Migrante mexicana le apuesta al refresco de su niñez para triunfar en los negocios

El ToniCol tiene una historia de más de 100 años en Sinaloa, y es el refresco más antiguo de México

Patricia Guerrero introduce en EE UU un refresco hecho en El Rosario, Sinaloa. (Fotos Patricia Guerrero)

Patricia Guerrero introduce en EE UU un refresco hecho en El Rosario, Sinaloa. (Fotos Patricia Guerrero) Crédito: Cortesía

Patricia Guerrero, una mexicana quien durante años se dedicó a la organización de eventos culturales para adultos mayores a través de su Club de Oro en Los Ángeles, se lanzó al mundo de los negocios al importar un tradicional refresco mexicano, muy conocido entre los inmigrantes del norteño estado de Sinaloa.

“Este refresco, el ToniCol, es toda una tradición en Sinaloa. Tiene más de 100 años y está hecho de vainilla. Lo que yo estoy haciendo es importarlo para colocarlo en el mercado estadounidense”, dice Patricia, quien hace 27 años emigró de Mazatlán, México a Los Ángeles, en busca del sueño americano.

Para poder importar el refresco ToniCol, cuenta que tuvo que crear su propia empresa Guerrero Marketing. 

“Se dice fácil pero me costó mucho trabajo e intensas negociaciones para ganarme la confianza de la familia Solorzano cuyos abuelos son los creadores de este refresco, que está considerado entre los 15 mejores del mundo”.

Y como una mujer que está empezando en el mundo de los negocios con una pequeña empresa, dice que se trata de un gran logro.

“Se la pudieron dar a una empresa grande, pero que confíen en una pequeña empresaria mujer, me hace sentir orgullosa y optimista”.

Patricia Guerrero disfruta de un tonicol en la planta embotelladora en El Rosario, Sinaloa. (Fotos Patricia Guerrero)
Crédito: Cortesía

Pero además consiguió introducirlo en Estados Unidos, con la etiqueta original del ToniCol, que trae la caricatura de un charrito.

Patricia dice que al traer el ToniCol a Estados Unidos, le está apostando al sabor de la nostalgia de los sinaloenses aquí radicados, pero también busca darlo a conocer entre migrantes de otros estados de México.

“El sabor refrescante del ToniCol me recuerda mucho mi niñez; y es el único refresco que consumo”, dice.

Pero cómo entrarle al mercado de los gaseosas en momentos en los que abundan las campañas contra las bebidas azucaradas a causa de la crisis de la obesidad.

“Voy a responder con el lema que yo siempre aplico, todo con medida, nada con exceso. Yo me tomo uno, dos ToniCols, y no me destrampo bebiéndome una caja. Pienso que podemos disfrutar un ToniCol, sin afectar nuestra salud, si no nos excedemos, y eso aplica para cualquier otra bebida”.

Precisa que cada refresco tiene 170 calorías, no contiene cafeína ni edulcorantes.Es una bebida de soda carbonada hecha con vainilla.

El ToniCol es el primer refresco de origen mexicano, que se empezó a producir en la fábrica La Eureka en 1880 en el norteño estado de Sinaloa. En 1947 se creó la empresa El Manantial, que en la actualidad continúa produciéndolo.

La planta se encuentra en El Rosario, una pequeña ciudad con un pasado minero, considerada un pueblo mágico.

En un inicio, esta bebida se llamaba ToniCo, y el nombre es resultado del diminutivo del inventor de la bebida, Antonio Espinoza de los Monteros, a quien le decían Don Tony.

En México, se le encuentra en supermercados, restaurantes y tiendas naturistas.

“En California, ya he logrado colocarlo en los supermercados Northgate en Los Ángeles, San José y San Francisco, además de Arizona, Nevada, y Texas”.

Patricia dice que su anhelo es lograr que el ToniCol, el refresco de su niñez atrape el gusto de los inmigrantes. 

“Han sido dos años de mucho trabajo, pero ahí vamos”.

Patricia Guerrero lleva un refresco Tonicol a la tumba de su padre Porfirio Guerrero Lara para pedirle su bendición.(Fotos Patricia Guerero)
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Recientemente el ToniCol logró ubicarse entre las 15 marcas de refrescos de soda en el mundo, al lado de bebidas como el Inca Kola de Perú, el Crodino de Italia, el brasileño, Guaraná Antarctica, y el Almdudler de Austria.

“Todos estos son refrescos de soda que se caracterizan por el sabor único de sus países”, dice la emprendedora mexicana.

Patricia platica que cuando finalmente logró la concesión para traer el ToniCol a Estados Unidos, lo primero que hizo fue ir a la tumba de su padre, Porfirio Guerrero Lara para pedirle su bendición.

“Le dejé en su tumba un refresco ToniCol porque él amaba tomárselo bien helado para refrescarse del calor del verano que se siente con mucha intensidad en el puerto mazatleco. Y yo sé que desde el cielo, mi apa está feliz, dándome la bendición por esta naciente empresa en la que me estoy lanzando”.

Revela que tiene mucha fe en que con el apoyo que desde el cielo le mande su padre, junto con el trabajo y dedicación que ella le está aplicando a este proyecto, lograra hacer del refresco de su niño, un éxito en Estados Unidos.

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