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Síntomas clave de COVID prolongado en niños pequeños

Un estudio en EE.UU. revela síntomas persistentes de COVID distintos en niños pequeños, afectando su desarrollo y calidad de vida tras la infección

Covid en niños: síntomas que aparecen después de padecer la enfermedad

Más de 9,000 niños en los Estados Unidos fueron diagnosticados con MIS-C y 74 murieron según cifras de los CDC. Crédito: Studio Romantic | Shutterstock

Un equipo de investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH), en colaboración con más de 30 centros de salud en Estados Unidos, ha revelado nuevos hallazgos sobre cómo la COVID prolongada afecta a los niños más pequeños, desde recién nacidos hasta los cinco años de edad.

Este estudio, que forma parte de la iniciativa nacional RECOVER, aporta luz sobre los síntomas persistentes de la COVID-19 en niños en edades tempranas, que pueden diferir notablemente de los que presentan los adultos o los niños mayores.

El trabajo se centró en dos grupos específicos: bebés y niños pequeños menores de dos años, y niños en edad preescolar entre los tres y cinco años. En total, se evaluó a 472 bebés y niños pequeños, y a 539 niños en edad preescolar.

La muestra incluyó tanto a niños que habían tenido COVID previamente como a otros que no habían sido infectados, con el objetivo de comparar la aparición de síntomas persistentes al menos 90 días después de la infección.

Los resultados muestran diferencias entre los bebés y niños menores de dos años, los síntomas más comunes fueron problemas de sueño, irritabilidad, pérdida de apetito, congestión nasal y tos.

En cambio, entre los niños preescolares, se destacó la presencia de tos seca persistente y una marcada fatiga o falta de energía durante el día. Estos síntomas, aunque diferentes a los observados en niños mayores y adultos, fueron lo suficientemente consistentes como para establecer un patrón en ambos grupos de edad.

Los retrasos en el desarrollo pueden influir

Un hallazgo clave del estudio es que los niños con síntomas prolongados mostraban un estado general de salud más deficiente, menor calidad de vida y, en algunos casos, retrasos en el desarrollo. Esta conclusión sugiere que los efectos de la COVID prolongada no son solo físicos, sino que también pueden influir en áreas críticas del desarrollo infantil temprano.

El estudio RECOVER, del cual este análisis forma parte, tiene como objetivo general explorar los efectos duraderos del COVID-19 en personas de todas las edades. En investigaciones previas, los científicos ya habían examinado los síntomas persistentes en niños en edad escolar (6 a 11 años) y adolescentes (12 a 17 años), pero esta nueva publicación representa uno de los esfuerzos más detallados hasta ahora en niños menores de cinco años.

Los datos del estudio se obtuvieron mediante encuestas realizadas a los cuidadores, lo que representa una limitación, ya que puede haber sesgos de memoria o dificultades para interpretar síntomas en niños muy pequeños que aún no se comunican verbalmente.

A pesar de ello, los investigadores lograron identificar con claridad qué síntomas eran más prevalentes entre los niños con antecedentes de COVID-19.

En términos estadísticos, un 14% de los bebés y niños pequeños, y un 15% de los niños preescolares con infección previa fueron clasificados como casos probables de COVID prolongada, cifras que alertan sobre la necesidad de un mayor seguimiento en esta población.

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