Volkswagen apostará fuerte en China contra BYD y Tesla
Volkswagen busca recuperar el liderazgo perdido en el mercado de autos eléctricos de China con una estrategia audaz: fabricar autos “en China, para China”

Modelo Volkswagen. Crédito: Volkswagen. Crédito: Cortesía
Durante décadas, Volkswagen fue sinónimo de éxito en China. Su presencia se volvió casi omnipresente en las calles del país asiático, dominando el mercado automotriz con una oferta sólida de modelos confiables y adaptados a los gustos locales.
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Pero en los últimos años, el panorama ha cambiado radicalmente. Con el auge de los autos eléctricos y la aceleración tecnológica, la competencia se volvió feroz y los titanes locales como BYD, junto con la popular Tesla, desplazaron al fabricante alemán de los primeros lugares en ventas.
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Ahora, lejos de quedarse de brazos cruzados, Volkswagen ha decidido dar un giro completo a su estrategia.
Su nueva apuesta es clara: si quiere recuperar su sitio en el mayor mercado de vehículos eléctricos del mundo, debe pensar, diseñar y fabricar coches “de China y para China”. Así lo ha definido la propia compañía como su nuevo mantra, un eslogan que no es casual, sino una declaración de principios.
La compañía alemana presentará en el próximo Salón del Automóvil de Shanghái —a celebrarse a finales de abril— tres nuevos modelos eléctricos conceptuales.
Aunque se trata de prototipos, fuentes internas aseguran que estarán muy cerca de los vehículos finales que se comercializarán a partir de 2026.
Esta presentación marcará el inicio de una ofensiva aún mayor: Volkswagen promete lanzar 20 nuevos modelos de nueva energía en China de aquí a 2027.
Una alianza con raíces locales
Para avanzar con rapidez y precisión, Volkswagen no está sola. Sus dos empresas conjuntas con fabricantes chinos —SAIC-Volkswagen y FAW-Volkswagen— serán fundamentales en esta ofensiva. Los tres primeros vehículos estarán divididos entre ambas compañías: dos SUV o crossovers desarrollados con SAIC, y un sedán eléctrico a cargo de FAW.
Aunque la marca ha sido cuidadosa en no revelar demasiados detalles antes del evento en Shanghái, ya se han compartido algunas siluetas de los modelos.
Estas imágenes dejan entrever una estética moderna y estilizada, con firmas lumínicas finas que cruzan el ancho del coche, unidas por un emblema de Volkswagen retroiluminado, un elemento cada vez más distintivo en sus diseños.
Además, se confirma que estos nuevos modelos reflejan un diseño profundamente influenciado por el consumidor chino. Tal como señaló Andreas Mindt, jefe de Diseño de Volkswagen: “Hemos adaptado nuestros valores de diseño europeos consolidados (estabilidad, simpatía y nuestra fórmula secreta) para el mercado. El resultado es una filosofía de diseño que honra la herencia de nuestra marca y, al mismo tiempo, refleja los deseos y las expectativas de una nueva generación de clientes en China”.
Tecnología y adaptación local como ejes
La transformación de Volkswagen en China no solo es estética. También implica una revisión profunda de sus procesos de desarrollo y fabricación, adaptándolos al ritmo vertiginoso de innovación que domina el sector tecnológico en el país.
Thomas Schäfer, CEO global de Volkswagen, lo dejó claro en su mensaje oficial: “Nuestro objetivo es seguir siendo el fabricante de automóviles internacional más querido en China. Contamos con todo lo necesario para alcanzar el éxito: plazos de desarrollo más cortos, socios sólidos, desarrollo, producción e infraestructura locales sofisticados, así como los productos e innovaciones adecuados para nuestros clientes chinos”.
Los vehículos que se están preparando incluirán no solo versiones 100% eléctricas, sino también híbridos enchufables y opciones de autonomía extendida, una configuración que todavía tiene una gran aceptación entre conductores que buscan una transición más gradual hacia la movilidad cero emisiones.
Además, fuentes cercanas al desarrollo han confirmado que estos autos estarán equipados con una nueva interfaz de infoentretenimiento diseñada exclusivamente para el público chino, con inteligencia artificial, integración con aplicaciones locales y sistemas de navegación adaptados al ecosistema digital del país.
Estrategia ambiciosa para un mercado exigente
La razón detrás de esta profunda transformación está clara: China no solo es el mercado de autos más grande del mundo, también es el más competitivo. En 2023, más del 60% de las ventas de autos eléctricos en el país fueron de marcas locales.
Y BYD, el principal competidor, continúa ganando cuota de mercado con modelos asequibles y tecnológicamente avanzados. Por su parte, Tesla mantiene su atractivo gracias a su imagen premium y sus constantes actualizaciones vía software.
Volkswagen, que alguna vez fue sinónimo de coche del pueblo en China, sabe que ya no basta con trasladar modelos exitosos de Europa a Asia. El nuevo enfoque implica repensar todo desde cero: diseño, funciones, precios, alianzas y cadena de suministro.
Parte de esta estrategia incluye una reorganización del desarrollo tecnológico, con centros de I+D localizados en China que puedan acelerar la creación de nuevos modelos. El objetivo es claro: reducir a menos de 24 meses el tiempo que toma llevar un vehículo desde el diseño hasta la producción en serie.

La batalla por el precio y el valor
Otra clave está en los precios. Para ser competitiva, Volkswagen deberá ofrecer productos de alta calidad a precios ajustados.
Aunque los tres primeros modelos conceptuales aún no tienen valores oficiales, los analistas esperan que se posicionen entre los $25,000 y $40,000 dólares, dependiendo del segmento y del equipamiento.
Este rango de precios pone a Volkswagen en competencia directa con modelos exitosos de BYD como el Song Plus y el Seal, así como con el Tesla Model 3 producido en la gigafábrica de Shanghái.
Aun así, desde la marca insisten en que la clave no será únicamente el precio, sino el valor percibido por el consumidor chino, un cliente joven, digital y exigente, que busca estilo, tecnología y conectividad tanto como eficiencia energética.
Además de los autos, Volkswagen está invirtiendo en un ecosistema completo alrededor de sus vehículos eléctricos. Esto incluye infraestructura de carga, acuerdos con proveedores de baterías como Gotion High-Tech (participada por VW) y servicios conectados vía apps.
En ciudades como Shanghái, Shenzhen o Hangzhou, se espera que la marca implemente servicios exclusivos para sus clientes eléctricos, como asistencia remota, actualizaciones OTA frecuentes, y atención posventa personalizada con inteligencia artificial.
La apuesta es tan ambiciosa que desde el grupo se habla ya de un “Volkswagen China 2.0”, una nueva era que podría servir de modelo para replicar en otros mercados emergentes donde las dinámicas son similares.
El largo camino al liderazgo
Aunque Volkswagen ya ha dado los primeros pasos con modelos eléctricos como el ID.4 y el ID.6 —ambos producidos en China—, estos no han alcanzado los niveles de ventas esperados.
De ahí la urgencia por relanzar la marca con esta nueva generación de productos y con una narrativa más alineada con los deseos del consumidor local.
Si esta ofensiva tiene éxito, Volkswagen no solo podrá recuperar el terreno perdido, sino que podría establecer un nuevo estándar para los fabricantes extranjeros que buscan mantenerse relevantes en China.
Sin embargo, la tarea no será sencilla. Marcas como XPeng, NIO o Li Auto están cada vez más consolidadas, y los consumidores chinos han demostrado estar dispuestos a apostar por propuestas innovadoras de origen nacional.
Volkswagen ha entendido que el mercado chino no es un simple destino de exportación, sino un universo propio, con reglas, preferencias y ritmos muy distintos a los de Europa o América. En este nuevo tablero, solo sobrevivirán quienes estén dispuestos a adaptarse por completo.
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