Porqué la salud durante el embarazo influye en la presión arterial del niño de por vida
La presión arterial infantil aumenta si la madre tuvo obesidad, diabetes o hipertensión en el embarazo, según un estudio de casi 30 años en EE.UU.

Las mujeres con discapacidad enfrentan numerosos desafíos dentro del sistema de atención del embarazo. Crédito: SeventyFour | Shutterstock
Un reciente estudio de la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (USC) reveló una conexión entre la salud cardiometabólica de las madres durante el embarazo y la presión arterial de sus hijos a lo largo de su desarrollo.
La investigación, que analizó datos de casi tres décadas y más de 12.000 pares madre-hijo en Estados Unidos, concluyó que los niños nacidos de madres con obesidad, diabetes gestacional o trastornos hipertensivos durante la gestación presentan niveles de presión arterial más altos desde edades tempranas, e incluso muestran un incremento más acelerado con el paso del tiempo.

Este hallazgo cobra especial relevancia en un contexto en el que la hipertensión afecta a una parte creciente de la población, cada vez desde edades más tempranas.
Hasta ahora, los estudios sobre salud cardiovascular maternoinfantil se enfocaban en factores individuales, pero esta investigación adoptó una visión más integral, evaluando los efectos combinados de distintas condiciones metabólicas en el embarazo.
Según los resultados, publicados recientemente en la revista JAMA Network Open, los hijos de madres con al menos un factor de riesgo registraron una presión sistólica promedio 4,88 puntos percentiles más alta y una presión diastólica 1,90 puntos más elevada que aquellos cuyas madres no presentaban estos problemas.
Esta diferencia fue más pronunciada cuando las madres tenían múltiples condiciones. Por ejemplo, la combinación de obesidad y trastornos hipertensivos en el embarazo se tradujo en una presión sistólica 7,31 puntos más alta y una diastólica 4,04 puntos por encima del promedio infantil.
Más allá de los valores iniciales, los investigadores también observaron la evolución de la presión arterial entre los 2 y los 18 años. En este periodo, los niños expuestos a factores de riesgo maternos mostraron un aumento promedio de 0,5 puntos anuales en la presión sistólica y de 0,7 puntos en la diastólica, un ritmo superior al de sus pares sin esa carga prenatal.
El estudio utilizó datos del programa ECHO (Programa de Influencias Ambientales en los Resultados de Salud Infantil), recopilados entre 1994 y 2023. La muestra estuvo compuesta por 12.480 parejas madre-hijo, de las cuales el 44,4% de las madres presentó al menos un factor de riesgo. La obesidad fue el más frecuente (24,6%), seguido por los trastornos hipertensivos del embarazo (13,6%) y la diabetes gestacional (6,5%).
Estrategias de prevención
El análisis también reveló diferencias en el impacto según el sexo y la raza de los niños, las niñas y los niños afroamericanos fueron los grupos más afectados. Este aspecto subraya la importancia de considerar variables sociales y ambientales adicionales en futuras investigaciones.
Shohreh Farzan, profesora asociada de ciencias de la población en la Keck School y autora principal del estudio, señaló que estos resultados podrían abrir la puerta a estrategias de prevención más eficaces. “Entender qué factores podemos abordar desde el embarazo y la infancia puede ser clave para modificar el curso de salud de las generaciones futuras”, afirmó.

Por su parte, Zhongzheng Niu, primer autor del trabajo y también investigador de la USC, indicó que este estudio podría respaldar cambios en las pautas clínicas actuales. Aunque hoy en día no se recomienda medir la presión arterial en niños saludables, los resultados sugieren que ciertos grupos podrían beneficiarse de exámenes más tempranos.
Ambos investigadores coinciden en que mejorar la salud cardiovascular de las mujeres en edad fértil no solo las beneficia a ellas, sino que también puede marcar una diferencia significativa en la salud de sus hijos.
De hecho, en línea con estos hallazgos, la Asociación Americana del Corazón ha subrayado recientemente la necesidad de abordar la salud cardíaca desde una edad temprana mediante intervenciones que consideren tanto factores médicos como sociales.
Este estudio destaca el impacto a largo plazo del entorno prenatal y señala una ruta clara para la prevención, cuidar la salud materna hoy puede ser la mejor inversión en la salud cardiovascular del mañana.
Sigue leyendo: