Tabaco, a pesar de la escasez de mano de obra y la extorsión

 En el estado de Nayarit, el principal productor de tabaco de México, se ha logrado en la alianza entre productores, campesinos migrantes internos y BAT una creciente economía que continúa en pie, pero con tantos retos como bonanzas

Un productor de los campos nayaritas que ha contribuido al incremento de la produción de tabaco

Un productor de los campos nayaritas que ha contribuido al incremento de la produción de tabaco Crédito: Gardenia Mendoza | Cortesía

SANTIAGO IXINTLA- Durante años, el agricultor Mauricio Castellón encontró en la siembra de tabaco una estabilidad para su familia. Aunque no es propietario de la tierra, rentaba algunas hectáreas y se ponía a sembrar tabaco con ganancias que le permitían una vida tranquila hasta que se encontró con una situación inesperada: la falta de mano de obra.

“El problema es que los indígenas ya no bajan desde la tierra a trabajar porque están recibiendo subsidios y qué bueno, pero nosotros dependemos mucho ellos”, advirtió en entrevista con este diario tras una reunión de agricultores con la empresa British American Tobacco México (BAT) para hablar sobre los triunfos, retos, sinsabores y el futuro de la industria ahora extorsionada.

“Con los subsidios los indígenas tienen dinero de todo tipo, algunas de hasta 6,000 o 7,000  pesos (unos 300 dólares) mensuales por uno o más de los programas y ellos ya no vienen a trabajar”, detalla.

Considerados como uno de los grupos más vulnerables del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, los indígenas han sido los principales beneficiados de los Programas para el Bienestar que incluye pensión para adultos mayores, recursos para pesca, trabajadores del campo, precios de garantía, sembrando vida y fertilizantes.

La naturaleza de los subsidios ha trastocado el campo. En el estado de Nayarit (el principal productor de tabaco de México) se ha logrado en la alianza entre productores, campesinos migrantes internos y BAT una creciente economía que continúa en pie, pero con tantos retos como bonanzas.

El esquema de trabajo donde BAT capacita, financia y compra a los productores nayaritas independientes sus siembras ha permitido que en fechas recientes alcancen una extensión de 9,000 hectáreas de cultivo de tabaco, de las cuales, el 71% representan la totalidad de siembra de la compañía.

 En cifras macro, el tabaco nayarita genera una derrama económica de alrededor de 2,000 millones de pesos anuales (unos 120 millones de dólares) con una producción de 500 toneladas anuales para exportación a Estados Unidos y otro tanto dividido en ocho países: Chile, Colombia, EEUU, Honduras, Países Bajos, Rusia y Trinidad & Tobago.

En las cifras micro, Mauricio Castellón, como muchos otros reunidos en Santiago Ixintla, están complicados sin manos suficientes. “A veces me tengo que llevar a mi esposa y a mi hijo para sacar la cosecha cuando la hoja está lista”, reconoce. “Pero sería peor no sembrar nada, a mis 60 años no voy a ponerme a experimentar con otros cultivos como la jícama que requiere menos gente”.

El trabajo de huicholes, tepehuanos, coras y mexicaneros se cotiza en un momento clave de la economía mundial donde la escasez de mano de obra se prevé hasta el 2050, según el informe “Presciencia 2026: Dinámica de la fuerza laboral estadounidense”.

En México, la Confederación Patronal de la República Mexicana ubica a Nayarit en el top 5 de los 32 estados con más dificultades para encontrar empleados.

Para alcanzar los 15,000 jornaleros con los que actualmente cuenta la producción de tabaco han tenido que hacer de todo. Mauricio Castellón les ha pagado el pasaje para que “bajen” desde la Sierra.

BAT, entre otras cosas, busca que los jornaleros salgan del sol con tecnología y que trabajen cada vez más a la sombra y desde hace años los tiene registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social y creó desde el 2001 un programa de estancia escolar para alrededor de 21,000 hijos de jornaleros.

Florece proporciona educación, alimentación y atención médica a los infantes en cuatro Centros de Atención ubicados en las comunidades nayaritas más cercanas a la zona de cultivo de tabaco, en La Presa, El Corte, Tamarindo y Amapa.

Mientras los padres se doblan en los campos, los niños aprenden sobre la educación básica, sobre las emociones, las matemáticas y un futuro más allá del matrimonio adolescente. “Hemos llevado a muchos niños hasta los estudios universitarios: tenemos ingenieros civiles y en sistemas computacionales”, comenta Joel Sepúlveda, administrador de Florece.

EL CRIMEN

Hasta aquí todo muy cuidado. Los pequeños ya no tienen diarrea ni piojos, ni parasitosis ni conjuntivitis ni otitis; comen fruta picada, sopa de ajonjolí, pollo, tortillas, frijoles y saben distinguir entre el enojo y la tristeza, la alegría y la frustración. Los padres siguen el trabajo en los surcos con viviendas temporales limpias y la producción marcha sobre ruedas hasta que…

¡Llegan los extorsionadores y se ensañan con los productores para sumar otro reto a la complicada búsqueda de mano de obra!

Gastón Zambrano, director de asuntos corporativos y regulatorios de BAT, reconoce que en los últimos años la extorsión es otra piedra en el zapato. “Con el modelo de producción que tenemos, se saca el producto con toda la calidad posible y ya que está listo llegan los criminales y obliga a los productores a vender el producto al precio que ellos quieren”.

La extorsión hizo que el año pasado perdieran el 7% del volumen total de la producción de tabaco, después de que BAT invirtió millones en infraestructura, maquinaria y asistencia técnica para la cosecha de tabaco.“Los delincuentes llevan el tabaco al mercado clandestino”, revela

BAT no menciona a ninguna organización en específico, pero el año pasado el portal N+ acusó a La Mafia Filipini o el Cartel del Tabaco de ser el contrabandista.

El reporte no fue desmentido por las autoridades y señalaba a los hermanos Carlos Alberto, Hugo y Genaro Cedano Filipini, ex agentes de la policía de investigación federal como líderes de la organización. Según Forbes, dos de cada 10 cigarros que se venden en México son de contrabando.

“Las autoridades mexicanas tienen un reto”, dijo Zambrano.

CIFRAS

México cuenta con 10,100 hectáreas destinadas al cultivo de tabaco, en el Estado de Nayarit se encuentran concentradas 9,000 hectáreas de las cuales más de 6,500 hectáreas corresponden a British American Tobacco México, es decir, el 71% de la producción total de tabaco del Estado de Nayarit está destinada a BAT México para satisfacer la demanda doméstica y de exportación. 

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