Inquilinos en LA denuncian acoso y amenazas de desalojo 

Nuevos dueños de un edificio de apartamentos cortan el agua, gas y electricidad a inquilinos de un vecindario en Palms, en el distrito 5 de la concejal Katy Yaroslavsky  

Inquilinos del edificio de apartamentos, en el 3750 de la Avenida Glendon de Los Angeles ya recibieron notificciones de desalojo.

Inquilinos del edificio de apartamentos, en el 3750 de la Avenida Glendon de Los Angeles ya recibieron notificciones de desalojo. Crédito: JOSE LUIS MACÍAS | Impremedia

Familias que habitan en el edificio de apartamentos ubicado en el 3750 de la Avenida Glendon, en el distrito 5 de Los Ángeles denunciaron que los administradores de la compañía Maxim Management Realty Group, LLC, nueva propietaria del inmueble los han estado hostigando desde hace seis meses, con el presunto objetivo de efectuar arreglos para desalojarlos definitivamente. 

A ritmo de tambores y megáfonos. los frustrados residentes gritaron: “¡A dondequiera que vayamos, la gente quiere saber quiénes somos! ¡Así se lo contamos: ¡Somos los vecinos poderosos! ¡Luchando por la justicia y contra los desalojos!” 

El 17 de abril, varias familias del el 3750 en la Avenida Glendon recibieron una noticia de desalojo en un periodo de 60 días.  

Cartas de la firma de abogados Dennis P. Block y Asociados, de Burbank, notifican que el dueño del edificio deseaba terminar sus contratos de mes a mes y les informa que tienen derecho a tarifas de reubicación por $24,650. 

Magnus, un niño de siete años e hijo de Melissa Lucy Greenberg sostiene un cartel que dice “Mi casa”.

Les cortan servicios básicos 

Sin embargo, Tariq Mahmoud -uno de quienes recibieron la orden de desalojo- y Melissa Lucy Greenberg compartieron sus experiencias de acoso y violaciones cometidas presuntamente por el dueño del inmueble que está en reparación. 

“Durante casi una semana nos cortaron el agua, el gas y el cable WiFi de nuestro apartamento”, dijo Mahmoud, un residente pakistaní de 37 años, quien ha vivido en el inmueble por 12 años. 

“La imprevisibilidad de las reparaciones, junto con la falta de cooperación de la administración, ha creado un estado constante de confusión y angustia para todos los residentes que vivimos aquí”, dijo Mahmoud, quien trabaja en la reparación de autobuses para la ciudad de Santa Mónica. 

“Y no solo eso -añadió-  ha habido una reducción enormemente inconveniente de los servicios, y no ha habido un cronograma claro sobre cuándo regresará alguno de estos servicios”, expuso. 

Dijo también que el estacionamiento en el garaje ha sido cancelado indefinidamente,  además de los servicios de lavandería, mientras que los balcones han sido destruidos bajo una actividad de construcción constante, sin un cronograma de cuándo las cosas volverán a la normalidad. 

Leyes que no funcionan 

 La lucha de quienes conforman la Asociación Glendon de Inquilinos recibió el respaldo de miembros de la Asociación de Californianos por el Empoderamiento Comunitario (ACCE), la Unión de Inquilinos de Los Ángeles (LATU) del Oeste de la ciudad, y Public Counsel, en el afán de salvar sus hogares y preservar viviendas asequibles para la clase trabajadora. 

“Las leyes [anti-acoso a los inquilinos] no están funcionando; están permitiendo que la injusticia de la que escuchamos hoy siga sucediendo aquí desde la pandemia”, afirmó Stephano Medina, abogado de Public Counsel. 

“Casi todos los propietarios en Los Ángeles decidieron dejar de tomar cuidado de sus edificios”, agregó. “Estaban tan molestos porque los inquilinos no fueron echados a la calle en medio de una pandemia global”. 

Medina indicó que los dueños descuidaron sus edificios y ahora la ley permite que un propietario desaloje a sus inquilinos cuando necesitan hacer renovaciones sustanciales en sus propiedades. 

“Esa es una mala idea, pero se convierte en una idea aún peor cuando un propietario, por su propia negligencia, crea las condiciones que hacen que ese tipo de reparaciones sean necesarias”, subrayó.  

 “Eso es algo que nuestros líderes del Ayuntamiento necesitan escuchar. Necesitan ver lo que está sucediendo para poder entender cómo los propietarios eluden todas las leyes y protecciones para nuestros miembros que tanto trabajan para poder pagar la renta”, manifestó. 

En el papel, el Ayuntamiento de Los Ángeles adoptó la Ordenanza Contra el Acoso a inquilinos (TAHO) n.° 187109 que prohibía a los propietarios hostigar a los inquilinos mediante acciones como eliminar servicios de vivienda, retener reparaciones o negarse a aceptar pagos de alquiler. La Ordenanza entró en vigor el 6 de agosto de 2021 y se aplicaría a todas las unidades residenciales de la ciudad de Los Ángeles. 

Los manifestantes clamaron por un alto a los desalojos.

“Nadie usó la ordenanza. La fiscal de la ciudad no ha procesado a ningún propietario en los tres años desde que esta ley entró en vigor, yo no he visto ni oído hablar de ningún inquilino que haya podido utilizar esta ley con éxito”, dijo el abogado. 

Datos de la Corte Superior de Los Ángeles muestran que los propietarios de vivienda y de edificios presentaron 30,572 demandas de desalojo en 2019; 13,796 en 2020; 12,646 en 2021; 34,398 en 2022; 45,625 en 2023 y 13,381 entre enero y marzo de este ano. 

Denuncia acoso ante la Autoridad de Vivienda de Los Ángeles 

La señora Melissa Lucy Greenberg, quien ha vivido durante una década en los apartamentos de la Avenida Glendon dijo a La Opinión que antes vivía en una comunidad “fantástica”. 

“Todos los vecinos nos conocíamos y nunca hubo problema para arreglar las cosas, pero desde hace seis meses que se vendió el edificio, comenzaron las reparaciones que el anterior dueño no hizo”, dijo. 

Según Greenberg, los dueños del edificio colocaron los andamios sin avisarles, invadieron sus balcones y los llenaron de tierra y escombros y les quitaron los espacios de estacionamiento. 

“Todo comenzó a ser horrible y frustrante”, subrayó. 

Ella trabaja desde casa para una farmacia, además de que debe atender en todo momento a Magnus, su hijo autista de siete años. 

“Es absurdo lo que aquí pasa. Es el poder del dinero”, manifestó. “Mi hijo, que es autista, con cualquier tipo de interrupción se desconcierta, se pone ansioso y comienza a gritar. Es horrible, está frustrado y tiene miedo”. 

Administrador decide callar 

Al cierre de edición, Steven Kijak, administrador de los apartamentos no respondió a las acusaciones hechas por los inquilinos. 

Mientras tanto, Fernando Morales, subjefe para la vivienda y personas sin hogar en la oficina de la concejal Katy Yaroslavsky (Distrito 5) no respondió si la funcionaria estaba al tanto de las presuntas violaciones en el edificio de apartamentos de la Avenida Glendon. 

Tampoco respondió si la concejal Yaroslavsky intervendría en el conflicto ni si ella pudiera hacer algo para enmendar las protecciones de los inquilinos en contra del acoso por parte de los dueños de edificios. 

Amenaza a los inquilinos: ACCE 

Propietarios e inquilinos de los Capítulos de Distrito 10 y 5 de la Alianza de Californianos para el Empoderamiento Comunitario (ACCE), hicieron un llamado a Maxim Management Realty Group “para que deje de poner en peligro la salud y la vida de los inquilinos en peligro al negarse a reparar la propiedad bajo las condiciones estándar delineadas por la ciudad de Los Ángeles.  

“Su empresa emplea un modelo de negocio que amenaza a los inquilinos y engaña en la aplicación de los códigos [de vivienda] de la ciudad y viola repetidamente la Ordenanza Contra el Acoso de Inquilinos (TAHO)”, indicaron en un memorando que pegaron en varias partes del edificio. 

Latinos se unieron a la protesta contra los desalojos de familias en el 3750 de la Avenida Glendon.

 María Osorio, una promotora comunitaria y miembro de ACCE, que participó en la protesta declaró a La Opinión que las familias de la Avenida Glendon “están siendo desplazadas injustamente”. 

“Dicen que les están arreglando los apartamentos y reconstruyendo el edificio, pero les están cortando la luz y el agua, y creo que eso es inhumano”, indicó la mujer originaria Puebla, México.  

 “Si en verdad quisieran ayudarles, ¿Por qué no lo les pagana un hotel por el tiempo que van a hacer los arreglos? Yo creo que solamente lo que están haciendo es para intimidarlos y desalojarlos”, concluyó. 

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