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¿Cómo es el GBU‑57 el misil antibúnker exclusivo de Estados Unidos?

El GBU-57 cuenta en su interior con una carga de explosivos de alto rendimiento de unas 5,300 libras

El GBU-57 es capaz de penetrar y destruir búnkers a una profundidad de hasta 200 pies

El GBU-57 es capaz de penetrar y destruir búnkers a una profundidad de hasta 200 pies  Crédito: U.S. Air Force | AP

El GBU‑57, también conocido como Massive Ordnance Penetrator (MOP), es una de esas armas tan impresionantes que parece salida de una película de ciencia ficción, pero existe en la vida real. Este monstruo no nuclear de la artillería moderna pesa aproximadamente 30,000 libras (unos 13,600 kg) y contiene cerca de 5,300 libras de explosivo de alto rendimiento.

Construido con una carcasa de acero de alta densidad, diseñada para resistir el impacto contra capas muy duras, el GBU‑57 usa un conjunto de guía GPS/INS y aletas de malla para mantener una trayectoria precisa mientras cae. Lo más alucinante es su capacidad para penetrar hasta unos 60 m de tierra o 18 m de concreto reforzado, aunque fuentes oficiales estiman que podría llegar a 200 pies (unos 60 m) de profundidad.

Además, incorpora un fuse inteligente, llamado LPSF (Large Penetrator Smart Fuze), que determina el momento óptimo para detonar, maximizando el daño a objetivos subterráneos sin necesidad de explotación nuclear.

¿Para qué sirve? El GBU‑57 está pensado para misiones muy específicas: derribar bunkers profundos y reforzados, como instalaciones nucleares subterráneas y silos fortificados, objetivos que serían prácticamente indestructibles con bombas convencionales más pequeñas.

¿Cómo funciona técnicamente y por qué es tan especial?

Aunque el GBU‑57 sigue un principio relativamente simple —un explosivo gigante que golpea con fuerza bruta—, su eficacia reside en varios detalles técnicos que lo hacen muy especial.

Primero, la masa colosal del artefacto —unos 13.6 toneladas— le permite acumular enorme energía cinética al caer. Esa fuerza le permite “exprimir” literalmente el terreno hasta profundidades imposibles para bombas más ligeras.

Segundo, la estructura del fuselaje utiliza una aleación de acero de muy alto desempeño, capaz de soportar el impacto inicial antes de romperse y liberar los explosivos justo dentro del bunker.

Tercero, su guía GPS/INS combinada permite una precisión de pocos metros en condiciones difíciles, y sus aletas de malla estabilizan la trayectoria en la caída.

Por último, el fuse inteligente está diseñado para que detone en el punto más efectivo, no al impactar, sino cuando esté exactamente dentro de la estructura subterránea. Todo esto lo convierte en el arma convencional más poderosa contra objetivos subterráneos.

Solo unas pocas plataformas lo pueden lanzar: B‑2 (y futuro B‑21)

El GBU-57 es capaz de penetrar y destruir búnkers a una profundidad de hasta 200 pies
El GBU-57 es capaz de penetrar y destruir búnkers a una profundidad de hasta 200 pies
Crédito: Shutterstock

Quizás el dato más interesante es que solo un puñado de aviones puede llevar esto. El B‑2 Spirit es actualmente el único avión operativo en el mundo capaz de transportar el GBU‑57. Pesado, de firma furtiva, con bahías internas amplias, el B‑2 puede cargar hasta dos de estas bombas.

Este bombardero veloz y discreto tiene un rango sin repostar de unos 6,000 millas náuticas, lo que le permite alcanzar zonas bastante remotas —y con apoyo de reabastecimiento, incluso más lejos—.

Además, existen planes para que su sucesor, el B‑21 Raider, también pueda emplear el GBU‑57, pero por ahora solo el B‑2 lo tiene en su inventario.

Este nivel de exclusividad tecnológica convierte al GBU‑57 y al B‑2 en una pareja estratégica inigualable, capaz de proyectar poder militar a escala global y especializarse en destruir blancos subterráneos que ninguna otra arma convencional puede tocar.

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