Diagnóstico de cáncer de próstata de Biden: qué sabemos hasta ahora
Joe Biden fue diagnosticado con cáncer de próstata avanzado, generando dudas sobre su detección pese al acceso a cuidados médicos presidenciales

Entre los informes médicos publicados durante la presidencia de Joe Biden, no se mencionaba ninguna prueba reciente para detectar cáncer de próstata. Crédito: Crush Rush | Shutterstock
El expresidente Joe Biden reveló el domingo que padece un cáncer de próstata avanzado, lo que ha generado preocupación y múltiples interrogantes sobre cómo una enfermedad de esta magnitud pudo pasar desapercibida, especialmente tratándose de un exmandatario con acceso a atención médica de primer nivel. A sus 82 años y a pocos meses de haber dejado la Casa Blanca, la noticia de que el cáncer se encuentra en etapa metastásica, con afectación ósea, ha provocado tanto inquietud como especulaciones.

Durante su mandato, Biden contaba con atención médica permanente a través de la Unidad Médica de la Casa Blanca y acceso preferencial a instalaciones de hospitales militares. Los exámenes físicos presidenciales son tradicionalmente rigurosos y enfocados en evaluar la aptitud para el cargo, incluyendo reportes médicos que suelen hacerse públicos. Sin embargo, entre los informes médicos publicados durante su presidencia, no se mencionaba ninguna prueba reciente para detectar cáncer de próstata, y un portavoz confirmó que su último examen de PSA, el análisis más común para este tipo de cáncer, se realizó en 2014.
Ante la sorpresa del diagnóstico, muchos se preguntan cómo una condición tan grave pudo no haber sido detectada a tiempo. El Dr. Oliver Sartor, experto en cáncer de próstata de la Universidad de Tulane, Recordó que no se recomienda realizar pruebas de PSA a hombres mayores de 70 años, debido a los riesgos asociados a falsos positivos y tratamientos innecesarios que pueden generar más perjuicios que beneficios.
El cáncer de próstata es el segundo tipo de cáncer más letal entre los hombres en Estados Unidos, con aproximadamente 35.000 muertes al año. Aunque existen métodos de detección, como la prueba de PSA, su alta tasa de falsos positivos ha llevado a las principales asociaciones médicas a adoptar una postura cautelosa. En general, las guías actuales recomiendan que la decisión de someterse a esta prueba sea tomada de forma conjunta entre el paciente y su médico, y en el caso de hombres mayores con una esperanza de vida limitada, como es el caso de Biden, no se aconseja realizarla.

A pesar de que el diagnóstico ha avivado teorías de encubrimiento o negligencia, expertos como el Dr. Bilal Siddiqui, del MD Anderson Cancer Center, explican que algunos tipos de cáncer de próstata son particularmente agresivos, no producen niveles altos de PSA o crecen rápidamente entre chequeos, lo que dificulta su detección. Estos llamados “cánceres de intervalo” pueden evolucionar a etapas avanzadas incluso en períodos cortos de tiempo.
Desde su salida del cargo, Biden ha mantenido un perfil bajo, aunque recientemente apareció junto a su esposa Jill Biden en el programa “The View” para desmentir las acusaciones sobre un supuesto deterioro de salud encubierto durante su presidencia. Ambos defendieron su capacidad física y mental durante el mandato, asegurando que trabajaba intensamente cada día.
En cuanto a sus antecedentes médicos, en 2019 su médico personal, el Dr. Kevin O’Connor, había informado que Biden padecía hiperplasia prostática benigna, una condición común que hace crecer la próstata con la edad y que fue tratada inicialmente con medicamentos y luego con cirugía. Aunque no existe una relación directa confirmada entre esta afección y el cáncer de próstata, algunos estudios sugieren posibles vínculos.
Los médicos coinciden en que, aunque el cáncer ya no sea curable por haber hecho metástasis, aún puede ser manejable con tratamiento hormonal. Estos tratamientos buscan bloquear la testosterona, hormona que alimenta el crecimiento del cáncer, aunque pueden causar efectos secundarios que incluyen fatiga, pérdida muscular, aumento de peso y dificultades cognitivas. Pese a todo, los especialistas mantienen una visión moderadamente optimista, el cáncer de próstata metastásico puede ser controlado durante varios años, incluso si ya no es curable.
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