Usar la tecnología reduce el riesgo de demencia: estudio

El uso moderado de tecnología podría reducir el riesgo de deterioro cognitivo en adultos mayores, según un metaanálisis con más de 400 mil participantes

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El uso tecnológico podría ofrecer una ventaja protectora contra el deterioro cognitivo. Crédito: fizkes | Shutterstock

A medida que la generación que creció en un mundo cada vez más digital entra en la tercera edad, un grupo de investigadores de Texas se propuso averiguar si el uso continuo de la tecnología podría influir en su salud cerebral.

Lejos de confirmar los temores que han circulado en los últimos años sobre una posible “demencia digital”, los hallazgos de este amplio estudio revelan que, en realidad, el uso tecnológico podría ofrecer una ventaja protectora contra el deterioro cognitivo.

El estudio, publicado recientemente en Nature Human Behavior, es uno de los más amplios de su tipo. Reúne evidencia de 57 investigaciones previas que, en conjunto, analizaron los hábitos de más de 411.000 adultos mayores.

La edad promedio de los participantes era de 68 años, y el seguimiento en algunos de los estudios se extendió por más de seis años. Este metaanálisis examinó distintos usos de la tecnología desde computadoras y teléfonos inteligentes hasta redes sociales y correo electrónico y encontró que el uso general de estos recursos estaba asociado con una reducción del 42% en el riesgo de padecer deterioro cognitivo.

Este deterioro fue definido como un diagnóstico médico de deterioro cognitivo leve o demencia, o bien un bajo rendimiento en pruebas estandarizadas de función cerebral.

Sin embargo, los investigadores advierten que estos hallazgos no deben interpretarse como una licencia para el uso indiscriminado de pantallas. Más bien, señalan que ciertos tipos de uso de la tecnología aquellos que estimulan el pensamiento, la interacción social y el aprendizaje pueden ser beneficiosos para mantener la salud cognitiva.

Aunque la llamada “hipótesis de la demencia digital” sugiere que una excesiva dependencia de la tecnología podría atrofiar nuestras habilidades mentales, este nuevo estudio apunta en otra dirección.

Beneficio tecnológico

Jared Benge, coautor principal y profesor asociado de neurología en la Universidad de Texas en Austin, explicó que el equipo ajustó sus modelos para considerar variables como educación, ingresos y otros factores del estilo de vida.

Aun así, el beneficio del uso tecnológico se mantuvo. Esto indica que el efecto positivo no puede explicarse únicamente por una mejor salud general o mayor nivel educativo.

Los investigadores también aclararon que, aunque los datos muestran una tendencia alentadora, todavía hay aspectos poco claros. Por ejemplo, no se pudo determinar cómo utilizaban exactamente la tecnología los participantes, si se trataba de actividades cognitivamente estimulantes como leer noticias, jugar juegos mentales o mantenerse conectados con sus seres queridos, o si el uso era más pasivo, como ver videos sin contenido significativo.

Tampoco se estableció un umbral claro sobre cuánto uso es demasiado. El Dr. Christopher Anderson, jefe de neurología vascular en el Hospital Brigham and Women’s de Boston, quien no participó en el estudio, señaló que estas incertidumbres son comunes al estudiar fenómenos complejos como la interacción entre tecnología y salud cerebral.

Otro punto importante del análisis es que ninguno de los 136 estudios revisados en total encontró una asociación entre el uso de tecnología y un mayor riesgo de deterioro cognitivo. Esta consistencia, dicen los expertos, es inusual y sugiere que el uso moderado de dispositivos tecnológicos podría no ser perjudicial, como se había temido.

Además, el estudio parece apoyar la llamada teoría de la reserva cognitiva, que postula que las personas que se enfrentan a desafíos mentales durante su vida como aprender a usar nueva tecnología podrían desarrollar una mayor resistencia a los efectos del envejecimiento cerebral.

Los investigadores coinciden en que la clave está en el equilibrio. Actividades que fomenten la creatividad, el pensamiento crítico o la conexión humana pueden ser un valioso complemento en la rutina diaria de los adultos mayores. En cambio, pasar largas horas frente a una pantalla sin una finalidad clara podría no ofrecer los mismos beneficios.

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