Las emociones positivas y el sueño profundo nos ayudan a tener recuerdos más duraderos
Investigadores descubren que el sueño no REM fortalece los recuerdos emocionales, lo que podría ayudar a tratar la adicción y el deterioro cognitivo
![Dormir más puede prevenir la enfermedad del alzheimer: estudio](https://laopinion.com/wp-content/uploads/sites/3/2023/10/dormir-alzheimer_shutterstock_1061671700.jpg?resize=480,270&quality=80)
Esta es la primera vez que alguien demuestra que un aumento de las ondas cerebrales durante el sueño profundo (ondas lentas) mejora la función cardíaca. Crédito: Viktoriia Hnatiuk | Shutterstock
En un reciente estudio realizado por el Centro RIKEN para la Ciencia del Cerebro (CBS), científicos han desvelado un aspecto fascinante de cómo el cerebro procesa y fortalece los recuerdos, específicamente aquellos vinculados a emociones positivas como la felicidad y la alegría. Publicado en la revista Neuron, el estudio podría tener importantes implicaciones para tratar afecciones como la adicción a las drogas y al sexo, que a menudo están relacionadas con recuerdos emocionales intensos.
Aunque se sabe que el sueño es fundamental para la consolidación de la memoria, el proceso que convierte los eventos recientes en recuerdos duraderos, aún queda un misterio sobre qué papel juega cada fase del sueño en este proceso. Investigaciones anteriores han demostrado que los eventos emocionales se consolidan de manera diferente dependiendo de la fase del sueño en la que se encuentren. Sin embargo, hasta ahora, no se sabía con certeza si el sueño REM, conocido por ser la fase del sueño en la que soñamos vívidamente, o el sueño no REM, desempeñaba un papel más relevante en la mejora de la memoria.
El equipo de investigación dirigido por Masanori Murayama en RIKEN CBS buscó resolver esta pregunta mediante una serie de experimentos realizados en ratones. Para examinar el impacto de las emociones en la consolidación de la memoria, los investigadores crearon dos tipos de eventos: uno neutral y otro emocional. En el primero, los ratones exploraron una textura suave durante el día, y al día siguiente, se les ofreció tanto la textura suave como una estriada para ver si recordaban la primera. Sin embargo, cuando la textura suave se asociaba con una experiencia emocional positiva, como la interacción con una ratona hembra, los ratones mostraron una preferencia mucho más fuerte por esa textura, incluso después de varios días. Este hallazgo demuestra que las experiencias emocionales pueden fortalecer los recuerdos perceptivos, en este caso, la memoria de la textura.
A lo largo de su investigación, los científicos identificaron la amígdala, la región del cerebro asociada con las emociones, como un factor clave en el fortalecimiento de estos recuerdos. La amígdala está conectada con una red de áreas cerebrales que controlan la percepción precisa de estímulos, como las texturas. Cuando los investigadores monitorearon la actividad cerebral de los ratones, encontraron que tanto la amígdala como el circuito cortical relacionado se activaban durante el aprendizaje y luego se reactivaban durante el sueño no REM. Este hallazgo sugiere que el sueño no REM es esencial para consolidar estos recuerdos emocionales, lo que desafía la creencia tradicional de que el sueño REM es el principal responsable de procesar los recuerdos emocionales.
Para confirmar la importancia del sueño no REM, los científicos interrumpieron temporalmente las señales de la amígdala hacia la corteza motora, la cual envía información a las áreas sensoriales del cerebro, durante el sueño no REM. Como resultado, los ratones no pudieron recordar la textura emocional incluso después de la experiencia emocional. Por otro lado, cuando las señales fueron bloqueadas durante el sueño REM, no hubo cambios significativos en la memoria de los ratones. Este resultado refuerza la idea de que el sueño no REM es la etapa clave para fortalecer los recuerdos vinculados a emociones.
Este descubrimiento podría tener aplicaciones significativas para tratar trastornos relacionados con la memoria y las emociones. En enfermedades como la adicción, los recuerdos de eventos emocionales intensos pueden desencadenar episodios como los flashbacks, en los que la persona revive experiencias traumáticas o placenteras relacionadas con un comportamiento adictivo. Al comprender cómo el cerebro fortalece estos recuerdos durante el sueño, los investigadores podrían desarrollar estrategias para debilitar esos recuerdos problemáticos, lo que podría ser un avance crucial en el tratamiento de la adicción.
Además, los resultados de este estudio podrían tener implicaciones para otras condiciones, como el deterioro cognitivo asociado con la edad. Los investigadores planean seguir explorando cómo estos hallazgos podrían aplicarse a modelos de enfermedades, como el Alzheimer, y estudiar si se puede recuperar o incluso mejorar la memoria en ratones envejecidos. Murayama concluyó que su objetivo final es utilizar este conocimiento para desarrollar tratamientos que puedan mejorar la salud mental y las condiciones relacionadas con la memoria, lo que podría transformar el enfoque actual hacia el tratamiento de trastornos neurológicos.
Este estudio abre una nueva puerta para comprender cómo el sueño, en particular el sueño no REM, juega un papel crucial en la consolidación de recuerdos emocionales, lo que podría tener un impacto significativo en el tratamiento de trastornos mentales y enfermedades relacionadas con la memoria.
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