiletales y gases lacrimógenos.
“Más tarde esa noche, la policía de Los Ángeles empujó a los estudiantes fuera del recinto escolar y disparó contra la multitud con balas de goma”, describieron las dos estudiantes, quienes consideraron que los actos de “brutalidad policiaca” mostraron que la administración de USC “convirtió nuestro campus en una zona militarizada donde los oficiales del DPS y los oficiales del LAPD con equipo táctico usan fuerza innecesaria contra estudiantes y miembros de la comunidad”.
Renuncia Comité Asesor de la USC sobre la vida musulmana
La oficina de área del Consejo de Relaciones Islámicas-estadounidenses (CAIR-LA) respaldó la decisión de los miembros del Comité Asesor sobre la Vida Musulmana (ACML) de la Universidad del Sur de California (USC) de renunciar a sus cargos en solidaridad con la mejor estudiante musulmana, Asna Tabassum para la fiesta de graduación.
Funcionarios de la USC le dijeron recientemente a Tabassum que no se le permitiría hablar durante la ceremonia de graduación en mayo.
Los miembros de ACML enviaron una carta a la presidenta de la USC, Carol Folt, rechazando la decisión de la universidad de cancelar el discurso de Tabassum después de que ella comenzara a recibir una ola de mensajes de odio en línea por apoyar a Palestina.
La administración de la USC emitió un comunicado el lunes 15 de abril, anunciando que a Tabassum no se le permitiría hablar a fin de mantener la “seguridad de nuestro campus y estudiantes” debido al volumen de amenazas a la seguridad y acoso por parte de grupos proisraelíes.
El grupo exigió que la presidente Folt restableciera el discurso de Tabassum antes del viernes 19 de abril, o los miembros del comité dimitirían.
En el anuncio de renuncia, los miembros de ACML dijeron: “Nosotros, los miembros del comité, teníamos la impresión de que la administración estaba comprometida a oponerse a la islamofobia y la intolerancia que los musulmanes y los estudiantes marginados enfrentan en el campus todos los días”.
“Sin embargo, la decisión de cancelar el discurso de graduación de la mejor estudiante de este año, Asna Tabassum, la primera mujer musulmana con hijabi en recibir tal honor, es completamente contradictoria con lo que se prometió a este comité”
“Al prohibir el discurso de graduación de Asna, los musulmanes en el campus han recibido un mensaje claro: su Universidad no los apoyará si simplemente parecen dispuestos a hablar contra el genocidio, y mucho menos apoyar a los palestinos que están sufriendo un genocidio”.
En una declaración, Amr Shabaik, director jurídico de CAIR-LA y miembro de ACML, dijo que, “como ex alumno de la USC y miembro de ACML, me siento avergonzado y perturbado por la decisión de la USC de cancelar el discurso de Asna. Asna representa lo mejor de la comunidad musulmana estadounidense y es claramente una estudiante calificada con las mejores calificaciones.
“La decisión de la USC de silenciarla envía un mensaje claro y escalofriante de que no tomará medidas para proteger a sus estudiantes musulmanes, palestinos y árabes cuando enfrenten acoso e intimidación, y que los supuestos ideales y valores de la USC no se aplican por igual a esos estudiantes. . Todavía hay tiempo para que la USC haga lo correcto y reincorpore a Asna como oradora de graduación de inmediato”.
El conflicto se extiende en varias universidades
La guerra de Gaza, que ha puesto en evidencia a Estados Unidos como el último bastión proisraelí en el mundo, como se manifestó la pasada semana con su veto en solitario al reconocimiento del Estado palestino, se está trasladadando en las últimas horas a los campus universitarios de todo el país.
Las universidades de Columbia, NYU (en Nueva York), el MIT de Boston, la de Yale en Connecticut o la de Berkeley en California y hasta la de Michigan están protagonizando sonoras protestas propalestinas en las que se pide ante todo un cambio de rumbo en la política de Washington hacia Israel.
Pero las reclamaciones también tienen una vertiente universitaria, y así piden a sus respectivos centros cortar la colaboración con universidades israelíes o que los rectorados renuncien a recibir financiación de empresas que participan de un modo u otro en la guerra.
En la Universidad de Nueva York (NYU) este lunes hubo 130 detenidos tras la intervención de la policía para dispersar a los congregados, una acción prácticamente calcada de la que el jueves anterior tuvo lugar en Columbia, cuando se desmanteló el campamento propalestino y la policía arrestó a más de cien personas.
Una estudiante de Columbia dijo a EFE que el desmantelamiento del campamento en la noche del jueves no parece haber servido de mucho, puesto que el domingo sus promotores volvieron a montarlo, aparentemente con mayor número de carpas y mejor organizado; por ejemplo, han nombrado portavoces y pedido a los activistas que no respondan individualmente a los periodistas.
Distinto es el caso en la NYU, donde en sus inmediaciones el ambiente era de total normalidad, según pudo comprobar EFE.
Un portavoz de Columbia, contactado por EFE, señaló que la presidenta de la universidad Nemat Shafik está “concentrada en desescalar el rencor en el campus” y está trabajando con todos los organismos de la universidad, la ciudad y hasta el estado en este sentido.
La gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul, que desde que empezó la guerra en Gaza ha multiplicado los mensajes proisraelíes, representa bien el dilema al que se enfrenta su propio Partido Demócrata ante estas protestas.Ayer se presentó en el campus de Columbia y dijo defender el derecho a la libre expresión, pero a continuación subrayó que “hay estudiantes que tienen miedo”.
Concretamente, la Universidad de Michigan (el estado con más población árabe de EE.UU.) no ha prohibido las protestas ni siquiera durante las graduaciones, que comienzan el 4 de mayo, pero las ha confinado en unos espacios donde no se mezclarán con las familias que acudan a festejar ese momento con los graduados. / EFE
Voces de estudiantes en UCLA
“Creemos en la solidaridad total y eso significa utilizar cualquier medio necesario, no solo aquello con lo que nos sentimos cómodos, y tenemos que renunciar a nuestras comodidades para garantizar que se pueda lograr un cambio real”.
Nicole Crawford, estudiante de UCLA.
“Apoyo esta protesta porque es una protesta pacífica contra la guerra y creo que las protestas han jugado un gran papel en la historia de la academia estadounidense y transmiten valores contra la guerra en los que creo”.
Lamia Balafrej, profesora en UCLA.
“Ser parte de un movimiento nacional implica aumentar esa publicidad, al menos para que se vea el mensaje y mostrar que no vamos a tolerar estas cosas y, con suerte, intentaremos hacer algunos cambios reales”.
Brandon Fujimoto, estudiante de UCLA.
Artículo con información de EFE y de Isaac Ceja.