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La seguridad y la eficacia de las vacunas de ARNm: qué debemos saber

La FDA limitará futuras vacunas COVID-19 de ARNm a mayores de 65 o con alto riesgo, pese a evidencia de su seguridad y efectividad

Raro experimento: un hombre recibió 217 vacunas de Covid

El estudio revela que este individuo recibió 217 inyecciones de la vacuna Covid entre junio de 2021 y noviembre de 2023. Crédito: PhotobyTawat | Shutterstock

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha decidido restringir el acceso a futuras vacunas contra la COVID-19 basadas en la tecnología de ARN mensajero (ARNm), permitiendo su uso solo en personas mayores de 65 años o en quienes presentan condiciones de salud que los colocan en alto riesgo.

Esta medida marca un nuevo capítulo en el debate sobre la seguridad y eficacia de estas vacunas, que fueron esenciales durante la fase más crítica de la pandemia.

Como parte de la nueva normativa, la FDA exigirá a los laboratorios desarrolladores más ensayos clínicos para autorizar su aplicación en personas más jóvenes. Además, el organismo regulador envió cartas a Pfizer y Moderna, principales fabricantes de estas vacunas, solicitándoles ampliar las etiquetas de advertencia sobre el riesgo poco común de inflamación cardíaca (miocarditis) asociado a sus productos.

Este giro ha generado preocupación entre científicos e infectólogos, quienes sostienen que las vacunas de ARNm son no solo seguras y eficaces, sino fundamentales en la reducción de muertes por COVID-19.

El Dr. Peter Hotez, especialista en virología del Baylor College of Medicine, indicó que gracias a estas vacunas se salvaron alrededor de 3,2 millones de vidas solo en Estados Unidos. “Sin ellas, habríamos perdido 4,4 millones de personas en lugar de los 1,2 millones que fallecieron”, afirmó.

A pesar de las dudas planteadas por algunos sectores, los especialistas insisten en que la tecnología del ARNm no es nueva ni experimental. Su descubrimiento se remonta a 1961, y desde comienzos de los 2000 se han desarrollado avances significativos en su aplicación médica.

Respuesta inmune sin modificar el ADN humano

En el caso de las vacunas, en lugar de introducir un virus debilitado como hacen muchas otras, las de ARNm instruyen al cuerpo a producir una proteína que desencadena una respuesta inmune, sin modificar el ADN humano, como aclaran los científicos.

“Estas moléculas ni siquiera ingresan al núcleo celular, trabajan en el citoplasma y se autodestruyen rápidamente después de cumplir su función”, explicó el Dr. Peter Chin-Hong, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de California.

Agregó que los efectos secundarios, como fiebre o dolor en el lugar de la inyección, son comparables a los de otras vacunas convencionales, y que estudios han demostrado su eficacia de más del 90% a corto plazo.

Uno de los principales puntos de debate es la miocarditis, una inflamación del músculo cardíaco que, en casos muy raros, se ha presentado en hombres jóvenes poco después de recibir la segunda dosis de vacunas de ARNm.

No obstante, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han señalado que los casos son extremadamente inusuales, y que el riesgo de miocarditis es significativamente mayor al contraer COVID-19 que al vacunarse.

Un estudio citado por la FDA encontró que la incidencia de miocarditis entre personas jóvenes vacunadas se sitúa entre 22 y 31 casos por millón, mientras que entre quienes contrajeron COVID-19, esa cifra sube hasta los 1500 por millón. “Eso demuestra que el riesgo de la enfermedad supera ampliamente al de la vacunación”, apuntó Chin-Hong.

Mientras tanto, el debate continúa entre quienes defienden un enfoque más conservador en la aprobación de nuevas vacunas y quienes temen que medidas restrictivas alimenten aún más el escepticismo hacia una tecnología que, hasta ahora, ha probado ser crucial para enfrentar la pandemia global.

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