Nissan suma 10,000 despidos a su dura crisis mundial
Con pérdidas históricas y una estrategia aún incierta, el fabricante japonés busca reenfocarse mediante el lanzamiento de nuevos modelos eléctricos

Evento de Nissan. Crédito: Nissan. Crédito: Cortesía
El tablero de la industria automotriz mundial puede cambiar en cuestión de minutos, pero pocas compañías han experimentado un declive tan marcado en tan poco tiempo como Nissan.
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Lo que alguna vez fue un fabricante con ambiciones globales y una alianza sólida con Renault y Mitsubishi, hoy enfrenta una de las mayores crisis de su historia moderna.
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En un intento por contener una hemorragia financiera y estructural, Nissan implementará una nueva ronda de despidos masivos que afectará a unas 10,000 personas en todo el mundo.
Esta decisión se suma a los 9,000 despidos que ya había anunciado en noviembre del año pasado, en lo que representa uno de los recortes laborales más agresivos en la historia reciente del sector automotor japonés.
Según informaron medios locales como la emisora japonesa NHK, la reducción de personal totalizará un recorte del 15% de la plantilla global de Nissan, que hasta hace poco contaba con unos 138,000 empleados.
El plan de recortes, según señalan fuentes cercanas, responde a la urgente necesidad de la empresa de reorganizar su estructura operativa ante un entorno de mercado adverso y una caída significativa en las ventas internacionales.

Una empresa a la deriva desde finales de 2024
La tormenta para Nissan no es nueva. Desde finales de 2024, el tercer mayor fabricante japonés de automóviles ha sido incapaz de revertir una tendencia negativa marcada por una pérdida de competitividad, errores estratégicos y conflictos internos.
Una muestra clara de su fragilidad fue el fallido intento de fusión con Honda, una operación que finalmente no prosperó debido a las exigencias impuestas por el fabricante rival.
Lejos de ayudar, ese proceso desgastó aún más a la compañía en términos de credibilidad y liderazgo, y terminó desencadenando un cambio en la dirección ejecutiva.
Makoto Uchida, CEO hasta ese momento, fue reemplazado por el mexicano Iván Espinosa, quien asumió la presidencia en medio de un escenario caótico, con la misión de reencauzar a una Nissan en caída libre.
Pérdidas sin precedentes: más de $4,900 millones de dólares
La magnitud del problema quedó aún más clara cuando, a finales de abril, Nissan hizo públicas sus cifras del año fiscal 2024. Las pérdidas netas alcanzaron los 750 billones de yenes, lo que equivale a aproximadamente $4,900 millones de dólares. Un golpe devastador para la empresa, que no veía cifras rojas de tal magnitud desde la crisis financiera global de 2008.
En su comunicado, la compañía atribuyó este resultado a “los cambios en el entorno competitivo y al deterioro en el rendimiento de las ventas”. Lo cierto es que Nissan ha perdido protagonismo en mercados clave como Estados Unidos, China y Europa, y su portafolio de productos ha quedado rezagado frente a competidores que han sabido adaptarse más rápido a la electrificación y digitalización del sector.

Iván Espinosa: “Contamos con importantes recursos financieros”
A pesar de este panorama sombrío, el nuevo CEO Iván Espinosa, de 46 años, ha manifestado confianza en la capacidad de recuperación de la marca. En declaraciones a medios japoneses.
Espinosa fue categórico: “A pesar de estos desafíos, la compañía cuenta con importantes recursos financieros, un fuerte catálogo de productos y la determinación de dar un vuelco a la situación en los próximos meses”, dijo.
Espinosa ha sido uno de los arquitectos de la electrificación de Nissan desde su etapa como vicepresidente global de planificación de productos. Su llegada a la cima de la organización no es casual: la empresa apuesta todo a una renovación de su línea de modelos centrada en los vehículos eléctricos, un segmento que aún domina parcialmente con el veterano Nissan Leaf.
La ofensiva eléctrica: Leaf, Micra y Pixo
Como parte del plan de recuperación, Nissan prepara el lanzamiento de varios vehículos eléctricos en los próximos meses. La tercera generación del Nissan Leaf llegará con un diseño completamente renovado, mejoras en autonomía y un enfoque más urbano.
Por otro lado, se espera el debut del nuevo Nissan Micra, un modelo desarrollado en colaboración con Renault y basado en el Renault 5 E-Tech, lo que indica un fuerte énfasis en plataformas compartidas para reducir costos de producción.
Pero eso no es todo: dentro del mismo proyecto también se anticipa un tercer modelo aún más pequeño, que podría revivir la denominación Nissan Pixo, como una opción de acceso al mercado eléctrico.
La ofensiva busca no solo actualizar el catálogo de productos, sino recuperar presencia en mercados como el europeo, donde Nissan ha perdido cuota de mercado en los últimos cinco años de forma constante.
Un cambio difícil, pero no imposible
El camino de regreso será largo y estará lleno de obstáculos. A corto plazo, Nissan deberá hacer frente no solo al impacto social de los despidos, sino también a los desafíos que implica reestructurar una compañía de su tamaño en plena transformación global del sector automotor.
Además, su reputación ha sufrido daños considerables, tanto por los errores estratégicos del pasado como por las consecuencias del escándalo de Carlos Ghosn, cuya sombra aún se proyecta sobre la marca.
Sin embargo, con una hoja de ruta clara centrada en la innovación eléctrica, una nueva dirección con experiencia en desarrollo de productos, y el respaldo de una alianza industrial que podría activarse de nuevo en el futuro, Nissan aún conserva una posibilidad real de remontar.
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