El incendio Eaton, el resultado de proyecciones equivocadas para la comunidad de Altadena  

Investigan las fallas en los sistemas de notificación de emergencias de evacuación que creó pánico entre millones de angelinos

The Eaton Fire leaves devastation in a neighborhood Friday, Jan. 17, 2025 in Altadena, Calif. (AP Photo/Jae C. Hong)

El incendio Eaton es el segundo más destructivo en la historia de California. Crédito: Jae C. Hong | AP

  Las intensas ráfagas de viento de hasta 80 millas por hora, una sequedad excepcional en lo más profundo de un centro urbano cerca de las montañas del Valle de San Gabriel fueron el combustible propicio para desatar el infierno de llamas en Altadena.  

Ese era el escenario que CalFire conocía y que sus modelos de incendios no podían manejar.  

“Creo que, cuando empecemos a completar alguna sinopsis de la investigación de este incendio”, dijo al LA Times, David Sapsis, un científico de incendios forestales de CalFire. “Necesitaremos una recalibración de lo que pueden ser las distancias de conflagración urbana. Y las ramificaciones de eso serán significativas”.  

 Mas de tres décadas después que Sapsis trabajaba en su doctorado en ciencias del fuego en UC Berkeley, recordó que, posterior a una intensa sequía, el 19 de octubre de 1991 se produjo el devastador Tunnel Fire (Incendio Túnel).  

Dicho “Incendio Túnel” estalló a unas ocho millas al norte del “Incendio Keller” y comenzó cerca de la carretera interestatal I-580, cerca de Keller Avenue y Mountain Boulevard.   

Estalló sobre el túnel Caldecott y mató a 25 personas. 150 personas resultaron heridas y más de 3,000 viviendas quedaron destruidas.   

De manera similar, el Eaton Fire de Altadena fue alimentado por vientos cálidos y secos, pero con demasiada potencia y las brasas hicieron que el fuego se propagara rápidamente. Mucha gente quedó atrapada. Los vientos increíblemente rápidos persistieron durante horas, empujando más el fuego significativamente hacia áreas urbanas de lo que los científicos normalmente esperan.  

Un enfoque experimental más nuevo de modelo de incendios utilizado por la compañía de interés público First Street había identificado a Altadena con un riesgo de incendio significativo; además, proporcionó una escala detallada de los niveles de riesgo antes del desastre.  

Por el contrario, los mapas de Cal Fire solo mostraban un anillo de peligro rojo “muy alto” en las tierras silvestres al lado de Altadena, con la gran mayoría de la ciudad sin marcar.  

El hecho es que el Eaton Fire de Altadena, que comenzó la noche del 7 de enero, también fue un siniestro forestal altamente destructivo. Inició en el Cañón Eaton en las Montañas San Gabriel, y fue impulsado por los poderosos vientos de Santa Ana hacia las comunidades al pie de las colinas.  

La devastación provocó la muerte de al menos 17 personas y destruyó más de 9,000 edificios, incluyendo miles de hogares, convirtiéndose en el cuarto incendio forestal más mortífero y el segundo más destructivo en la historia de California, solamente detrás del Camp Fire (18,804 estructuras reducidas a cenizas).  

Sin embargo, los incendios que han cobrado más vidas en California son: Camp Fire de 2018 cobró la vida de 85 personas; el Tunnel Fire, 25; el Tubb Fire de 2017 en Napa y Sonoma,  22; Eaton Fire, en Altadena, 17 y, en quinto lugar, dos incendios: Cedar, en San Diego (octubre de 2003) y el North Complex, (agosto, 2020) en los condados de Butte, Plumas y Yuba.  

Aunque la causa del incendio Eaton todavía está bajo investigación, las demandas legales se han centrado en la posible participación de líneas eléctricas operadas por la empresa de servicios eléctricos Southern California Edison. El incendio fue contenido por completo el 31 de enero después de arder durante 24 días.  

 ¿Errores de cálculo?  

El modelo de la compañía First Street había identificado que el 94% de las propiedades de Altadena se encontraban en riesgo de incendio “severo” o “extremo”. Esto implica una probabilidad de 1 en 7 de estar en un incendio en un lapso de 30 años.  

Por el contrario, en el modelo de CalFire, solamente el 21% de esas propiedades estaban en una zona de riesgo de incendio “muy alto”, no severo ni extremo, es decir, su enfoque fue más conservador y un método de modelo menos preciso para la concientización pública.  

En un análisis antes del incendio de Eaton, Sapsis descubrió que alrededor del 95% de las pérdidas de viviendas por incendios pasados ocurrieron en zonas que Cal Fire había considerado con riesgos de incendio “muy altos”.   

De acuerdo con el científico, el estado de California está obligado por ley a mapear los peligros para las personas y la propiedad en áreas del estado que están bajo responsabilidad de protección contra incendios locales y estatales.   

Estas zonas de gravedad de riesgo forman la base de una serie de normas de seguridad contra incendios diseñadas para reducir los riesgos asociados con dichas catástrofes.  

¿Y los sistemas de notificación?  

A las presuntas fallas de identificación de la magnitud de los incendios, se le sumó un pedido de respuestas por parte de un grupo de congresistas de California sobre las causas de las fallidas advertencias de evacuación que se enviaron por error a casi 10 millones de residentes durante los días más peligrosos del desastre forestal.  

El congresista Robert García (D-Long Beach) y más de una docena de políticos demócratas del Congreso firmaron cartas que fueron enviadas al condado de Los Ángeles y su operador de software de sistemas de notificación, Genasys Inc., junto con la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) y la Comisión Federal de Comunicaciones  

“Como miembros del Congreso que representan al condado de Los Ángeles, escribimos  con respecto a las alertas de emergencia erróneas emitidas durante los recientes mortales incendios forestales”, dicen las cartas.  

“En emergencias de seguridad humana, los mensajes de alerta de emergencia oportunos, específicos y claros pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, indica la misiva.  

Añaden, que los mensajes poco claros enviados varias veces a ubicaciones equivocadas, y después de que la emergencia haya pasado, puede provocar “fatiga de alerta” y la erosión de la confianza pública.   

La fatiga de alerta, también conocida como fatiga de alarma, se produce cuando una cantidad abrumadora de alertas insensibiliza a las personas encargadas de responder a ellas, lo que genera alertas perdidas o ignoradas o respuestas retrasadas.   

“En este momento de intenso dolor, pérdida y confusión, estamos trabajando para aprender todas las lecciones de las últimas semanas, e implementar rápidamente reformas para garantizar que nunca vuelvan a suceder”, escribieron los congresistas.  

Además de García (CA-42), las cartas fueron firmadas por Nanette Barragán (CA-44), Julia Brownley (CA-26), Judy Chu (CA-28), Gil Cisneros (CA-31), Laura Friedman (CA-30), Jimmy Gómez (CA-34), Sydney Kamlager-Dove (CA-37), Ted Lieu (CA-36), Luz Rivas (CA-29), Linda Sánchez (CA-38), Norma Torres (CA-35), Derek Tran (CA-45), y Maxine Waters (CA-43).  

Las cartas solicitaban una respuesta a más tardar el 1 de abril.  

La semana pasada, la Junta de Supervisores del condado votó a favor de realizar una revisión independiente del sistema de notificación de emergencias.  

El sistema fue criticado en los primeros días de los incendios, cuando se enviaron varias alertas erróneas a teléfonos celulares en todo el condado, indicando a los residentes que estaban en un área de evacuación.   

Esas alertas estaban destinadas para ser enviadas a los residentes cerca del incendio Kenneth en el área de West Hills, pero llegó a millones de residentes, incluidos algunos del condado de Orange.  

Las autoridades en ese momento lo llamaron un problema tecnológico, no un error humano.  

De hecho, residentes de Altadena que vivían al oeste de la avenida Lake no recibieron ninguna orden de evacuación de emergencia hasta aproximadamente nueve horas después de que estalló el incendio Eaton, a pesar de que el incendio ardía de manera incontrolable y se propagaba rápidamente debido a los fuertes vientos de Santa Ana.   

Las 17 víctimas mortales del Eaton Fire vivían en el oeste de Lake Avenue.  

Ayuda individual en casos de desastre  

Con el objetivo de crear planes de acción individuales en casos de desastre, incluido el acceso a programas gubernamentales, asistencia con seguros, reparación de daños en el hogar, soluciones de vivienda temporales y permanentes, subvenciones en efectivo y otros servicios, la ciudad de Los Ángeles lanzó el sitio en la red LA Disaster Relief Navigator.  

“Los angelinos continúan atravesando el dolor y la conmoción. Mi compromiso es hacer todo lo posible para brindarle a la gente la ayuda que necesita de la manera más conveniente posible”, dijo la alcaldesa Karen Bass, en un comunicado.  

Bass señaló que los Centros de Recuperación por Desastre ya han ayudado a más de 5,000 familias a obtener ayuda en persona, y ahora el Navegador de Ayuda para Desastres de Los Ángeles auxiliará a los angelinos a obtener ayuda donde quiera que estén.   

En estos esfuerzos se han unido Better Angels e Imagine LA, organizaciones sin fines de lucro que ayudan a personas sin hogar. Ambas se han asociado con la oficina y el Fondo del alcalde, además del respaldo de la Fundación Annenberg y la Fundación R&S Kayne.  

¿Necesita recuperar documentos perdidos en los incendios?  

Las personas afectadas por los incendios pueden ir en persona a recuperar GRATIS sus registros vitales perdidos, incluidos los documentos personales, de propiedad y comerciales necesarios para reconstruir sus vidas en los Centros de Recuperación de Desastres, localizados en Altadena y Los Angeles.  

DRC de Altadena  

540 West Woodbury Road  

Altadena, CA 91001  

DRC de Los Angeles  

UCLA Research Park Oeste  

10850 West Pico Blvd.  

Los Angeles, CA 90064  

Alaba a sus compañeros  

En una entrevista con La Opinión, David Ortiz, portavoz del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, dijo que el impacto mayor en su persona fue haber sido testigo de la devastación de los incendios.  

“Destrucción y devastación es lo que voy a recordar por siempre, durante el resto de mi carrera”, dijo. “Mi corazón se quebraba al ver a tantas personas que lo perdieron todo. En realidad, son personas que van a tener que reconstruir sus vidas, y nosotros, como bomberos, somos muy competitivos en nuestro carácter y personalidad”.  

Ortiz recordó que, cuando se enfrentan a incendios como el Palisades Fire y el Eaton Fire, lo dan todo, y usualmente son muy efectivos.  

“Entrenamos, nos preparamos y nos coordinamos para este tipo de incendios, y hay veces, cada 15 o 20 años que no ganamos la batalla como nos gustaría ganarla”, dijo. “Tristemente, la situación, los factores [del medio ambiente] todos estaban puestos en contra de nosotros en esos días y no había manera de ganar esa batalla”.  

Ortiz indicó que estaba orgulloso de sus compañeros que lucharon contra las llamas desde el 7 de enero, hasta que el incendio fue controlado totalmente, 24 días después.  

“Admiro su coraje por haber trabajado en esas condiciones”, declaró. “Yo me voy a retirar en 10 años y siempre voy a recordar esos días en que todos actuaron con mucha valentía”.  

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