El poder de comunidad marca la diferencia en inmigración
El enfoque actual de control migratorio ha afectado a ciudadanos estadounidenses, residentes permanentes y muchas personas con algún tipo de estatus migratorio

Desde el primer día de gobierno, Donald Trump firmó órdenes ejecutivas sobre inmigración. Crédito: Jose Luis Magaña | AP
En los últimos días, a pesar de desafíos sin precedentes, comunidades en todo el país se han unido para apoyar a sus vecinos inmigrantes. Estos casos recientes ofrecen un camino sobre cómo podemos responder de manera efectiva ante acciones de control migratorio indiscriminadas que, como advertimos a principios de este año, inevitablemente conducen a violaciones de derechos civiles, daños a ciudadanos estadounidenses y perjuicios para nuestra economía.
En Sackets Harbor, un pueblo en el norte del estado de Nueva York, una madre y sus tres hijos fueron detenidos como “arrestos colaterales” durante un operativo migratorio en esta comunidad pequeña y unida. La detención de la familia afectó a todos, incluyendo al superintendente escolar y al director de la escuela, quien expresó: “Estamos en un estado de conmoción compartida que ha unido a nuestra comunidad para pedir su liberación”. Después de la redada, el superintendente explicó que había un sentimiento general de angustia, miedo por sus estudiantes e impotencia: “Estos niños son compañeros de clase, buenos amigos, estudiantes maravillosos y son parte del tejido de nuestra comunidad escolar. Necesitan regresar a sus aulas”.
Pero la comunidad superó ese sentimiento de desesperanza. Organizaron una manifestación, y la gobernadora Kathy Hochul emitió un comunicado pidiendo el regreso de la familia. La semana pasada, esos esfuerzos dieron frutos y la familia ya está de regreso en casa. La gobernadora Hochul agradeció al asambleísta Scott Gray y afirmó: “No puedo imaginar el trauma que sienten estos niños y su madre. Rezo para que puedan sanar cuando regresen a casa”, y concluyó: “Nunca apoyaré acciones crueles que saquen a niños de sus escuelas o que separen familias”.
Otro ejemplo del poder comunitario se dio en Chicago, donde nuestro afiliado The Resurrection Project (TRP, por sus siglas en ingles) celebró la liberación temporal de su cliente José Gregorio González del centro de detención de ICE. José vino a Estados Unidos con el único propósito de cuidar y donar un riñón a su hermano, pero fue detenido inesperadamente por ICE semanas antes del procedimiento. Su liberación, luego de una campaña pública de dos semanas, es una gran victoria que le permite continuar con su esfuerzo desinteresado para salvar la vida de su hermano.
Sabiendo que su detención podría haber sido una sentencia de muerte para su hermano, TRP actuó rápidamente para pedir su liberación por razones humanitarias. Cerca de 2,000 personas firmaron una petición, y líderes comunitarios, defensores y funcionarios electos — incluyendo senadores, representantes y legisladores estatales — se unieron al llamado.
Estos casos son solo una muestra: el enfoque actual de control migratorio ha afectado a ciudadanos estadounidenses, residentes permanentes legales y muchas personas con algún tipo de estatus migratorio. Como han señalado expertos en seguridad nacional, este enfoque en realidad hace que el país sea menos seguro porque aleja recursos de la búsqueda de criminales peligrosos.
Aun así, el poder del pueblo ha sido eficaz para prevenir deportaciones innecesarias y dañinas de inmigrantes con fuertes vínculos comunitarios.
Muchos afiliados de UnidosUS ya están organizando reuniones comunitarias con líderes escolares, hospitales, agencias de servicios sociales y la policía para hablar sobre el impacto de las órdenes ejecutivas y coordinar respuestas. Al reunir a la comunidad, identificar líderes de respuesta rápida y detectar vacíos, se están preparando para actuar cuando sea necesario.
Ante el aumento de redadas y amenazas al debido proceso, estos ejemplos demuestran que el poder comunitario puede superar el miedo y la desesperanza y, lo más importante, lograr resultados concretos.
Aquí hay acciones que todos podemos tomar para mantener a las familias unidas:
– Hablar y compartir historias. Las campañas públicas pueden hacer la diferencia.
– Apelar a los valores estadounidenses y al sentido común. Los inmigrantes tienen familias, amistades y contribuyen a sus comunidades.
– Motivar a funcionarios locales a unirse a la respuesta comunitaria y apoyar soluciones de política que mantengan a las familias unidas.
– Donar a organizaciones que ofrecen servicios legales de inmigración.
(*) Laura Vázquez, Directora de Integración del Inmigrante de UnidosUS