Retroceso para Neuralink: implante cerebral en humano no funciona correctamente

El primer implante cerebral de Neuralink ha comenzado a presentar fallos lo que pone en duda la viabilidad de estos chips

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Neuralink asegura que el fallo no pone en riesgo la vida del paciente en el que fue implantado el chip Crédito: Shutterstock

El mundo de la tecnología y la neurociencia se vio sacudido esta semana con noticias inesperadas provenientes de Neuralink, la empresa de chips cerebrales fundada por Elon Musk. El tan esperado primer implante humano de Neuralink ha enfrentado dificultades iniciales, con el dispositivo comenzando a desprenderse del cráneo del paciente, reduciendo su capacidad para capturar datos de manera efectiva.

Fallo en el chip

El paciente en cuestión es Noland Arbaugh, un hombre de 29 años que ha estado paralizado desde los hombros hacia abajo debido a un accidente de buceo hace ocho años. Arbaugh se sometió al procedimiento en enero, con la esperanza de que el chip de Neuralink le permitiera controlar tecnología externa solo con su mente. Este primer paso hacia la integración mente-máquina fue seguido de cerca por la comunidad científica y tecnológica, ansiosa por ver los resultados de esta audaz empresa.

El chip de Neuralink, con sus 1.024 electrodos en 64 hilos, es una maravilla de la ingeniería miniaturizada. Diseñado para recopilar datos sobre la actividad neuronal del cerebro y traducir los pensamientos en acciones, se consideraba una esperanza para aquellos con discapacidades motoras severas como Arbaugh. Sin embargo, las esperanzas se vieron empañadas cuando varios de los hilos del chip se retrajeron del cerebro del paciente en las semanas posteriores al procedimiento, lo que resultó en una disminución en la efectividad de los electrodos.

¿Qué tan seguros son los chips de Neuralink?

Esta revelación plantea serias preguntas sobre la seguridad y la viabilidad a largo plazo de la tecnología Neuralink. Aunque la empresa ha respondido rápidamente, ajustando sus algoritmos y técnicas de grabación para mejorar la precisión y la capacidad de control del paciente, el incidente resalta los desafíos técnicos y biológicos inherentes a la interfaz cerebro-computadora.

Neuralink ha insistido en que el problema no representa un riesgo directo para la seguridad de Arbaugh, pero las discusiones sobre la posibilidad de retirar el implante, conocido como “explantación”, han surgido entre los involucrados en el proyecto. Este dilema subraya la complejidad de trabajar en el campo de la neurotecnología, donde cada avance está acompañado por un conjunto único de desafíos éticos y médicos.

A pesar de estos contratiempos iniciales, Arbaugh continúa utilizando el sistema BCI de Neuralink durante varias horas al día, destacando su dedicación al proyecto y su esperanza en el potencial transformador de esta tecnología. Sus palabras reflejan el optimismo que inicialmente rodeó a Neuralink y su misión de cambiar el mundo a través de la innovación tecnológica.

La historia de Neuralink hasta ahora ha sido una montaña rusa de emociones y expectativas, desde el entusiasmo inicial hasta los desafíos iniciales. A medida que la empresa continúa refinando su tecnología y enfrentando los obstáculos que surgen en el camino, el mundo espera con interés ver cómo evolucionará esta narrativa y qué impacto tendrá en el futuro de la medicina y la tecnología.

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