Científico crea un antídoto universal contra el veneno de serpientes: lo mordieron más de 200
Un estadounidense expuso su cuerpo a venenos letales de serpientes, durante casi 20 años, y ahora su sangre es clave en la creación de un antídoto universal

Investigadores analizaron la sangre del hombre y encontraron dos anticuerpos con capacidad de bloquear diferentes clases de toxinas. Crédito: TKBackyard | Shutterstock
Tim Friede no es médico, pero su cuerpo ha sido durante casi dos décadas un laboratorio viviente. Este estadounidense se inyectó deliberadamente veneno de serpiente más de 700 veces y fue mordido por más de 200 ejemplares de las especies más peligrosas del planeta. Todo, con un objetivo que al inicio parecía insólito: desarrollar inmunidad personal.
Con el tiempo, su meta cambió y se enfocó en contribuir al desarrollo de un antídoto universal contra mordeduras de serpiente, un problema que causa más de 140,000 muertes al año en el mundo.
Una idea que nació entre mordeduras y errores
Friede comenzó por curiosidad y precaución, al manipular serpientes con frecuencia. Documentaba su proceso en YouTube, pero el camino no fue fácil. En una ocasión, dos mordeduras de cobra lo enviaron al hospital y terminaron en coma.
“No quería morir. No quería perder un dedo. No quería perder mi trabajo”, contó. Aun así, siguió adelante. Eventualmente, su motivación evolucionó: buscaba ayudar a comunidades remotas donde una mordedura de serpiente puede ser una sentencia de muerte.
La ciencia puso el ojo en su sangre
El doctor Jacob Glanville, director de la firma biotecnológica Centivax, leyó sobre su historia y pensó que los anticuerpos de Friede podían ser únicos. Lo contactó de inmediato y, tras conseguir la aprobación ética necesaria, le pidió una muestra de sangre.
La idea era buscar anticuerpos ampliamente neutralizantes: defensas que no se enfocan en una toxina específica, sino en las partes comunes a muchas de ellas. El objetivo era claro: fabricar un tratamiento que funcione sin importar qué tipo de serpiente haya mordido a la víctima.
El trabajo se centró en los elápidos, una familia de serpientes que incluye a mambas, cobras, taipanes y búngaros. Estas especies poseen veneno neurotóxico, capaz de paralizar músculos vitales para la respiración.
Los científicos analizaron la sangre de Friede y encontraron dos anticuerpos con capacidad de bloquear diferentes clases de toxinas. A esto se sumó un tercer componente farmacológico. El resultado: un cóctel que, en pruebas con ratones, protegió completamente contra venenos de 13 de las 19 especies más peligrosas. En las otras seis, al menos ofreció defensa parcial.
Lo que viene: más anticuerpos, más esperanza
El siguiente paso es afinar la fórmula, reseña La Nación. Los investigadores están evaluando si un cuarto componente podría brindar protección total. También analizan otros tipos de toxinas presentes en los venenos de serpientes vipéridas, que afectan la sangre y las células. Expertos como el profesor Peter Kwong, de la Universidad de Columbia, creen que en una o dos décadas podríamos contar con tratamientos eficaces para cada tipo de toxina.
Mientras tanto, la sangre de Tim Friede sigue siendo analizada en busca de más pistas. “Estoy haciendo algo bueno para la humanidad y eso era muy importante para mí”, afirmó. Para muchos, su cuerpo es hoy el puente hacia un futuro donde una mordedura de serpiente ya no sea una condena.
