window._taboola = window._taboola || []; _taboola.push({article:'auto'}); !function (e, f, u, i) { if (!document.getElementById(i)){ e.async = 1; e.src = u; e.id = i; f.parentNode.insertBefore(e, f); } }(document.createElement('script'), document.getElementsByTagName('script')[0], '//cdn.taboola.com/libtrc/mycodeimpremedia-laopinion/loader.js', 'tb_loader_script'); if(window.performance && typeof window.performance.mark == 'function') {window.performance.mark('tbl_ic');}

¿Los políticos mexicanos encontrarán aliados suficientes en el Congreso de EE.UU. contra impuesto de 5% a remesas?

El Caucus Hispano del Congreso emitió una carta en contra de la imposición del impuesto en remesas, pero ese grupo enfrenta una crítica disyuntiva de fondo

Los republicanos empujan planes para imponer impuestos a remesas.

Los republicanos empujan planes para imponer impuestos a remesas. Crédito: AP

En México hay una gran preocupación por el impuesto del 5% a las remesas que envían migrantes, al grado que la presidenta Claudia Sheinbaum lidera un movimiento en contra de este plan de los republicanos en el Congreso de EE.UU., mientras la oposición y el partido en el gobierno expresan rechazo unánime, una alianza pocas veces vista en los últimos años.

Sin embargo, aunque en México se destaca ese impuesto como la reforma más importante en el proyecto de impuestos y presupuestal de los republicanos liderados por Mike Johnson, las remesas no son la parte más preocupante de este debate en EE.UU.

De entrada, el proyecto presupuestal no se detuvo en Comité de Presupuesto de la Cámara por las remesas, las cuales ni siquiera se mencionaron, ya que el fondo del asunto fue el rechazo de demócratas y algunos republicanos por otras modificaciones, como la reducción de impuestos de los millonarios y los recortes a programas sociales y salud esenciales en el país, como Medicaid, Medicare, ayuda alimentaria para niños, programa SNAP… y un largo etcétera.

Tímidamente, el Caucus Hispano del Congreso (CHC) emitió una carta en contra de la imposición del impuesto en remesas, pero los congresistas de ese grupo enfrentan una crítica disyuntiva de fondo y posibles cuestionamientos sobre enfocar su postura en defensa de inmigrantes –como lo han hecho con los abusos en operativos para deportaciones– y no de EE.UU., algo que podría incluso contribuir en apuntalar la narrativa de los republicanos y del presidente Donald Trump, de que los extranjeros buscan aprovecharse del país.

Los miembros del CHC no tienen un escenario fácil, pero hasta ahora son los únicos aliados del bloque mexicano que se encamina a Washington, D.C., para elevar su voz en contra el impuesto en las remesas.
¿Qué motiva a ese bloque mexicano? ¿Les preocupan realmente los inmigrantes en EE.UU. o les preocupa que el impuesto derive en un menor envío de remesas?

El impacto de las remesas en México

Algunos datos duros ayudan a entender la preocupación. Según el Banco Mundial, las remesas representan 3.7% del Producto Interno Bruto (PIB) de México, un porcentaje que parece bajo, pero en 2024 fueron $64,700 millones de dólares, luego de un aumento del 2.3% en comparación con 2023.

Para dimensionar, comparativamente esos $64,700 millones de dólares representan casi el 10% del presupuesto anual del gasto público en México, según datos del 2024, pero ese dinero llega a las familias de inmigrantes cuya participación en la economía mexicana es esencial, principalmente en determinadas regiones.

“En comparación con otros países el ingreso de nuestro país por remesas es relativamente reducido con relación al tamaño de la economía”, reconoce un reporte de Jesús A. Cervantes González, Juan Antonio Ortega y Denisse Jiménez, del Foro de Remesas de América Latina y el Caribe del CEMLA. “Hay que reconocer que las remesas alcanzan montos muy elevados con respecto al PIB de algunos de los estados del país y particularmente de aquellos con menores niveles de producto per cápita”.

En Chiapas las remesas representan el 14.28% de su PIB; Guerrero el 13.57%; en Michoacán el 11.21%; en Zacatecas el 10.57%; en Oaxaca el 9.82%. El promedio nacional del porcentaje de las remesas al PIB estatal es del 3.50%, pero 16 estados esa media, mientras Campeche se coloca al final de la lista con 0.53%.

Sin embargo, aquí está el detalle más importante: 4.49 millones de hogares en México reciben remesas, según el CEMLA, eso es más 10% de los 39.7 millones de hogares en el país.

“Así, en 2024 el ingreso por remesas equivalente a 3.5 puntos porcentuales del PIB y lo recibieron el 11.3% de los hogares, es decir, 1 de cada 9 hogares”, indica el reporte.

Un impuesto en las remesas desde EE.UU. tiene un impacto negativo no solamente en la economía de los inmigrantes, sino en la de sus familias en México y, por ende, en la economía mexicana en general.

Pocos aliados con México

Aunque eso no está en duda, los políticos mexicanos tienen un camino difícil para convencer a los congresistas estadounidenses para cancelar el impuesto, por una simple razón: el impuesto no afecta a la economía de EE.UU., al contrario, el argumento apuntala que permitirá recaudación que permitirá ayudar a la financiación de la seguridad en la frontera, un tema que incluso entre los demócratas se ha vuelto esencial tomando en consideración las decisiones en los últimos meses del gobierno del presidente Joe Biden de cerrar la frontera y de las nuevas propuestas migratorias, como la del senador Rubén Gallego, de Arizona.

Otro argumento a favor del plan republicano es que el impuesto del 5% a las remesas ayudará para complicar la estancia de indocumentados en EE.UU. y prevenir que otros extranjeros lleguen en la misma condición, como lo expresó Mark Krikorian, director ejecutivo del Centro de Estudios de Inmigración (CIS), un grupo conservador que aboga por una menor inmigración.

“Una de las principales razones por las que la gente viene aquí es para trabajar y enviar dinero a casa”, reconoció Krikorian a NBC News. “Si eso es mucho más difícil de hacer, se vuelve menos atractivo venir aquí”.

Sumado a ese argumento, ningún político en EE.UU. promueve la inmigración de indocumentados, aunque algunos defiendan a quienes ya se encuentran bajo esa condición en el país.

El argumento central de México es que las remesas impondrían una doble tasación en impuestos de indocumentados, pero si bien el 50% de los indocumentados paga impuestos a través del Números de Identificación Tributaria Individual (ITIN), según una estimación del Consejo Americano de Inmigración, hay otro 50% que no lo hace, aunque paga impuestos por consumo.

No existe una ley en EE.UU. que prevenga la imposición de ese impuesto a las remesas y, de hecho, el estado de Oklahoma implementó $5 por envíos al extranjero menores a $500 dólares y el 1% a cantidades mayores a $500 dólares.

Ha habido otros proyectos en al menos 18 estados, pero no han sido exitosas, según el CIS.

En ese sentido, será difícil que la comitiva mexicana, liderada por el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Alejandro Murat, logre suficiente empatía en el Congreso estadounidense, debido a que las remesas –como se indicó– no son el punto álgido del “hermoso” proyecto de ley que el presidente Trump defiende y, sobre todo, porque la imposición del impuesto –considerando los argumentos hasta ahora—afectarían más las economías extranjeras que a la de EE.UU. y en este momento lo que menos quieren los demócratas es abogar por un daño externo, ya que después del 2024 batallan para recuperar la confianza de los votantes y convencerlos de su compromiso con el país.

Los textos publicados en esta sección son responsabilidad única de los autores, por lo que La Opinión no asume responsabilidad sobre los mismos.

En esta nota

Claudia Sheinbaum Remesas a México
Contenido Patrocinado