Vacuna contra VIH podría costar 40$, dicen investigadores
Una versión genérica de un fármaco para prevenir el VIH podría costar solo 40 dólares al año, mil veces menos que su precio actual, según un nuevo estudio
Investigadores han revelado que una versión genérica de un medicamento existente para suprimir y prevenir el VIH podría mantener un beneficio del 30% incluso si se reduce su precio actual. Este fármaco, descrito como el avance más cercano a una vacuna contra el VIH, podría costar solo 40 dólares anuales por paciente, en contraste con su precio actual que es mil veces mayor, según un estudio reciente.
El Lenacapavir, vendido bajo el nombre comercial Sunlenca por la empresa farmacéutica estadounidense Gilead, tiene un costo de 42,250 dólares el primer año. ONUSIDA ha instado a Gilead a reducir significativamente este precio para hacerlo accesible globalmente.
Este medicamento, que se administra mediante una inyección semestral, puede prevenir la infección por VIH y suprimir el virus en personas ya infectadas. En un ensayo reciente, mostró una protección del 100% en más de 5,000 mujeres en Sudáfrica y Uganda.
A pesar de estos resultados prometedores, actualmente, el lenacapavir solo está autorizado para tratamiento y no para prevención. Sin embargo, un estudio presentado en la conferencia internacional sobre el sida en Munich evaluó el costo mínimo de producción en masa de una versión genérica del medicamento.
Basándose en los costos de los ingredientes y fabricación, y considerando un margen de beneficio del 30%, el estudio calculó que el precio podría ser de 40 dólares anuales si 10 millones de personas lo usaran cada año. A largo plazo, se estima que 60 millones de personas necesitarían tomarlo para reducir significativamente los niveles de VIH.
El Dr. Andrew Hill, de la Universidad de Liverpool y líder de la investigación, destacó que la administración de una inyección semestral podría ser una solución eficaz para prevenir el VIH. Actualmente, la prevención se basa mayormente en píldoras diarias y el uso de medidas de barrera como condones.
Fácil acceso a los medicamentos para el VIH
Los activistas han hecho un llamado a Gilead para que permita la concesión de licencias genéricas a través del Fondo de Patentes de Medicamentos de las Naciones Unidas en países de ingresos bajos y medios, donde se concentra el 95% de las infecciones por VIH.
Han propuesto que, si Gilead no accede, los países consideren emitir licencias obligatorias para la fabricación de genéricos en casos de emergencia de salud pública.
Gilead ha respondido que es “demasiado pronto” para fijar el precio del lenacapavir para prevención, ya que están a la espera de datos adicionales de ensayos clínicos y posibles aprobaciones regulatorias. Sin embargo, la empresa ha prometido desarrollar una estrategia para permitir un acceso amplio y sostenible globalmente, que incluiría el suministro directo de Gilead en los países con mayor necesidad y un programa de licencia voluntaria para aquellos con alta incidencia de VIH y recursos limitados.
Los activistas subrayan la importancia de que todos los países de ingresos bajos y medios, incluidos aquellos clasificados como “ingresos medios altos” como Brasil, tengan acceso a versiones genéricas de bajo costo del medicamento. Han señalado que decisiones anteriores han excluido a países donde la epidemia de VIH está en rápido crecimiento.
Los ensayos realizados en países de ingresos bajos y medios refuerzan la necesidad de un acceso universal al medicamento, afirmaron los expertos, citando la Declaración de Helsinki sobre ética médica que enfatiza la importancia de realizar ensayos en poblaciones que puedan beneficiarse de los resultados.
Joyce Ouma, funcionaria de programas de Y+ Global, una red de jóvenes viviendo con VIH, declaró que una inyección semestral sería transformadora para jóvenes en riesgo o viviendo con el virus. Según Ouma, alcanzar el objetivo de 2030 de acabar con las nuevas transmisiones del VIH depende de que Gilead garantice el acceso justo al lenacapavir en el sur global.
Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, afirmó que el tratamiento podría salvar vidas al proporcionar una opción más discreta que las pastillas diarias, especialmente para aquellos que enfrentan estigma debido a su estado serológico o su sexualidad.
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